Definitivamente la ficción puede superar a la realidad. No queda otra forma de analizarlo. Resulta que el gobierno de Venezuela elabora el presupuesto del año 2016 sin incluir las estimaciones macroeconómicas. Algo así como decir lo que se va a gastar sin saber los ingresos, ni mucho menos el efecto que tendrá la inflación sobre los recursos “presupuestados”. Los medios indican que esta práctica es una instrucción emanada directamente del Alto Gobierno.
De manera que, como también lo han reseñado los medios, será la primera vez desde que se constituyó la República, que un gobierno venezolano elabora un presupuesto sin los conceptos fundamentales que permitan analizar su impacto. No es exagerado decir que también se ha debido batir cualquier récord internacional sobre la materia. Un presupuesto sin supuestos macroeconómicos es algo definitivamente para los anales de la economía mundial.
Por supuesto todo eso vuelve añicos, nuevamente, lo establecido en la Constitución de 1999 sobre el régimen presupuestario. Allí se indica que la gestión fiscal se debe regir por la “eficiencia, solvencia, transparencia, responsabilidad y equilibrio fiscal”. Palabras que definitivamente suenan desconocidas, inexistentes. Especialmente cuando vamos a cumplir un año sin cifras sobre el crecimiento y la inflación. O cuando sabemos que desde hace muchos años el presupuesto que llega a la Asamblea Nacional es aprobado sin modificarle ningún número.
Ante tal realidad se podría concluir que esta es la práctica “normal”. Definitivamente no lo es. Solo con entrar en internet y buscar los proyectos de presupuestos en países cercanos se llega a otra situación. Tomemos, por ejemplo, el caso de Colombia. Sabemos por lo archivos encontrados que el presupuesto 2016 del gobierno vecino se encuentra disponible desde agosto de este año. Todas las personas que lo quieren consultar lo pueden hacer sin problema. También están todas las comunicaciones oficiales de los organismos responsables en las distintas etapas del proceso presupuestario.
Además se encuentra disponible una presentación completa del contenido del presupuesto. Al revisarla se conocen varios aspectos. Por ejemplo, que en 2016 la expectativa de crecimiento económico de Colombia es 3,8%. Superior al 3,6% de este año. También se conoce que la inflación del año próximo se estima en 3%, menor al 4% de este año. Y también sabemos que en Colombia se espera que el precio promedio del barril de petróleo sea 64,6 dólares, y que un dólar se compre con 2.502 pesos. A lo largo de la presentación también se explica cuál es la expectativa del equilibrio fiscal hasta mediados de la próxima década, así como las previsiones de endeudamiento para el mismo período.
Luego de ver la presentación señalada se tienen más claras las diferencias entre la gestión económica de Colombia y la de Venezuela. Se entiende la razón por la cual allá la economía crece con baja inflación, y que acá tengamos la peor del mundo. Allá se planifica para el largo plazo. Acá no sabemos lo que pasará mañana. Al final todo termina con un presupuesto. Mientras tengamos presupuestos de ficción, tendremos una pésima realidad.
Politemas, Tal Cual, 21 de octubre de 2015
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