viernes, 26 de marzo de 2021

Opciones de vacunas anticovid-19 en América Latina

Desde el inicio de la pandemia se hizo muy evidente que era prioritario producir vacunas que evitaran la propagación de covid-19. Los avances científicos de las décadas anteriores permitieron proponer alternativas de vacunas para someterlas a los estudios requeridos. Múltiples grupos de investigación, en alianza con empresas especializadas y otras organizaciones, iniciaron rápidamente la realización de estos estudios.

Para impulsar estas investigaciones también fue necesario contar con recursos de fuentes públicas y privadas. La gravedad de la pandemia, sin dudas, junto con la posibilidad de contar con conocimiento de gran utilidad, permitió que en pocos meses se lograran varias alternativas de vacunas seguras y eficaces. A la fecha, según el sitio web de seguimiento de la Universidad McGill, trece vacunas han sido aprobadas en muchos países, y 99 candidatas a vacunas se encuentran en diferentes fases de los estudios requeridos. Es de esperar que en la medida que avance el nivel de conocimiento científico, se podrá contar con mejores vacunas contra covid-19 en el futuro.

El extraordinario éxito que significa contar con vacunas tan seguras y efectivas, debe acompañarse con su aplicación en los sistemas de salud. Garantizar la cobertura universal de vacunas contra covid-19, se convierte en una de las tareas de políticas y gestión más relevante para los sistemas de salud a escala global. Conviene precisar cuáles son las características de las políticas que pueden influir más en la disponibilidad de las vacunas. La siguiente fase, esto es, la aplicación de las vacunas en los servicios de salud dependerá en gran parte de esa disponibilidad.

Dos factores son útiles para valorar el desempeño de los sistemas de salud en la garantía de disponibilidad de vacunas contra covid-19. El primero de ellos es la anticipación en lograr los acuerdos para el suministro de vacunas. En la medida que los gobiernos actúen con más celeridad, tendrán mayores posibilidades de alcanzar la disponibilidad deseada. El segundo factor es la diversidad de opciones de vacunas. Siendo que existe una gran demanda por estas vacunas en el mercado global, y que ellas varían en términos del número de dosis, mecanismo que utilizan para la inmunidad, población objetivo, y condiciones logísticas para la preservación y uso, lo ideal es que los países cuenten con la mayor diversidad de opciones.

En lo que respecta a la anticipación en la toma de decisiones, en América Latina se pueden distinguir tres tipos de países, de acuerdo con la información disponible en sitio web de la Universidad de Duke. El primer grupo está compuesto por los tres países que actuaron más rápido para concertar convenios de suministro de vacunas: Brasil, Ecuador, y México. El primer acuerdo fue realizado por Brasil el 6 de agosto de 2020. Ecuador y México establecieron los acuerdos en octubre de 2020. En el segundo grupo se encuentran los países que formalizaron estos acuerdos en los meses de noviembre y diciembre del año pasado (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Panamá, y Venezuela). El tercer grupo está compuesto por los países que aprobaron los acuerdos en los primeros meses de 2021 (Paraguay, Perú, y Uruguay).

La diversidad de opciones de vacunas se puede clasificar también en tres grupos. En el primer grupo están los países con mayor número de vacunas disponibles hasta la fecha: México (seis), Brasil (cinco), y Colombia (cinco). En un grupo intermedio están países con tres o cuatro vacunas disponibles (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, y Perú). En el grupo con solo una o dos vacunas aprobadas, están los siguientes países: Costa Rica (dos), El Salvador (una), Panamá (una), Paraguay (una), Uruguay (dos), y Venezuela (una).

La combinación de anticipación, diversidad, y capacidad de compra, explica la disponibilidad actual de vacunas anticovid-19 en los países de la región. Solo tres países a la fecha alcanzan la disponibilidad total de vacunas (incluyendo lo previsto por el mecanismo COVAX): Chile, Perú, y República Dominicana. Estos tres países pudieron comprometer los recursos para las compras, incluso Perú que fue el último del grupo en establecer los acuerdos.

Los países con menos de 40% de disponibilidad de vacunas (El Salvador, y Venezuela), también tienen la menor diversidad de opciones de vacunas (solamente una). En consecuencia, para estos dos países, y probablemente también para Uruguay, Paraguay, y Costa Rica, aumentar significativamente la disponibilidad solo será posible si cuentan con un mayor número de vacunas.

Las dificultades que experimenta la aplicación de vacunas en la región, pueden estar asociadas con el rezago en los mecanismos de compra y suministro, y a las restricciones estructurales de los sistemas de salud. Si a ello se agrega que algunos países no tienen suficientes opciones de vacunas, expresión también de las restricciones de recursos, es evidente que deberán acometer cambios urgentes para acceder a mayor cantidad de vacunas y aplicarlas con celeridad. De lo contrario, alcanzar la meta de cobertura puede prolongarse por los próximos años.

Politemas, Tal Cual, 24 de marzo de 2021

jueves, 11 de marzo de 2021

Los modelos de vacunación anticovid-19 en América Latina

La prioridad de políticas públicas en América Latina en la actualidad es el control de la pandemia. Los efectos sufridos en la región, en término de casos y muertes, así como en el deterioro social y económico, han sido extraordinarios. La prolongación de esta situación en los próximos meses no puede sino complicar más las condiciones de vida de los latinoamericanos. Afortunadamente, la existencia de varias vacunas contra covid-19 debería facilitar el control de la pandemia en el menor tiempo posible.

La efectividad de la vacunación anticovid-19 es muy heterogénea en la región. Las condiciones estructurales, especialmente los niveles de protección financiera y la cobertura de servicios, pueden afectar el desempeño de la vacunación anticovid-19 en los sistemas de salud. Sin embargo, dada la especificidad de las actividades para la administración de vacunas, es posible que se puedan realizar con rapidez los ajustes requeridos en las políticas. Siendo que el objetivo central es alcanzar la cobertura en el menor tiempo posible, es prioritario realizar el seguimiento regular de las vacunaciones.

Dos factores son cruciales para lograr la cobertura de vacunación anticovid-19 en el menor tiempo posible. El primero de ellos es la disponibilidad de vacunas. Para ello los gobiernos deben concertar los acuerdos respectivos, tanto para las vacunas provenientes de las empresas productoras como para las obtenidas a través del mecanismo COVAX. La disponibilidad, a su vez, está determinada tanto por la anticipación de estos acuerdos, como en los procesos para el abastecimiento oportuno de vacunas. Es decir, para evitar el incumplimiento o retraso en el cronograma de suministro de vacunas.

El segundo factor es la capacidad de administrar vacunas. En aquellos países con mayor fortaleza y cobertura de los servicios de salud pública, se puede esperar que tendrán también mayor rapidez y efectividad en el cumplimiento de la meta. El número de vacunas administradas diariamente con respecto a 100 personas es un indicador adecuado para discriminar esta capacidad. Los países que se acerquen al 1% de vacunados diarios tienen mayor capacidad de gestión que aquellos con 0,1%, por ejemplo. El tiempo que les tome a los países alcanzar el tope previsto de este indicador, es también expresión de las capacidades institucionales de cada sistema de salud.

Si se combinan ambos factores (disponibilidad de vacunas, y capacidad de gestión), los veinte países de América Latina se pueden clasificar, al día de hoy, en cinco grupos. La composición de estos grupos puede variar en la medida que los sistemas de salud modifiquen la disponibilidad y las capacidades de gestión como resultado de las políticas implementadas. En otras palabras, esta clasificación debe considerarse dinámica. De hecho, todos los países deberían tomar decisiones que los acerquen a la máxima disponibilidad de vacunas, y a la máxima capacidad de gestión. Las brechas de disponibilidad y capacidad de gestión determinarán que algunos países tarden más tiempo en alcanzar la meta de cobertura.

El primer grupo está conformado por países con disponibilidad de vacunas para el total la población objetivo, y que registren al menos 0,5 vacunaciones diarias por cada 100 personas. En este momento solo Chile se encuentra en este grupo. Esto significa que Chile podría ser el primer país de la región en alcanzar la meta de cobertura, posiblemente para mediados de 2021. En consecuencia, los aspectos del control en los cuales se tendría que concentrar Chile serían alcanzar el máximo de cobertura anticovid-19 en toda la extensión del territorio, así como implementar medidas para la detección precoz de casos en poblaciones no vacunadas, y en viajeros que ingresen al país. Obviamente, también Chile estaría en posibilidad de enfrentar los retos de la post-pandemia en el sistema de salud con mayor rapidez.

En el segundo grupo se encuentran países con disponibilidad de vacunas para toda la población, pero que no han alcanzado al menos 0,5% de vacunaciones diarias. En este grupo se encuentran República Dominicana y Perú. República Dominicana cuenta con la disponibilidad total si se agrega el 20% de población que sería cubierta por el mecanismo COVAX. En el caso de Perú, la cobertura total se alcanza sin incluir el mecanismo COVAX. Sin embargo, la capacidad de gestión es muy diferente entre ambos países. Mientras República Dominicana tiene 0,43% de vacunaciones diarias, Perú tiene apenas 0,03%. De manera que el esfuerzo institucional que debe realizar Perú es mucho mayor, acentuado por la dispersión de la población y la extensión del territorio. Al ritmo actual, Perú puede tardar mucho más tiempo en alcanzar la cobertura requerida que Chile y República Dominicana.

El tercer grupo está compuesto por países que tienen disponibilidad de vacunas superior a 50% de la población (pero no llegan al 100%), y tienen un porcentaje de vacunaciones diarias menor a 0,5. En este grupo se encuentran ocho países que se pueden dividir a su vez en dos sub-grupos en función de la capacidad de gestión. En el primer sub-grupo están Uruguay y Panamá, los cuales tienen un porcentaje de vacunaciones diarias cerca de 0,3. El segundo sub-grupo está compuesto por México, Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, y Bolivia, en los cuales el porcentaje diario no alcanza 0,2. Todos los países de este grupo deben mejorar para alcanzar la disponibilidad total, y aumentar el porcentaje diario de vacunaciones, siendo los del segundo sub-grupo los que deben realizar mayores esfuerzos institucionales.

En el cuarto grupo están países en los cuales la disponibilidad de vacunas no alcanza para el 50% de la población objetivo, y que tienen un porcentaje diario de vacunaciones entre 0,01y 0,03. Este grupo está compuesto por Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, y Venezuela. Estos países tienen una mayor brecha con respecto a los grupos anteriores. Además, la información de vacunas administradas en estos países es muy irregular, y probablemente incompleta. En el quinto grupo se encuentra países en los cuales solo se conoce que tienen disponibilidad por el mecanismo de COVAX (20%), y que hasta la fecha no tienen reportes de vacunas diarias administradas. En este grupo se encuentran: Cuba, Haití, Honduras, y Nicaragua. Entre estos dos últimos grupos suman nueve países de la región. Es evidente a la fecha la gran brecha de disponibilidad y gestión que caracteriza a estos países.

De acuerdo con lo señalado, la desigualdad en la evolución de las vacunaciones anticovid-19 en América Latina es muy marcada. Pocos países están en capacidad en estos momentos de alcanzar la meta de cobertura anticovid-19 en 2021. Es fundamental que los gobiernos de la región tomen decisiones con prontitud para garantizar la disponibilidad total de vacunas, y el diseño e implementación de opciones de aplicación que superen las notables restricciones actuales. De lo contrario, la afectación de la pandemia se prolongará con su correspondiente impacto en casos, muertes, y deterioro social y económico.

Politemas, Tal Cual, 11 de marzo de 2021

viernes, 5 de marzo de 2021

¿En cuánto tiempo se logra la meta de vacunas anticovid-19?

La vacunación anticovid-19 se ha convertido en la acción pública más importante en todos los países. Hasta que no se logre la inmunidad requerida, no se podrá reestablecer la marcha cotidiana de las actividades sociales y económicas. Es por ello que la agenda se concentra fundamentalmente en las alternativas de vacunas, así como en la disponibilidad, pero también en los procesos que se deben cumplir para se apliquen a la población definida. Conviene precisar el tiempo requerido para lograr la cobertura. En la medida que se logre la meta con mayor rapidez, esto repercutirá en menor cantidad de casos y muertes, pero también menos posibilidades de que se produzcan mutaciones en el virus causante de covid-19.

Asumiendo que se cuenta con la disponibilidad de vacunas para cubrir la población requerida, se puede establecer el plazo ideal para la administración. Si cada día se vacuna al 1% de la población que requiere vacunas, entonces se requerirían 100 días para lograr la cobertura. Esto significaría poco más de tres meses. Por supuesto esto sería en condiciones muy estrictas, es decir, que se lograra desde el primer día el 1% de vacunaciones. Como todo nuevo proceso, lleva un tiempo de aprendizaje en los servicios de salud, de manera que se puede asumir que en los primeros días no se alcanzará este porcentaje. Dado que varias de las vacunas disponibles requieren la aplicación de dos dosis, en un período se deberá alcanzar al menos 2% diario para lograr la inmunización completa en cerca de 4 meses.

Hasta la fecha el país que ha logrado mayor cobertura en la vacunación anticovid-19 es Israel. Para el 28 de febrero, en Israel se había administrado al menos una dosis de vacuna a 93,5% de la población establecida. Las vacunaciones se iniciaron el 20 de diciembre de 2020, esto significa que en poco más de dos meses se ha alcanzado casi el 100% de la población. Al examinar el porcentaje de dosis diarias administradas, se aprecia que en la primera semana se vacunó diariamente menos del 1% de la población. Sin embargo, desde el 29 de diciembre pasado se ha vacunado más del 1% (con la excepción entre el 11 y 16 de enero). A finales de enero, se alcanzó más de 2% de vacunación. Es por ello que en Israel se puede lograr la meta en menos de 3 meses.

En América Latina, el país que tiene en la actualidad el mayor porcentaje de cobertura es Chile (17,58). Sin embargo, Chile no ha alcanzado el 1% en ningún día desde el 25 de diciembre de 2020 cuando se iniciaron las vacunaciones. Entre el 11 y 15 de febrero se registró el porcentaje más alto (entre 0,92 y 0,99). El 28 de febrero Chile registró 0,34% de vacunaciones diarias. Esto significa que, de mantener este porcentaje, Chile alcanzaría la cobertura requerida en 8 meses (a finales de octubre de 2020). Panamá es el segundo país de la región en porcentaje diario de vacunación anticovid-19 (0,23% en el 27 de febrero). Si mantiene ese porcentaje, alcanzar la vacunación requeriría 10 meses más. Obviamente, en estos dos países se puede disminuir el tiempo para lograr la cobertura, pero eso significaría aumentar las vacunaciones lo más cercano a 1% diario como mínimo.

En el resto de los países de América Latina que reportan datos de vacunaciones, al ritmo actual, el tiempo para alcanzar la cobertura será mucho mayor. Solo cuatro países de este grupo se acercan a 0,1% de porcentaje diario de vacunación (Costa Rica, Brasil, Argentina, y México). Eso significa que requerirían tres años para vacunar a la población requerida. En los otros países el período es todavía mayor.

Es muy probable que en las próximas semanas muchos de los países aprueben nuevas vacunas y realicen nuevas adquisiciones. Esto significaría que aumentarían la disponibilidad. Pero también resulta evidente que deberán realizar cambios operacionales sustantivos para alcanzar el 1% de vacunaciones diarias, que como se ha señalado, pareciera ser una meta bastante exigente, incluso en países con mayores fortalezas en los sistemas de salud. Al menos 0,5% de vacunaciones diarias debería ser una meta a alcanzar.

Dadas estas restricciones, en disponibilidad y capacidad de gestión, es bastante probable que los sistemas de salud de la región deberán dedicar probablemente la mayor parte del año 2021 a la atención de los efectos de covid-19 y a las vacunaciones requeridas. Todo lo cual repercutirá en que muchas áreas de servicios (tanto de enfermedades infecciosas como crónicas) no contarán con los recursos básicos, ni mucho menos para acometer nuevas actividades. Las dimensiones de la afectación de la salud de los latinoamericanos por la pandemia, parecen ser cada día más significativas.

Politemas, Tal Cual, 3 de marzo de 2021