La Presidenta del CNE ha dicho que seis minutos son suficientes para votar. Es una excelente noticia. Ese es el tiempo que cada votante podrá utilizar para expresar su opinión. En cada estado y en municipio del país. Será, sin duda, un voto histórico. Un voto que expresará el tipo de país que queremos los venezolanos, el tipo de gobierno que aspiramos en cada localidad, en cada región.
Esos minutos lucen cortos cuando se compara con el inmenso poder desplegado por el gobierno nacional. Cuando se relaciona con la cantidad de minutos y horas que han sido utilizados por el Presidente de la República para intervenir descaradamente en una decisión que corresponde a las comunidades de cada municipio y estado. Todo el poder de un gobierno sin controles ha sido utilizado para influir en cada una de las elecciones que tendremos el 23 de noviembre. Tales intervenciones se han realizado sin que el Poder Electoral haya osado poner orden y garantizar la imparcialidad.
A pesar de estas limitaciones, los venezolanos se aprestan a utilizar con especial cuidado esos seis minutos. Se trata de expresar con claridad su apoyo a las opciones de cambios que se han logrado conformar en casi todos los espacios geográfico-políticos del país.
Visto en perspectiva los avances han sido extraordinarios. El respaldo a la opción del voto ha ido creciendo en adeptos. Ya no se perciben grupos organizados llamando a la abstención. Para cada uno de los que no piensen en votar, a estas horas del partido, el llamado debe ser insistente. El voto es la vía para apoyar las opciones que permitan concretar cambios en las condiciones concretas de la vida de la gente. Tales condiciones han sido muy maltratadas en estos diez años. Y hay que atenderlas con la debida urgencia.
Para los que duden todavía en la efectividad del voto, es bueno recordarles que hace un año se logró detener el intento reeleccionista justamente por utilizar el canal del rechazo en democracia. Que existen mejoras en las condiciones electorales. A pesar de que todavía persisten grandes debilidades relacionadas con el registro electoral, con la transparencia en la organización de las mesas, con el tratamiento de la propaganda, las condiciones para ejercer el voto son mejores que años atrás.
También es de gran significación que muchos sectores que favorecen las aspiraciones democráticas y de bienestar de los venezolanos, se hayan puesto de acuerdos en cientos de alcaldía y decenas de estados. Ha sido un triunfo de la capacidad de concertación, característica del proceso democrático venezolano desde hace varias décadas. Ha sido una muestra de que son posibles los acuerdos, de que hay caminos que se pueden compartir, especialmente en la lucha contra el autoritarismo y la incompetencia.
Es por ello que el voto en estas circunstancias es una gran forma de participación. Cada ciudadano inscrito en el Registro Electoral tiene la posibilidad de enviar un mensaje. Directo a la conciencia del liderazgo político que nos gobierna. Un mensaje de rechazo a la forma como se ha conducido las políticas públicas en los últimos diez años. Un mensaje de rechazo al deterioro de las condiciones de vida de muchos venezolanos, tanto en los aspectos materiales como en su valoración como sujeto político.
Pero también es una oportunidad para que los votantes expresen su apoyo a las opciones que significarán cambios sustantivos. A los liderazgos amplios y democráticos que quieren colocar los problemas de la gente en la agenda central de los gobiernos locales y regionales. A las posibilidades de políticas públicas que fomenten el bienestar. Aprovechemos la oportunidad, vayamos todos a votar. Vayamos todos a cambiar.
Politemas, Tal Cual, 19 de noviembre de 2008
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