viernes, 26 de febrero de 2021

La vacunación anticovid-19 en Chile

Alcanzar la cobertura requerida de vacunación anticovid-19 es el objetivo fundamental para controlar la pandemia en cada país. Siendo que todos los procesos para la gestión de esta vacunación están bajo la responsabilidad de los gobiernos, lograr el objetivo será el resultado directo de su desempeño. Al día de hoy, Chile es el país de América Latina que tiene más posibilidades de lograr la cobertura de vacunación anticovid-19 con mayor anticipación. Conviene identificar las prácticas que ha desarrollado Chile, de manera que puedan servir de referencia para otros países de América Latina.

Chile es uno de los países de la región que han sido más afectados por la pandemia. En la actualidad el número de casos diarios nuevos de covid-19 es 175 por millón de habitantes, solo superado por Brasil y Perú. La tasa de mortalidad por covid-19 en Chile es 1.000 defunciones por millón de habitantes, solo inferior a las de México, Perú, Panamá, Brasil, Colombia, y Argentina. Por otra parte, Chile ha sido abanderado en la realización de pruebas para el diagnóstico de covid-19. Es el país de la región con la mayor cantidad de pruebas diagnósticas por 1.000 habitantes durante toda la pandemia. También es el país que en la actualidad registra mayor cantidad de pruebas diagnósticas diarias por 1.000 habitantes.

El gobierno de Chile ha implementado en los últimos meses medidas relacionadas para garantizar la cobertura requerida de la vacunación anticovid-19. Estas medidas abarcan tres aspectos al menos: (1) garantizar la disponibilidad de las vacunas, (2) elaborar el plan de vacunación, y (3) administrar las vacunas en los términos establecidos.

Hasta la fecha, según sitio web de la Universidad McGill, en Chile se han aprobado tres vacunas anticovid-19: Pfizer/BioNTech (BNT162b2), Oxford/AstraZeneca (AZD1222), y Sinovac (Coronavac). Esta diversidad de opciones de vacunas aprobadas es de gran utilidad para atender distintos tipos de poblaciones, y contextos sociales y geográficos.

Para garantizar la disponibilidad de vacunas, de acuerdo con el sitio web de Duke University, Chile acordó las primeras adquisiciones el 9 de noviembre de 2020: 10 millones de dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y 60 millones de dosis de la vacuna de Sinovac. El 22 de diciembre se acordó la adquisición de 4 millones de dosis de la vacuna de Jannsen, y el 29 de diciembre 14,4 millones de dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca. El total de dosis acordadas hasta la fecha es 88,4 millones, con lo cual se podrían vacunar 2,4 veces la población actual de Chile.

El Plan Nacional de Vacunación COVID-19 está detallado en el sitio web Yomevacuno. Se ha establecido que este plan cubre el período desde antes de iniciar las vacunaciones hasta que se logre la meta establecida. En el plan se incluyen las fases de adquisición, almacenamiento y distribución, hasta la inoculación, registro y seguimiento. Se indica también que la administración de las vacunas es gratuita, voluntaria y gradual. El Consejo Asesor de Vacunas e Inmunizaciones (CAVEI) del Ministerio de Salud es el encargado de definir los grupos objetivos y la prioridad de acceso a la vacuna.

En el sitio web señalado se encuentra información en tiempo real sobre: los sitios para administrar las vacunas, las poblaciones prioritarias, los grupos de personas que pueden vacunarse clasificadas por semanas, respuestas a las preguntas más frecuentes que pudieran tener los interesados, y los datos de las vacunas administradas.

La combinación de la anticipación en la adquisición de vacunas, la preparación integral del plan, así como su difusión de manera amplia, ha contribuido, sin dudas, a los logros alcanzados hasta la fecha por Chile. Por supuesto, es de especial significación la capacidad del sistema de salud en las funciones de salud pública. Es por ello que Chile registra a la fecha la mayor proporción de población que ha recibido al menos una dosis de vacuna anticovid-19 (15,12%) en América Latina. También tiene la mayor proporción de dosis diarias de vacuna anticovid-19 en la región (0,73 por cada 100 personas), siete veces más que los dos países que ocupan la siguiente posición (Brasil y Panamá). De continuar con este ritmo, Chile puede lograr la cobertura requerida en los próximos meses.

La experiencia de Chile demuestra que es factible lograr éxito en la vacunación anticovid-19. Obviamente, existen condiciones previas que deben tener todos los países, tales como la decisión política, en este caso de grandes posibilidades de alcanzar, y los recursos fiscales (que para adquirir vacunas anticovid-19 deberían estar garantizados). Luego de estas dos condiciones, se deben cumplir los procesos para adquirir vacunas, elaborar el plan con el mayor rigor, y administrar las vacunas sistemáticamente. El satisfactorio desempeño de Chile en estos aspectos podría ser referencia especial para los países de la región en el logro de la cobertura de vacunas anticovid-19 requerida. Es muy deseable que sea así.

Politemas, Tal Cual, 24 de febrero de 2021

viernes, 19 de febrero de 2021

Disponibilidad de vacunas anticovid-19 en América Latina

Luego de un año de pandemia, todos los países de América Latina con datos confiables, registran nuevos casos diarios de covid-19 (por millón de habitantes) superiores a los niveles de control. Los países que se habían acercado al control (Bolivia, Perú) ahora experimentan aumentos significativos (superiores a 100 nuevos casos diarios por millón/hab). La mejor alternativa es que los gobiernos de la región ejecuten las acciones necesarias para lograr la cobertura de vacunación anticovid-19 que genere el control permanente de la pandemia.

El Centro de Salud Global de la Universidad de Duke ha establecido un sitio web para el seguimiento de la pandemia en el que se encuentran datos útiles para analizar las decisiones de los gobiernos de América Latina sobre las adquisiciones de vacunas. Los primeros países que tomaron decisiones para la compra de vacunas el año pasado fueron Brasil (6 de agosto), y México (9 de septiembre). Se indica en este sitio web las fechas de los acuerdos entre los países y las empresas, así como las cantidades de dosis adquiridas.

De acuerdo con los datos más recientes (al 15 de febrero de 2021), se puede conocer el porcentaje de población que será cubierto en cada país si se reciben las vacunas en los lapsos previstos. Tomando esos datos se pueden diferenciar cuatro grupos de países con respecto a la disponibilidad de vacunas anticovid-19.

El primer grupo está constituido por países que tienen acuerdos de compras para cubrir una población superior a la oficialmente registrada. En este grupo se encuentran Chile y Perú. Chile tiene disponibilidad acordada para vacunar a más del doble de la población actual (exactamente, 244%). Perú podría vacunar el 111% de la población actual. Adicional a esta cobertura por compras a empresas productoras de vacunas, estos dos países también acceso a COVAX, el cual es un mecanismo de cooperación entre la Coalición para las Innovaciones en Preparación de Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). A través de este mecanismo se puede cubrir 20 % de la población de cada país. En consecuencia, en estos dos países la garantía de la cobertura de la vacuna dependerá fundamentalmente de la gestión del sistema de salud.

En el segundo grupo de países solo se encuentra República Dominicana. En este país se han realizado acuerdos para adquirir vacunas para cubrir al 83% de la población. Si a esta proporción se agrega lo previsto a través de COVAX, se lograría la cobertura completa de la población.

El tercer grupo está conformado por los países que han acordado compras de vacunas por una cantidad de dosis que no alcanzará para cubrir toda la población, incluso si se agregara el 20 % que provendría del COVAX. En este grupo se encuentran los siguientes países (se indica entre paréntesis el porcentaje de cobertura prevista): Argentina (52), Bolivia (33), Brasil (55), Colombia (50), Costa Rica (40), Ecuador (26), El Salvador (15), México (56), Panamá (35), Uruguay (53), y Venezuela (18). En México, agregando el 20% de COVAX, la máxima cobertura que se alcanzaría sería 76% de la población. En Venezuela, también agregando el 20% del COVAX, se alcanzaría una cobertura máxima de 38 %.

En el cuatro grupo están los países que según el sitio web señalado, no han acordado compras a empresas productoras de vacunas. Estos países son: Cuba, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, y Paraguay. Algunos de estos países podrían acordar comprar en las próximas semanas, o dependerán exclusivamente de COVAX y/o de acuerdos de cooperación bilaterales o multilaterales.

En la gran mayoría de los países de la región, alcanzar la cobertura requerida de vacuna anticovid-19, requerirá nuevos acuerdos de suministro en los próximos meses. De mantenerse la disponibilidad actual, es posible que al final del año solo tres países (Chile, Perú y República Dominicana) hayan vacunado una proporción de la población que permita el control adecuado de la pandemia. En este escenario, es evidente que en la mayoría de los países el registro de casos seguirá siendo significativo por el resto de 2021, y quizás también en 2022. Ojalá los gobiernos de la región logren garantizar la disponibilidad de vacunas con mayor celeridad que la estimada hasta la fecha.

Politemas, Tal Cual, 17 de febrero de 2021

viernes, 12 de febrero de 2021

Vacunar contra covid-19: desafío para gobiernos de América Latina

Al inicio de esta semana, según el sitio web desarrollado por la Universidad McGill de Canadá para el seguimiento de vacunas contra covid-19, las noticias son muy alentadoras con respecto al control de la pandemia. Según se indica en este sitio web, ya están aprobadas 11 vacunas anticovid-19 para ser administradas según las respectivas prioridades de los países. Tres de estas vacunas están aprobadas en cerca de 50 países. También se indica en el sitio web que existen otras 79 alternativas de vacunas y 208 estudios en curso para comprobar su seguridad y eficacia.

La gran disponibilidad de opciones de vacunas anticovid-19 es una demostración contundente del desarrollo científico global. En menos de un año se cuenta con alternativas efectivas para controlar una pandemia que ha tenido efectos tan devastadores. Solo con mencionar los 2,3 millones de fallecimientos por covid-19 hasta la fecha, se ilustran esos efectos.

Garantizada la disponibilidad de vacunas anticovid-19, la siguiente gran tarea es inmunizar a toda la población del mundo. Este debe ser el objetivo a escala global, por cuanto la persistencia de casos de covid-19 es un riesgo para todos, especialmente por las posibilidades de mutaciones que ya ha demostrado el virus causante de la enfermedad. Dadas las características de la gestión de vacunas, fundamentalmente en la esfera de responsabilidades del sector público, los gobiernos de los países son los actores claves para alcanzar este objetivo.

En la tarea de vacunar toda la población, países como el Reino Unido, Canadá, Israel, fueron los primeros en iniciar estos programas a finales del año pasado. Israel ha logrado un éxito sorprendente: para esta semana ya cuenta con 24,05% de la población completamente vacunada según el protocolo respectivo. Otros países, aunque cuentan con vacunas aprobadas, no han sido tan efectivos en alcanzar el nivel de cobertura de Israel.

La gran demanda por vacunas anticovid-19 ha significado que los países con más recursos para la compra, han conseguido abastecerse de grandes cantidades. Algunos de estos países han adquirido vacunas para cubrir varias veces al total de sus poblaciones. Se ha estimado que, si no existe un mecanismo de cooperación para adquirir las vacunas, solo se podrá evitar el 33% de las muertes por covid-19, mientras que si existe tal mecanismo se podría evitar 61% de las muertes.

Esta dinámica global tiene especiales efectos en América Latina. Ya se ha registrado que la región ha sido particularmente afectada por la pandemia, al tener a la fecha 30% de los fallecimientos globales. De hecho, en este momento la mayoría de los países continúan en la primera ola, con cifras de casos nuevos diarios de covid-19 muy superiores a los niveles de control experimentados en la Unión Europea. Todo esto se complica mucho más si se consideran las perspectivas señaladas por el FMI de que la recuperación del PIB per cápita a los niveles previos a la pandemia, se realizará en América Latina, al ritmo actual, en 2025.

El desafío de los gobiernos de la región es garantizar la inmunización de toda la población en un escenario global altamente competitivo. Hasta la fecha los resultados no son alentadores. Según el sitio web de la Universidad McGill, cinco países todavía no cuentan con ninguna vacuna aprobada (Cuba, Guatemala, Haití, Honduras, y Uruguay). Por otra parte, solo cinco países (Argentina, Costa Rica, Chile, México, y Brasil) registran datos en el sitio web Our World in Data sobre la cobertura de la población inmunizada hasta la fecha. El país con mayor porcentaje de cobertura es Argentina con 0,4% hasta el 7 de febrero de este año. El de Brasil es 0,01%. La brecha que se tiene con el porcentaje reportado por Israel (24,05%) es sencillamente abismal.

La pregunta es muy directa: al ritmo actual, ¿en cuánto tiempo los países de la región alcanzarán la cobertura de vacunación anticovid-19 que permita superar la pandemia? Con las alternativas de información disponible, cada ciudadano puede hacer seguimiento al cumplimiento de esta meta, prácticamente en tiempo real. También está bastante claro, al menos en estas primeras de cambio, que la brecha entre los países que logran inmunizar a grandes proporciones de población, y aquellos que lo hacen en proporciones muy pequeñas, se debe fundamentalmente a la calidad de las políticas públicas. Las sociedades deberían tomar en cuenta esta brecha de políticas públicas todos los días.

Politemas, Tal Cual, 10 de febrero de 2021

viernes, 5 de febrero de 2021

La primera exclusión: no contar con buenos datos

La pandemia de covid-19 ha destacado con mucha relevancia que el primer paso para tener éxito en las políticas de control, es contar con buenos datos. Esto es, datos que tengan al menos dos condiciones: reflejar adecuadamente la realidad, y que se publiquen con regularidad, prácticamente en tiempo real. No contar con buenos datos significa que las decisiones públicas están afectadas por un alto grado de incertidumbre. Y también implica que la información que se utiliza para analizar el desempeño de los países, no tiene el mínimo de rigurosidad requerida.

También la pandemia ha generado mecanismos que permiten evidenciar los países que no tienen la información requerida. En el último año, universidades de ámbito internacional han puesto en ejecución sitios web que ofrecen datos sobre distintos aspectos de la pandemia. Vale suponer que, para facilitar la comparabilidad, estas universidades han debido establecer criterios para la aceptación de la información proveniente de los países. En consecuencia, se puede asumir que aquellos países que tienen información en estos sitios web han logrado satisfacer tales criterios. Para el siguiente análisis se toma en consideración la información disponible sobre la pandemia en el sitio web “Our World in Data”, perteneciente a la Universidad de Oxford.

El punto inicial de referencia es la información disponible sobre pruebas diagnósticas de covid-19. La premisa es que solo es posible controlar adecuadamente la pandemia si se cuenta con el número de pruebas diagnósticas realizadas. Y que estas pruebas deben ser en un número suficiente para diagnosticar precozmente la mayor cantidad de casos, y, por ende, evitar la mayor cantidad de muertes.

En América Latina, cuatro países no tienen datos disponibles sobre realización de pruebas diagnósticas de covid-19 en “Our World in Data” (en ningún momento de la pandemia). Estos países son Haití, Honduras, Nicaragua, y Venezuela. Es por ello que el nivel de incertidumbre en estos países sobre el progreso de la pandemia es el más alto de la región. Cuatro países más (Brasil, Costa Rica, Perú, y El Salvador) no tienen datos actualizados sobre el número de pruebas diagnósticas. Esto nos deja 12 países con datos actualizados.

Para establecer un criterio del número mínimo de pruebas diagnósticas de covid-19 que se deben realizar, una alternativa es analizar la experiencia comparada de aquellos países más exitosos en el control de la pandemia. Si tomamos como referencia Corea del Sur, se observa que el número de pruebas más reciente es 0,75 por cada 1.000 personas. Entonces, un número mínimo equivalente aproximadamente a la mitad de pruebas de Corea del Sur (0,3 por 1000 personas), podría ser un criterio adecuado. Si es así, dos países de América Latina estarían por debajo de ese criterio (Ecuador y México). Es decir, que solo en la mitad de los países existe un nivel adecuado de esta información para conocer la evolución de la pandemia. Esto puede explicar que, al día de hoy, doce países de la región tienen más de 100 nuevos casos diarios de covid-19 por millón de habitantes.

En África, de un total de 54 países, 31 no tienen disponible información sobre pruebas diagnósticas de covid-19 en ningún momento de la pandemia. De los 23 países con información, 19 la tienen actualizada. Sin embargo, solo cuatro países realizan pruebas diagnósticas por encima del criterio indicado (0,3 pruebas por 1000 personas). Estos países son: Ruanda, Suráfrica, Namibia y Zambia. De estos países, solo Ruanda se ha mantenido por debajo de 25 casos nuevos diarios por millón habitantes a lo largo de la pandemia. En Suráfrica el máximo de casos nuevos diarios se alcanzó en las primeras semanas de este año (320 casos por millón de habitantes).

No contar con información sobre pruebas diagnósticas, junto con no realizarlas en los niveles requeridos, determina una gran brecha entre los países. Esto es: aquellos que cuentan con la información necesaria para controlar la pandemia, y aquellos que no la tienen. En América Latina solo la mitad de los países tienen esta información, mientras en África es solo el 7%. Dicho de otra forma, sesenta países de América Latina y África, correspondiente casi un tercio de los países del mundo, no tienen los requerimientos de información básica para diseñar e implementar políticas de control de la pandemia. Las consecuencias, lamentablemente, se expresan en casos y muertes por covid-19, así como en la prolongación de la pandemia con todos sus efectos.

Politemas, Tal Cual, 3 de febrero de 2021