Las elecciones del 6 de diciembre constituyen una extraordinaria coyuntura política para los venezolanos. Siempre es muy importante la elección de los representantes en el Poder Legislativo. Sin embargo, la elección de esta semana tiene significativas connotaciones.
En primer lugar, los diferentes períodos establecidos en la Constitución de 1999 para los poderes públicos, traen como consecuencia que se renueve el Poder Legislativo en un momento en que la popularidad del gobierno se encuentra muy deteriorada. Esto significa que las opciones de generar expectativas para la población se desplazarán al ámbito legislativo. En efecto, el actual gobierno luce agotado, superado por las circunstancias que contribuyó a generar, sin iniciativas ni respuestas a los graves problemas del país.
Una segunda circunstancia de especial relevancia es la posibilidad, bastante cierta de acuerdo con las encuestas de opinión pública, que una nueva mayoría de parlamentarios se exprese como resultado del voto popular. Esto implica que por primera vez en este largo gobierno existirá una mayoría de signo político diferente al actual Poder Ejecutivo. Tal circunstancia no debería generar mayores preocupaciones en un contexto democrático plural y respetuoso. Sin embargo, dada la experiencia de los últimos tres lustros, pareciera que los que detentan el Poder Ejecutivo se hubieran acostumbrado a la falta de alternabilidad.
Finalmente, las condiciones generales del país constituyen un factor de especial relevancia. Nunca antes la economía venezolana había estado peor. La caída de la actividad económica por segundo año seguido, con un pronóstico de decrecimiento de 10% del PIB para este año, sumado al descalabro de tener la tasa de inflación más alta del planeta por tercer año seguido, configuran una profunda crisis productiva. A ello debe agregarse la dramática caída del ingreso de las familias. Según datos de ENCOVI 2015 (UCV-UCAB-USB), el 73% de los hogares se encuentra en situación de pobreza, así como el 76% de las personas. Especial gravedad tiene el hecho de que prácticamente el 50% de los hogares no tiene para comprar los alimentos del día. Esta cifra es demostrativa del profundo y vertiginoso empobrecimiento que se expresa todos los días en el país.
En estas circunstancias los venezolanos están indicando de forma mayoritaria que el actual rumbo del país es equivocado, y que el actual gobierno es responsable de esta situación. También consideran que las elecciones legislativas son muy importantes, al punto que la disposición a votar es muy alta. Todo lo cual hace suponer que a partir del 6 de diciembre se abrirá para los venezolanos una nueva etapa. Se trata de construir con el voto una opción política que lleve al país en una dirección de transformaciones sostenibles.
Esta ventana de oportunidad es el producto de un largo proceso que ha consolidado las opciones unitarias, que ha servido para vislumbrar un gran acuerdo que promueva el bienestar de los venezolanos. Las posibilidades son ciertas. A partir del 6 de diciembre queda consolidarlas reforzando la visión unitaria, promoviendo la inclusión de todos los sectores, trabajando con paciencia, y aprendiendo las lecciones que deja esta etapa del país. Ojalá podamos aprovechar esta excelente oportunidad.
Politemas, Tal Cual, 2 de diciembre de 2015
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