El gobierno del presidente Chávez fue todo lo implacable que se había pronosticado. Contraviniendo la opinión nacional e internacional, procedió a cerrar RCTV. La señal abierta, claro está. Porque no queda la menor duda de que esta empresa apelará a todas las posibilidades para acompañar la recuperación de la democracia en Venezuela.
A pesar de todo lo criticable de este acto, producto del ansia incontrolable por alcanzar la mayor cuota de poder posible, también nos ha permitido conocer mejor a RCTV. No solamente a los artistas ya famosos, sino a toda la legión de trabajadores que ha permitido el éxito y la perdurabilidad de la empresa.
El país pudo ver y conocer a una gran multitud de los trabajadores de RCTV. Todos ellos deseosos de comentar sobre su experiencia. Deseosos de comunicar un justificado orgullo por pertenecer a una empresa pionera, innovadora. Muchos de ellos mencionaron el sentimiento de familia, del trabajo de equipo y del reconocimiento de sus habilidades, derechos y beneficios.
Entre los rasgos comunes de todos los comentarios realizados por los trabajadores de RCTV, destaca uno de gran valor en la empresa del siglo XXI: la posibilidad de enseñar y aprender. Todos coincidieron en señalar que en la empresa habían aprendido todo lo que sabían hacer en la televisión. Muchos dijeron que el primer día que llegaron a la empresa sabían muy poco. Que en la empresa habían tenido que desarrollarse. Que fueron enseñados por otros. Que ahora ellos enseñaban a los más jóvenes. Los que se fueron de la empresa para otros canales, recordaban sus tiempos en RCTV y los aprendizajes adquiridos. La frase: “todo lo que soy en mi profesión se lo debo a RCTV”, se repetía como una constante.
Es evidente que una empresa como RCTV, pionera en las últimas seis décadas de la televisión venezolana, sólo pudo haber obtenido el primer lugar de las preferencias a través de un sistemático proceso de innovación y aprendizaje. Es también evidente que el conocimiento desarrollado ha sido utilizado por varias generaciones de trabajadores. En otras palabras, RCTV ha sido un emporio de creación y conocimiento. Ese es justamente el concepto de universidad. Es por ello que para muchos entendidos, RCTV es también llamada la “universidad de la televisión venezolana”.
En las últimas décadas ha quedado menos claro el límite que separa a las universidades de las empresas. Las primeras tienden a incorporar prácticas gerenciales. Las segundas a incorporar prácticas de creación de conocimientos. Justamente las empresas que colocan sus prioridades en la innovación y la formación de talento son las que tienen mayores posibilidades de mantenerse y crecer. No por azar 5.000 personas reciben formación en la Academia de RCTV. No por azar sus trabajadores toman cursos de actualización tres o cuatro veces al año. La persistencia en todo este proceso de enriquecimiento colectivo es uno de los factores del éxito. RCTV es, sin lugar a dudas, una prueba de la importancia de aprender.
Para un gobierno que se jacta de no aprender, que repite incesantemente los errores de las malas políticas públicas, que no tiene ninguna consideración por las críticas, que cree tener todas las verdades, que cultiva el atraso del pensamiento único, es obvio que RCTV es una institución a combatir. Mas allá de las diferencias políticas, también hay diferencias con respecto a los valores de la modernidad. No hay en el actual gobierno la capacidad de imaginarse el inmenso daño al patrimonio intelectual y tecnológico del país que podría significar el cierre de RCTV.
Pero nada de esto es de extrañar. Es consistente con los errores que llevaron a la casi extinción de INTEVEP, y con la intervención de múltiples universidades experimentales bajo el eufemismo de la “modernización y transformación”. Es también consistente con el deseo presidencial de subyugar a las universidades autónomas. Es totalmente consistente con la visión presidencial de convertirnos en un país de pensamiento único, de seguidores obedientes de sus obsoletas ideas.
Con lo que no es consistente es con la exigencia de los venezolanos porque se mantenga viva la Universidad RCTV. Y con la exigencia de que prevalezca también la diversidad, la creatividad y el respeto a las ideas de los otros. Con la exigencia de que cese la intervención de las universidades venezolanas.
Politemas, Tal Cual, 30 de mayo de 2007
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