jueves, 20 de diciembre de 2012

10 horas hablando del pasado

A los efectos prácticos, el Presidente habló 10 horas. Para presentar la supuesta Memoria y Cuenta de la gestión del gobierno nacional en el año 2011. Rompió todos los récords. Es sin duda la alocución presidencial más larga en una memoria y cuenta, para empezar. Se podría suponer que en tanto tiempo de discurso hubiera quedado algún pequeño espacio para referirse a los problemas centrales de los venezolanos. Eso hubiera sido lo “básico”.

De acuerdo con la versión oficial del Mensaje Anual del Presidente, la transcripción tiene 194 páginas. Cientos de miles de caracteres. En toda esa larga cháchara, el Presidente no pronunció nunca la palabra “empleos”, tampoco “puestos de trabajo”. Y las veces que se refirió a “trabajo” fue para referirse a la Gran Misión Saber y Trabajo. En ninguna de las ocasiones fue para referirse al número de puestos de trabajo creados en el año de la cuenta.

Que el Presidente no se refiera a los empleos o puestos de trabajo creados no es ninguna sorpresa. Ha sido una constante en los discursos del Presidente ante la Asamblea Nacional. Lo fue en la toma de posesión allá en 1999. Y lo fue también el año pasado. Lo llamativo esta vez es la desconexión entre el objetivo que supuestamente tiene la Gran Misión Saber y Trabajo y lo que efectivamente piensa el Presidente.

En las últimas semanas el gobierno ha comenzado la propaganda de la Gran Misión Saber y Trabajo. Y dentro de los “contenidos comunicacionales” ha mencionado que se crearán 3 millones de puestos de trabajo en los próximos años. Y para ello se le pide a la población que cumpla con el “gran invento”, esto es, registrarse para iniciar un proceso de asignación, en este caso de un empleo. Entonces, si eso fuera así de verdad, ¿cómo es que el Presidente, gran gerente de esta misión, no se refiere en ningún momento a esa supuesta meta? Si eso fuera así, ¿cómo es que el Presidente no dice los empleos que se necesitan o los que se han creado durante su gobierno?

La razón es bastante sencilla. El Presidente no habla de empleos ni de puestos de trabajo porque en su visión del mundo no está la creación de riqueza. Para el Presidente de lo que se trata es repartir los beneficios de la extracción petrolera a través de la supremacía del Estado, y en particular la de él que es el Jefe de ese Estado. La creación de empleos, en el fondo, es, para el Presidente, el debilitamiento del Estado. El pasado, pues.

Esa es la razón por la cual el Presidente tampoco mencionó en su informe anual ni una vez la palabra “progreso”, ni “bienestar”, ni “calidad de vida”. Con lo cual debe quedar claro que la Gran Misión Saber y Trabajo está orientada exclusivamente a transmitir al electorado la idea de que el gobierno está haciendo “algo” por uno de los problemas que más angustia a los venezolanos. Otra forma de ser cínico e irresponsable.

Politemas, Tal Cual, 18 de enero de 2012

Improductividad sin límites

Y al año catorce de su gobierno, el Presidente se acordó del empleo. En su primer programa dominical después de siete meses de ausencia, anunció el Presidente el inicio de la Gran Misión Saber y Trabajo. Todo un cambio “extraordinario” en el discurso. Ni en sus palabras en la toma de posesión de 1999, ni en su última Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional en 2011, el Presidente se había acordado del empleo. Ni dijo en ninguno de los dos casos cuántos empleos crearía su gobierno, ni cuántos había creado.

Por alguna razón “misteriosa” se crea una Gran Misión que atenderá el saber y el trabajo. No hay que ser muy mal pensado para imaginar que las elecciones del 7 de octubre y la angustia que genera en los venezolanos la ausencia de empleo de calidad, son los factores que han “movido” al gobierno a acordarse de la creación de empleos.

No es sólo que el actual gobierno ha menospreciado los mecanismos para fomentar el empleo, es que también ha destruido sistemáticamente empleo de calidad. Cuando se promueve la inseguridad jurídica desde el gobierno, cuando se persigue a la inversión privada, sea nacional o extranjera, cuando se realizan agresiones a la propiedad, en todas estas circunstancias se debilita la capacidad de crear empleos.

Los resultados están a la vista. Aparte de las miles de empresas cerradas y la migración de empleados a trabajos de menor calificación, junto con el éxodo a otros países, la destrucción de empleo de calidad ha alcanzado niveles muy significativos. En 1997 el 27% de la población trabajadora lo hacía en grandes empresas. Diez años después se redujo a 17%. El país tiene 50% de sus trabajadores en empleos de poca productividad, tal como lo señala la Cepal. Investigaciones de la UCAB indicar que el 65% de los trabajos son precarios, esto es, que no cuentan con las condiciones adecuadas de remuneración, beneficios y nivel de calificación.

Todo lo anterior influye en los bajos niveles de productividad que ostenta el país. Somos el país con el menor porcentaje de exportaciones de bienes manufacturados en la Región, apenas 5%. Según la Cepal, en 2009 exportamos 74 millones de dólares en productos manufacturados de alta tecnología. Brasil llegó a 10.500 millones de dólares. Y Costa Rica casi 2.000 millones. México más de 60.000 millones.

De tal manera que los intentos de última hora para transmitir a los votantes la sensación de que este es un gobierno que favorece el empleo, no tienen nada que ver con las desastrosas políticas que han reducido las posibilidades de trabajos de calidad. Para remate, en la nueva misión se acude nuevamente al registro como mecanismo de exclusión. Todo lo cual indica que hay muy poco que esperar de un gobierno que ha hecho del deterioro de la productividad de los venezolanos su objetivo más lamentable.

Politemas, Tal Cual, 11 de enero de 2012

viernes, 14 de diciembre de 2012

La significación del 16D

Las circunstancias que vive el país en las últimas semanas han aumentado la trascendencia de las elecciones regionales del próximo domingo. Tradicionalmente, las elecciones presidenciales tienen consecuencias mayores, en tanto que pueden implicar cambios sustantivos en las orientaciones de las políticas. De allí que históricamente las elecciones regionales hayan tenido un menor nivel de participación.

Luego de la aprobación de las elecciones de gobernadores y alcaldes a finales de los ochenta, se inició en estos niveles un mayor interés por la selección de los candidatos y por el seguimiento de la gestión de los aspirantes a la reelección. Toda la década de los noventa fue de profundización de la participación política en esos niveles de gobierno. En los últimos quince años, sin embargo, las prácticas recentralizadoras han hecho mella en la diversidad de la vida política local en Venezuela. La práctica monopolizadora del gobierno nacional ha copado toda la escena. En aquellos estados que cuentan con gobernadores opuestos al actual gobierno, es donde se puede apreciar una mayor autonomía para defender las aspiraciones de los ciudadanos.

Las elecciones de esta semana no han podido librarse de los efectos nacionales. En primer lugar, porque los resultados de las elecciones presidenciales han facilitado que se vea al 16D como otra oportunidad para dirimir la fuerza relativa de las opciones que copan el espectro político nacional. No hay duda de que existe una manera de gobernar en los estados que es más compatible con la visión del actual gobierno nacional. Como tampoco hay dudas de que las opciones que presenta la Unidad Democrática tienen una oferta que comparte las aspiraciones de cambio democrático que tiene el país, sin que ello signifique negar su diversidad política.

Un segundo aspecto está vinculado con la incertidumbre que han generado los anuncios presidenciales del pasado sábado. La posibilidad de que se convoque una nueva elección presidencial ha sido asomada por el propio Primer Mandatario. De manera que los resultados de las elecciones del 16D serán de gran utilidad para conocer la fuerza relativa en todos los estados, especialmente cuando no está involucrado el liderazgo presidencial. Pero también serán de utilidad para conocer la fortaleza de los líderes regionales que son expresiones de una nueva generación política, y han demostrado condiciones para desempeñarse con éxito en el manejo de la administración pública nacional.

Finalmente, los resultados del 16D ofrecerán una muestra de la fuerza de cada una de las organizaciones políticas, tanto las del gobierno como de la Unidad Democrática. Sin duda, todo lo que pase en Venezuela el año próximo estará influido por esos resultados. Votar en ellas, en consecuencia, es la mejor forma de expresar una opinión crucial para nuestro futuro.

Politemas, Tal Cual, 12 de diciembre de 2012

El Pacto por México

Antes de que termine esta década, México estará entre las diez economías más grandes del mundo. Y además, será el mayor exportador de bienes a los Estados Unidos. Más que China. De hecho, la economía mexicana ha crecido más que la de Brasil en 2011 y 2012. Es verdad que persiste una gran proporción de población en pobreza, pero en los últimos gobiernos se han implementado esfuerzos importantes para mejorar la atención en áreas como la salud, la educación y la protección social.

Estos inmensos retos de la sociedad mexicana requieren el establecimiento de grandes acuerdos. Que permitan avanzar hacia los próximos estadios del desarrollo de manera compacta y sostenible. El liderazgo político mexicano ha tenido la madurez para ponerse de acuerdo. A menos de 24 horas de la toma de posesión de Peña Nieto, se produce la firma del llamado “Pacto por México”. Es un acuerdo entre los tres principales partidos políticos mexicanos: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dicho acuerdo incluye 95 compromisos que tienen fechas exactas de cumplimiento, en las distintas fases de la implementación. Algunos de ellos suponen reformas de la constitución.

El hecho de que el PRI no haya logrado la mayoría parlamentaria fue un factor indudable para concretar el acuerdo. Aunque para llevar a cabo las reformas era requisito contar con las dos terceras partes de la representación parlamentaria. Ninguno de los actores políticos tenía la posibilidad de impulsar los cambios de manera aislada. Es por ello que se señala en el texto del Pacto que no se trata de un programa único. Lo que se impuso fue la convicción de que era fundamental construir un acuerdo mayoritario, sostenible, dirigido a solucionar los grandes problemas de los mexicanos.

El Pacto incluye medidas para desarrollar los derechos sociales y las libertades; promover el crecimiento económico, el empleo, y la competitividad; garantizar la seguridad pública; la transparencia en el manejo de los recursos públicos; y la gobernabilidad democrática. Se aspira concretar la cobertura universal de salud, reformas sustantivas de la educación pública, aumento de la inversión pública y privada, reformas de la gestión del petróleo y los minerales, reformas fiscales para promover el federalismo, así como el Plan Nacional de Prevención y Participación Comunitaria, entre otros aspectos.

México comienza un nuevo gobierno con una etapa de concertación política de gran significado histórico. Demostración de que los acuerdos son posibles cuando se coloca en el centro a los grandes objetivos de los ciudadanos. Es seguro que la implementación del Pacto por México llevará beneficios a todos los sectores de ese país. Para eso justamente son los acuerdos políticos.

Politemas, Tal Cual, 5 de diciembre de 2012

¡Nada de independencia!

Después de 14 años de mal gobierno, el Presidente nos viene con un nuevo cuento. El cuento de la “independencia”. Nos dice en su propuesta de plan de gobierno que en un eventual gobierno suyo para el período 2013-2019, se defendería y consolidaría el “bien más preciado”: la independencia nacional. Y acto seguido nos explica la manera de entender esa independencia: la continuidad y consolidación de la “revolución bolivariana en el poder”.

Ya bastante descarado es confundir la independencia del país con el destino de un gobierno, aunque ya no debe haber espacios para la sorpresa. Los actuales gobernantes utilizan el poder para segregar a los venezolanos. Para tildar a sus adversarios políticos de manera sectaria y excluyente. Nada nuevo con eso.

Lo que es bastante llamativo es que se quiera transmitir una supuesta independencia justamente en una época del país en la cual brilla por su ausencia. No puede ser independiente un país cuando todos los venezolanos sienten que están inseguros, que en cualquier circunstancia pueden ser víctimas de la violencia, que aquellos encargados de velar por su protección no cumplen con sus deberes. Y como consecuencia de ello, Venezuela es hoy uno de los más inseguros del mundo. La tasa de homicidios se ha triplicado desde que comenzó este gobierno. Más de 150.000 venezolanos han muerto por esa causa. Decir que tal situación es muestra de independencia es una afrenta a cada una de las familias enlutadas por la violencia.

No puede ser independiente un país cuando 200.000 niños en séptimo grado deben abandonar el sistema educativo. No tienen forma de continuar por la triste circunstancia de que no pueden contar con profesores y salones de clases. Para continuar estudiando deberían abandonar sus hogares. Eso significa por supuesto que ya no podrán alcanzar la independencia que se produce al contar con más años de educación. Cada niño que abandona la escuela es justamente lo contrario, es el alejamiento de las posibilidades de un futuro de oportunidades.

Tampoco puede ser independiente un país cuando el 95% de las exportaciones derivan de materias primas, en este caso, barriles de petróleo. La desaparición de empresas manufactureras, de todos los tipos de producción con incorporación de tecnologías, nos hace más dependientes, no menos. Con menos capacidad para agregar valor en la economía mundial.

Y para remate, ahora somos más dependientes para utilizar los recursos. Los miles de millones de dólares que se han transferido a otros gobiernos, en desmedro de los servicios que requerimos los venezolanos, es una muestra clara de que somos más dependientes de los intereses de otros. Que el actual gobierno, después de todo esto, hable de independencia es una muestra de su desconexión con el país de verdad. Es una evidencia de que su tiempo pasó.

Politemas, Tal Cual, 11 de julio de 2012

Cinismo presidencial

No podía ser de otra manera. El Presidente saliente (porque hay que aclarar que le queda poco en el cargo), no se pudo contener. Ante el auge de las muertes por violencia y la generalizada opinión de que es el principal problema de los venezolanos, el Presidente no se podía quedar callado. Especialmente cuando sabe que para millones de venezolanos su responsabilidad está muy clara, sus fallas son evidentes. Su fracaso en la conducción de las políticas de seguridad no ofrece la menor duda.

Y es por ello que hace dos semanas “encadenó” al país. Para que todo el mundo oyera su largo monólogo. Lo primero que hizo fue destacar que ahora presentaba un nuevo “plan”. Luego de casi 14 años el Presidente aparece con otro plan. Pretende que se le crea que ahora si se preparó adecuadamente. Que no caigamos en cuenta que los anteriores planes existieron. Que en su momento sus ministros también dijeron que habían encontrado la solución a los problemas de la violencia. Lo que llama la atención por supuesto es que esta vez faltan apenas tres meses para las elecciones. Y que la nota para pasar no le da. Acude al expediente de explicar un nuevo plan para distraer la atención de las fallas inmensas que han representado cada uno de los anteriores planes.

Ya eso hubiera sido suficiente muestra de cinismo. Pero la osadía del Presidente es ilimitada. Para justificar las “virtudes” del plan acude a la mentira y la exageración. No se puede llamar de otra forma cuando señaló que la inseguridad no ha sido descuidada ni “un minuto”. Cuando todo el mundo sabe que el Presidente justificó la realización de actos contra la propiedad. Y que en muchas ocasiones tales hechos han contado con el beneplácito de altos funcionarios. Además, nadie ha visto al Presidente convocar a los gobernadores y alcaldes para trabajar de forma mancomunada. Es ahora que el Presidente habla del problema. Cuando sabe que los votos se le escapan y que muchos venezolanos irán a cobrarle esa factura el próximo 7 de octubre.

Eso tampoco fue suficiente. Luego el Presidente se dedicó a explicar las “bondades” de su nueva ocurrencia. Señalando que el causante del aumento de la violencia es el neoliberalismo. En ese caso, habría que preguntarse ¿cómo es que ha aumentado tanto en Venezuela?, ¿es que resulta que él está presidiendo un gobierno neoliberal? Y previamente había obviado que el mayor aumento de las muertes por violencia se ha producido en su largo gobierno. Tampoco explicó cómo va a enfrentar la violencia sin el concurso de los gobiernos de los estados y municipios. Ni cómo es que se reducirá la violencia cuando se está promoviendo la compra y producción de armas. No se explicó nada de eso porque lo que expresa el Presidente es el más puro cinismo en la conducción del Estado venezolano.

Politemas, Tal Cual, 4 de julio de 2012

El entramado comunal

El próximo gobierno de la Unidad Nacional tendrá entre sus prioridades garantizar la plena vigencia de Estado Federal Descentralizado. El actual gobierno desvirtuó en la práctica todo el esfuerzo institucional de la última década del siglo XX. Las luchas que condujeron a la elección directa de gobernadores y alcaldes promovieron una institucionalidad más cercana a los problemas de la gente. Y es por ello que hubo un amplio consenso para que la Constitución de 1999 incorporara la forma federal descentralizada para la organización del Estado.

Desde 1999 hasta la fecha el Estado Federal Descentralizado ha sido prácticamente aniquilado por el actual gobierno. Las instituciones que le dan especial concreción, como el Consejo Federal de Gobierno, fueron reglamentadas como apéndices de la Presidencia de la República, contraviniendo totalmente la división de responsabilidades de los distintos niveles de gobierno y las pautas de coordinación. Las competencias de los Estados fueron reabsorbidas por el gobierno central cercenando el proceso institucional que se había desarrollado en la década anterior. Los recursos de los gobiernos de estados y municipios han sido restringidos al establecer el precio del barril de petróleo muy por debajo del precio de venta en el mercado internacional, con lo cual la norma constitucional sobre el situado prácticamente es letra muerta.

Mientras todo esto ha pasado, el gobierno ha promovido nuevas formas de participación que ya estaban incluidas en la Constitución de 1999. Es lo que se conoce como la organización comunal. Pero la participación comunitaria no es un invento del actual gobierno. Ha sido práctica desarrollada en las últimas cuatro décadas. Muchos de los logros de la organización vecinal, de los municipios y en la elección de gobiernos locales, ha sido el fruto de ese esfuerzo.

Lo que ha hecho el gobierno es aprovecharse de las aspiraciones de participación de los venezolanos. Y para ello ha utilizado la dependencia en la asignación de los recursos. Recordemos que los Consejos Comunales son prácticamente una instancia de la Presidencia de la República. Y además se ha creado un ministerio, un servicio autónomo, una fundación. Todos ellos relacionados con la organización comunal. De acuerdo con cifras oficiales, en el país existen casi 30.000 Consejos Comunales, 637 Salas de Batalla Social, y se ha apoyado a más de 10.000 organizaciones populares.

A pesar de que todo este entramado está basado en la noción de control de la sociedad, y de estimular la dependencia del Estado, no cabe duda de que en la organización comunal los vecinos encuentran opciones para solucionar sus problemas cotidianos. El próximo gobierno de la Unidad Nacional será hábil para interpretar estas exigencias ciudadanas y promover en ellas las mejores prácticas democráticas.

Politemas, Tal Cual, 20 de junio de 2012

Y el futuro llegó

En las calles de Caracas se demostró el pasado domingo que el actual gobierno ya es historia. Casi catorce años de autoritarismo e incompetencia colmaron la paciencia de los venezolanos. Nada más la escalada de violencia que nos etiqueta como uno de los países más inseguros del mundo, bastaría para evidenciar el cansancio de la población. A ello se debe sumar el desmantelamiento del sector productivo y la destrucción de empleos, la debacle del sistema educativo, la ausencia de reformas en la salud y en las pensiones, la carencia de programas efectivos de protección social, la calamitosa situación del desarrollo urbano y de las viviendas, así como de los servicios públicos.

Todo eso influyó para que desde todos los rincones del país viniera más de un millón de venezolanos a expresar su apoyo a la inscripción del candidato presidencial de la Unidad Democrática, Henrique Capriles Radonski. La magnitud de la insatisfacción con la actual gestión del gobierno nacional es inmensa. Afecta a todos los venezolanos, de todas las edades, credos, pareceres políticos, pero es más dramática en los sectores de menos recursos, a los grandes postergados de esta administración. Tres ideas, entre otras, influyeron en las dimensiones de una manifestación popular tan significativa.

La primera es el gran apoyo al esfuerzo unitario. La Unidad de los venezolanos es una demanda que cruza todos los sectores. Ante la división promovida por este gobierno, se ha respondido con un esfuerzo paciente, sistemático, de diálogo y encuentro que ha configurado una plataforma de Unidad Nacional, la cual tiene su expresión en la capacidad de articular fuerzas políticas y sociales, en la representación legislativa, en la propuesta de un programa de gobierno consensuado, y en la elección de candidatos unitarios para presidente, gobernadores y alcaldes. De allí que el Gobierno de Unidad Nacional sea la gran exigencia de los venezolanos.

En segundo lugar, se expresó con gran claridad que el abanderado presidencial de la Unidad, Henrique Capriles Radonski, cuenta con el apoyo de todos los que aspiran un cambio en la elección del 7 de octubre. Henrique Capriles ha ido captando apoyos en todo el país, en las visitas casa a casa, en el contacto con amplios sectores de la vida nacional. Hoy se puede decir que su candidatura representa una gran posibilidad de innovación respaldada incluso por sectores que cada día abandonan al actual gobierno.

Finalmente, para todos los marchantes fue también muy evidente que el país que ofrece Capriles Randoski es de futuro, de grandes opciones y mejoras en la calidad de vida de todos. Que ese futuro es posible construirlo, con el compromiso y tenacidad del liderazgo de una nueva etapa que se abre en el país. El día domingo fue evidente que ese futuro ya está aquí.

Politemas, 13 de junio de 2012

Candidato del descaro

El candidato del gobierno no se ruborizó para nada. Con un aire de estudio cinematográfico, con luces, cámaras, rodeado de sus más fieles seguidores, se dispuso a “dar una entrevista”. Nadie sospecharía nada. Casi parecía como si el periodista hubiera hecho esfuerzos titánicos para estar ahí. En solitario, con el candidato que también es presidente. Y de repente empezó a rodar el acto. En vivo, en directo, por uno de los canales oficiales.

Nada de nerviosismo de novato. Luego de casi catorce años de gestión, pocos pueden poner en duda que el candidato oficial no tuvo que practicar mucho la escena. Parecía un actor consumado, seguro de que se la estaba comiendo una vez más.

El Presidente apareció el lunes de esta semana, casi en horario estelar, para hacer un anuncio de la mayor trascendencia. Dijo que le estaba dando los “toques finales” al plan de gobierno 2013-2019. Como si estuviera en 1998, como si no hubiera gobernado una de las economías petroleras más grandes del mundo. Como si en estos años hubiera estado en las gradas y de repente lo mandan a batear. Como si no tuviera que explicar cómo es que aspira a la reelección después de la gestión más autoritaria e incompetente en más de medio siglo.

Nada de empachos. Después del “titular”, dio más detalles. Dijo que su próxima gestión, es decir, la cuarta, tendría acento en “lo social”. Ni Cantinflas en su mejor época. El candidato sempiterno a la reelección, le dice al país y al mundo que ahora se dedicará a “lo social”. Cabe preguntarse, ¿cómo fue que hizo para encontrar a lo “social”? ¿en una sesión “acercamiento a la realidad? ¿en una reunión con asesores venidos de otras latitudes? El candidato del gobierno por fin “encontró” su preocupación por lo social. Catorce años no pasan en vano. Aleluya.

Ese es el mismo candidato del gobierno responsable de la gestión de seguridad ciudadana con el lamentable resultado de más de 150.000 muertes por violencia. Es el mismo candidato del gobierno que no ha enfrentado la deserción anual de 200.000 estudiantes en el séptimo grado de educación primaria. Es el mismo candidato del gobierno que no ha aprobado las leyes de pensiones y de salud. Es el mismo candidato del gobierno en el cual se permite que 25% de los niños tengan algún grado de desnutrición. Es el mismo candidato del gobierno que no ha implementado un sistema de protección social para los sectores más vulnerables.

Ese es el candidato que ahora ofrece preocuparse por lo “social”. Y dedica horas a “perfeccionar” un documento para presentarlo como requisito para la campaña. Esperando que con ese nuevo documento se olvide el país del desastre que ha significado su gestión para la calidad de vida de los venezolanos. El candidato del gobierno ha asumido el ropaje de caradura. Para buscar incautos. Su intento será en vano, será derrotado.

Politemas, Tal Cual, 6 de junio de 2012

Unidad para ganar

El triunfo del 7 de octubre de la candidatura de Henrique Capriles Radonski será una demostración de la fuerza de la Unidad. Para la mayoría de los venezolanos, la Unidad se ha convertido en la mayor exigencia, en la mayor posibilidad. Ante un país dividido, separado, la Unidad de todos los venezolanos es el requisito de los tiempos. Esa es la razón por la cual tres millones de venezolanos acudieron a votar el 12 de febrero de este año. Y esa es la razón por la cual la mayoría se manifestará en los comicios de octubre por la opción de futuro representada por Henrique Capriles Radonski.

La Unidad tiene diversas manifestaciones. Desde las que se desarrollan en todos los niveles de participación hasta las que demandan la articulación de múltiples instancias de la vida social y política. Es por ello que el Gobierno de Unidad Nacional es cada día más necesario. Los problemas acumulados y las grandes incompetencias del actual gobierno no podrán ser superados sin un esfuerzo genuino de consenso en las metas, en las soluciones y en las nuevas prácticas. Y ello requiere la unidad de propósito y de acción. La Unidad efectiva, real, concreta, será el catalizador de la avalancha de votos por la opción de futuro.

La expresión de esta gran demanda de los venezolanos se concreta, en primer lugar, en la alianza política representada en la Mesa de la Unidad. Esa es la razón por la cual todos los actores allí incorporados han acordado el más amplio apoyo a la candidatura de Henrique Capriles Radonski. Que esa gran variedad de partidos hayan constituido una plataforma amplia, y al mismo tiempo diversa, capaz de trazar objetivos comunes y alcanzarlos, es un signo de madurez de los liderazgos políticos. Y también es una muestra del valor de la democracia como proceso de construcción de acuerdos, efectivos y perdurables.

Tal Unidad ha sido concebida para que sea a su vez expresión de la más amplia gama de instancias sociales. Desde los trabajadores y productores, en sus diversas manifestaciones, hasta el mundo técnico, académico, y asociativo. El Gobierno de Unidad Nacional será la conjunción de la más abierta representación de visiones, con un objetivo común: promover una etapa de progreso para todos los venezolanos, en la cual el bienestar y el desarrollo de nuestra democracia sean los ejes de la acción pública. Para ello se requiere la construcción de una plataforma de encuentro y diálogo, que facilite el trabajo en la campaña electoral y la ejecución de un gobierno efectivo a partir de enero de 2013.

La construcción de esta Unidad, efectiva, creciente, es tarea de todos. Para ello contamos con el liderazgo del candidato presidencial y con la exigencia permanente de millones de venezolanos. La constante atención al fortalecimiento de la Unidad es el gran reto de la hora actual.

Politemas, Tal Cual, 30 de mayo de 2012

Violencia total

Poco se puede agregar para demostrar que Venezuela ha sido prácticamente tomada por la violencia. En la actual administración se han superado todos los “récords”. La tasa de homicidios de Venezuela es una de las más altas de América Latina, y la de Caracas está entre las más altas del mundo. Ante ello el gobierno luce inerme, impotente, incapaz, sin ninguna idea, sin ninguna posibilidad.

Según la Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, en 2011 se cometieron más de 120.000 actos criminales, esto es, 440 por cada 100.000 habitantes. Menos de 6.000 personas fueron detenidas por esos delitos. Si las cifras oficiales, provenientes de la Encuesta de Victimización reportada el año pasado, son ciertas, en el país mueren cada día 53 personas por violencia. Repetimos, 53 personas cada día. Lo cual resulta de dividir 20.000 muertes entre 365 días del año.

Para el ciudadano común, que tiene que transitar las calles, utilizar vías a cualquier hora, tomar un transporte colectivo, asistir a cualquier sitio público, la inseguridad es un hecho cotidiano, palpable, nadie está seguro. Todos tememos que en cualquier circunstancia podemos ser víctimas de un atraco, de un exceso, o incluso perder la vida. Todos los venezolanos, en todas nuestras ciudades y pueblos, sufrimos la inseguridad. Para ser más exactos, el 80% de la población siente temor por sus bienes y su propia vida.

Todo lo anterior no es inevitable. Es producto de la gran incompetencia del actual gobierno. Por hacer todo lo contrario a lo que se requiere para combatir la violencia y la inseguridad. Es un gobierno que no planifica, que no coordina esfuerzos, que piensa que puede resolver todo con palabras, que no es capaz de seguir rutinas, que no identifica la causa de los problemas, que no pide ayuda, que cree que se la sabe todas, y que no relaciona las necesidades con los recursos. Un gobierno así no puede resolver ni la inseguridad ni ningún otro problema. Ya no hay nada más que probar. Hay que sustituirlo, tan simple como eso.

Pero todo esto tiene sus colmos. El actual gobierno se las ha ingeniado para convertir a las prisiones en los sitios más inseguros. Se supone que en las prisiones se toman todas las previsiones para que las personas de mayor peligrosidad estén bajo control. Uno no se explica cómo es que no se puede tener acceso a las prisiones, cómo es que se encuentran armas de todos los tamaños en manos de los reclusos, cómo es que hay pranes que tiene más poder que las fuerzas del orden público. De manera que el actual gobierno ha llevado la violencia a su nivel más alto. Vivimos la violencia total.

Todo lo anterior, a pesar de su gravedad, se puede modificar. No es irreversible. Para ello hay que sustituir al actual gobierno el próximo 7 de octubre. Henrique Capriles Radonski lo ha dicho bien claro, se pondrá al frente de esa tarea.

Politemas, Tal Cual, 16 de mayo de 2012

Espanto a la inversión

Si algo caracteriza a la economía venezolana de estos tiempos, es lo poco atractiva que resulta para invertir. Ya después de casi 14 años de gobierno, no quedan muchas dudas de que estas han sido las consecuencias de una nefasta política. Sin inversión no hay posibilidades para nuevas empresas, productos, innovaciones. Una economía sin inversión es sinónimo de empobrecimiento.

En el último informe de la Cepal sobre las características y magnitudes de la inversión extranjera en los países de la región, el panorama no puede ser más desolador. La economía venezolana es la única en la cual el flujo de aportes de capital es negativo. Es decir, en vez de inversión lo que tenemos es desinversión. En otras palabras, las empresas se están descapitalizando, están perdiendo valor. En el resto de los países los aportes de capital son positivos. En Argentina ascienden a casi 4.000 millones de dólares. En Chile a 6.500 millones. En México a poco más de 8.000. En el caso de Brasil se llega a casi 55.000 millones de dólares de aportes de capital. Todos esos inmensos aportes de capital deben redundar en recursos para que se creen puestos de trabajo y se amplíe la capacidad de producción. En todos los países, menos en Venezuela.

En los últimos siete años (desde 2005), los aportes de capital en Venezuela han sido negativos en cinco de ellos. Ya tenemos tres años seguidos en los cuales se hace más pronunciada la descapitalización. En tales condiciones no es mucho lo que se pueda esperar. La actual política económica es creadora de incentivos adversos al crecimiento y la prosperidad.

Que la economía venezolana sea poco atractiva para la inversión extranjera es el correlato internacional de la dinámica interna. Todas las señales que se envían a los sectores productivos son justamente para ahuyentar la disposición a invertir y a la creación de empleos protegidos, estables, productivos. No se puede esperar otro resultado que las grandes limitaciones para la creación de riqueza que tenemos en el país.

Que Venezuela sea un eje de atracción para la inversión extranjera es un requisito para realizar los cambios fundamentales que demandan los venezolanos. Ello supone la conjunción de esfuerzos entre el gobierno, los trabajadores y los empresarios, para generar un ciclo virtuoso de bienestar.

Mejores condiciones para que ingresen recursos de capital, generarán una mayor disposición a la activación de procesos productivos, algunos de los cuales pueden incluso haber desaparecido temporalmente. Es por ello de gran urgencia un cambio de rumbo. Un gobierno que sea capaz de abrir el país a las enormes posibilidades de empleo que traerá consigo la inversión nacional e internacional. Un gobierno que tenga vocación por garantizar los recursos para una nueva etapa de progreso sostenible.

Politemas, Tal Cual, 9 de mayo de 2012