lunes, 27 de diciembre de 2021

La pandemia en los primeros meses de 2022

Con las decisiones tomadas por muchos gobiernos en los últimos días (confinamientos, restricciones de vuelos, reintroducción de la obligatoriedad de las mascarillas, entre otras), quedan pocas dudas de que en las próximas semanas se registrarán aumentos de casos en muchos países. Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los casos de covid-19 ocasionados por la variante Ómicron corresponden al 73% de los casos totales, siendo 10% apenas en la semana anterior.

De acuerdo con Our World in Data de la Universidad de Oxford, tres países de América Latina (México, Chile, y Brasil) ya han reportado resultados de secuencia genómica para la variante Ómicron en casos de covid-19. En seis países más (Panamá, Perú, Argentina, Costa Rica, Colombia, y Ecuador), existen reportes en medios de comunicación que indican la presencia de casos de covid-19 por la variante Ómicron. Esto significa que en la mitad de los países de la región ya está presente la nueva variante. Es bastante razonable estimar que la variante Ómicron se encuentra en todos los países, aunque en algunos no exista la confirmación.

Con estas evidencias, también es razonable esperar que el aumento de casos, por la alta tasa de infección de esta variante, se empiece a registrar en los próximos días en muchos países. De hecho, ya en algunos países (Argentina, Bolivia, Uruguay, y Panamá), la tendencia de casos diarios es ascendente desde principios de diciembre. En Argentina la tasa de incidencia se ha duplicado en la última semana. La tasa de mortalidad diaria por covid-19 de Bolivia y Perú también ha aumentado significativamente desde principios de diciembre.

A diferencia de los países de la Unión Europea, once de los cuales ya han alcanzado al menos 70% de población completamente vacunadas, en América Latina solo tres países (Chile, Cuba, y Uruguay) han llegado a ese nivel. Siete países ni siquiera tienen 50% de población completamente vacunada. En consecuencia, es bastante probable que el aumento de casos ocasione la congestión de los servicios de salud en las próximas semanas. A pesar de que la variante Ómicron tenga efectos más bien leves en las personas, el número alto de casos por el alto nivel de contagio, aumentará las consultas y hospitalizaciones en servicios ya recargados por los severos efectos de la pandemia.

Desde otro ángulo, las medidas de control que están vigentes en la actualidad (el Índice de Rigurosidad de Políticas de la Universidad de Oxford), tienen un índice menor de 50 en 14 países de América Latina (de un total de 20). Esto significa que la propagación de la infección puede ser mayor, y, en segundo lugar, que los países tendrán que aumentar la intensidad de las medidas de control, con los consiguientes efectos económicos y sociales ampliamente experimentados en los dos últimos años.

La dinámica de la pandemia indica que entre cuatro y seis meses es el período que se extiende entre el inicio del aumento de casos y el regreso al punto de partida. Dadas las condiciones en las cuales se encuentra la cobertura de inmunidad, por los bajos niveles de vacunaciones, y el hecho de que pueden registrarse casos en personas vacunadas, es posible estimar que esta nueva fase de la pandemia abarcará los primeros seis meses del próximo año.

En estas circunstancias es clave identificar las pautas de política que se deben profundizar. En primer lugar, se deben acelerar los procesos para aumentar lo más rápidamente la cobertura de población completamente vacunada. Esto significaría alcanzar el 70-80% de la población en los próximos meses en todos los países.

En segundo término, tal como algunos países lo están haciendo, se debe administrar la dosis de refuerzo. Nuevamente en este aspecto se aprecian notables desigualdades en la región. Mientras Chile y Uruguay ya alcanzan más de 40% de la población con el refuerzo, en la gran mayoría de los países no se llega a 15%, y en seis países ni siquiera se tienen datos disponibles.

La experiencia en las políticas de control en esta pandemia indica que la vacunación es fundamental, pero que debe acompañarse con otras medidas. Los países que han logrado combinar las medidas de control son los que han podido reducir los efectos de la pandemia a un menor costo social y económico. En las actuales circunstancias, parece bastante evidente que, en una gran parte del próximo año, los gobiernos de la región deberán seguir dedicando esfuerzos y recursos para enfrentar la pandemia. Continuará siendo el principal tema de la agenda de políticas públicas por tercer año seguido.

Politemas, Tal Cual, 22 de diciembre de 2021

domingo, 19 de diciembre de 2021

La pandemia en los programas de gobierno en Chile

El próximo domingo 19 de diciembre se celebra la segunda vuelta de la elección presidencial en Chile. Visto que Chile es uno de los países (con más de 1 millón de habitantes) con mayor éxito en la vacunación contra covid-19, expresado en la tercera tasa más alta de vacunación completa con dos dosis en el mundo (solo superado por los Emiratos Árabes Unidos y Portugal), y la primera tasa mundial en la aplicación del refuerzo, es relevante conocer cómo piensan enfrentar la pandemia los dos candidatos que disputarán la presidencia del país en pocos días.

Ha sido más fácil conseguir en internet las versiones de los programas de cada candidato para la primera vuelta, que para la segunda. En el caso del candidato José Antonio Katz, el programa se denomina “Para volver a creer” y se encuentra disponible en el sitio web del Servicio Electoral de Chile. El documento tiene 57 páginas. En ninguna de ellas se encuentran citadas las palabras “pandemia”, “coronavirus”, o “covid-19”. De manera que es un programa que no analiza la evolución ni las implicaciones de la pandemia que ha afectado a la humanidad desde hace dos años. Es bastante llamativa la ausencia de esta situación, especialmente porque al día de hoy, la pandemia seguirá siendo el principal problema a escala global. El enfoque de políticas que aplicará el candidato Katz puede ser uno de los aspectos de interés para los electores.

La propuesta programática del candidato Gabriel Boric, denominada “Apruebo Dignidad”, es un documento de 229 páginas, en el cual el tratamiento de la pandemia está concentrado en dos aspectos. El primero de ellos se refiere a las medidas que se deben poner en práctica para identificar y atender los efectos de la pandemia en los ámbitos del trabajo, educación, y pequeña y mediana empresa. Dentro de ellas tiene especial relevancia el seguro obligatorio ante covid-19 para los estudiantes en la práctica profesional.

El segundo aspecto está relacionado con la atención propiamente del curso de la pandemia. Se propone una nueva gobernanza con la integración de tres niveles (técnico, político y ejecutivo) para enfrentar la pandemia. Sin embargo, no se detalla la composición de estos niveles. Dentro de las medidas específicas para atender las secuelas se mencionan los cuidados de salud mental para los miembros de los equipos de salud, y para la población en general. También se propone la administración de refuerzos periódicos de la vacunación contra covid-19. La cobertura total de covid-19 es recomendada como prestación obligatoria a través del Fondo Nacional de Salud (FONASA) y las ISAPRES.

A pesar de que las propuestas del programa del candidato Boric son más explícitas con respecto a distintos aspectos de la afectación producida por la pandemia, no se mencionan recomendaciones para fortalecer la preparación del país ante nuevos eventos de riesgo biológico (entre ellos las pandemias), ni los cambios que deben implementarse en la organización de servicios, especialmente para fortalecer las funciones de anticipación, detección y tratamientos de casos en la Atención Primaria de Salud, así como las consecuencias en la formación de recursos humanos y en la investigación relacionadas con las enfermedades de origen viral.

Las ausencias en la consideración de la pandemia en las propuestas de gobierno, en el caso específico de Chile, pero no reducido a este país, pueden revelar las dificultades en la transmisión de propuestas del ámbito de salud pública a otras áreas de las políticas públicas. Reducir estas dificultades puede significar que los nuevos gobiernos no pierdan tiempo valioso para confirmar lo que está funcionando bien, y acometer rápidamente las decisiones que se requieren en lo que no existe, o en lo que no funciona bien. Dado que la pandemia continuará en 2022, ojalá estos temas sean mejor detallados en los programas de los candidatos presidenciales en las elecciones del próximo año en la región (Costa Rica, Colombia, y Brasil).

Politemas, Tal Cual, 15 de diciembre de 2021

miércoles, 15 de diciembre de 2021

En el tercer año de pandemia

El reporte de la variante Ómicron de covid-19 en Suráfrica, tal como lo señaló el Director General de la OMS, ha puesto nuevamente de relieve que la pandemia no ha terminado. Este hallazgo se suma al aumento de casos experimentado en muchos países europeos en las últimas semanas, a los reportes de bajas coberturas de vacunación incluso en países con alta disponibilidad de dosis, y al nuevo criterio de que la vacunación completa implica la tercera dosis o refuerzo.

En América Latina solo tres países (Chile, Cuba, Uruguay) han alcanzado a la fecha la meta de 70% de cobertura completa contra covid-19. De acuerdo con las tendencias del ritmo de vacunación diario, es poco probable que otros países alcancen la cobertura esperada antes de que termine este año. En consecuencia, sin asumir los efectos que pudiera tener la nueva variante Ómicron, es bastante claro que 2022 será otro año de pandemia. Esto significaría al menos tres años de efectos en los países de la región, algunos de ellos con grandes restricciones de políticas públicas agravadas por la pandemia.

Con el propósito de identificar las condiciones de las personas luego de año y medio de pandemia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial realizaron una encuesta en 24 países de América Latina y el Caribe. En el grupo de países se encuentran 18 de América Latina (no están Cuba y Venezuela). Las encuestas se realizaron en hogares a través de llamada telefónicas entre mayo y julio de 2021.

Dentro de los hallazgos más resaltantes de la encuesta se señala el deterioro en la calidad del empleo en la región, con el aumento de la informalidad. La mitad de las personas no ha recuperado el nivel de ingreso previo a la pandemia, a pesar de haber recibido transferencias regulares o de emergencia por parte de gobiernos y del sector privado.

La inseguridad alimentaria se ha duplicado en la región en la pandemia, especialmente en aquellos países con mayor desigualdad y pobreza. También se ha reducido la actividad educativa en 12% con respecto a la tasa de cobertura anterior a la pandemia. Las mujeres experimentan mayores restricciones para retener los empleos o para reingresar al mercado laboral. El rechazo a la vacunación contra covid-19 también es significativo (8% de la población en el agregado de la región), especialmente en los grupos de menor nivel educativo y en las zonas rurales.

La persistencia de casos y muertes por covid-19, y el hecho de en muchos países no exista un registro adecuado, significa que la incertidumbre continuará siendo un factor crítico para las políticas públicas. Las decisiones que afectan la actividad económica y educativa, serán completamente dependientes de la persistencia de la pandemia. Esto es especialmente preocupante en aquellos países en los cuales la cobertura de vacunaciones completas no alcanza a la fecha ni siquiera el 50% de la población (nueve países).

La prolongación de la pandemia en 2022, que es el escenario más probable, profundizará el deterioro en las actividades rutinarias de los sistemas de salud, y hará mucho más difícil acometer los nuevos retos, tal como están expresados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030. Al ritmo actual, el 70% de cobertura se alcanzará en muchos países en el primer semestre de 2022. Ahora bien, sabemos ya que ese porcentaje seguramente será insuficiente para controlar definitivamente la pandemia. Esto puede significar, a menos que se tomen medidas extraordinarias para aumentar rápidamente las vacunaciones, que la pandemia de covid-19 puede ser la mayor restricción para el desarrollo de América Latina en los próximos años.

Politemas, Tal Cual, 1 de diciembre de 2021