jueves, 21 de abril de 2016

Escenario hiperinflacionario

Los datos son simplemente escalofriantes. El FMI ha publicado los escenarios económicos hasta el año 2021. Los estimados para la evolución económica de Venezuela no dejan ninguna duda. Venezuela está en una situación de shock económico, con todas las consecuencias que puede traer para la vida de los venezolanos.

Decía Keynes en 1919 que no hay forma más segura de trastocar las bases de la sociedad que destruir la moneda. La inflación, especialmente aquella que es abrupta y de altas proporciones, destruye las sociedades. Aniquila capacidades productivas y cambia la vida de las personas afectadas. Las implicaciones de la inflación descontrolada obligan a plantearlo como el principal público a enfrentar cuando aparece.

Según el FMI, la tasa de inflación promedio de Venezuela en 2016 sería 481%. Eso significa más del doble que la reportada el año pasado. Pero la inflación estimada para finales de este año ya estaría en 720%. No hay sino que comparar con la situación actual, para tener una idea de lo terrible que puede ser esa tasa de inflación a finales de año. Sigue el FMI indicando que el año próximo, de seguir estas políticas que nos han conducido hasta aquí, la tasa de inflación promedio llegaría a 1.600%, y que al final de 2017 tendríamos una tasa de inflación de 2.200%. Tal escenario es sencillamente devastador. Si tomamos en cuenta la estimación del FMI para el 2021, Venezuela podría alcanzar una tasa de inflación promedio de 4.500%. Sin palabras.

Este escenario implica que Venezuela sería la segunda hiperinflación del Siglo XXI (la primera fue Zimbabwe entre 2007 y 2008). Además, sería la primera hiperinflación en un país de la OPEP no sometido a una guerra civil (como fue el caso de Angola entre 1994 y 1997). Por otra parte, la tasa de inflación de Venezuela es la única superior a 100%. En América Latina y el Caribe, la anterior tasa de inflación superior a 100% la experimentó Surinam en 1994 (142%). De no corregirse el curso de la inflación, en 2017 Venezuela tendría la tasa de inflación más alta de América desde la que ocurrió en Brasil en 1994 (2.075%).

Por donde quiera que se mire, este escenario es absolutamente destructivo. Para los ciudadanos y sus condiciones de vida concretas, y para toda la sociedad. A esta situación hemos llegado por la irresponsabilidad e incompetencia del actual gobierno. Sus políticas han destruido la moneda, han pulverizado el marco de relaciones económicas, han distorsionado todas las dimensiones de las relaciones de producción e intercambio en la sociedad.

Este escenario no es irreversible. Pueden tomarse políticas que modifiquen el curso. Para ello se requiere una política económica completamente diferente, orientada a la creación de valor, el bienestar de los ciudadanos y a la preservación de la moneda. El actual gobierno ha dejado muy claro que no irá en esa dirección. Mientras eso no pase, se deteriorará mucho más la vida de los venezolanos. En consecuencia, es fundamental que la sociedad venezolana proceda en el marco constitucional a la sustitución de un gobierno que llevado al país a las puertas del fenómeno más destructivo: la hiperinflación.

Politemas, Tal Cual, 20 de abril de 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

El peor desempeño social

La publicación del último Panorama Social (2015) por parte de la CEPAL aumenta la preocupación sobre la situación del país. Dado que el informe incluye información de todos los países de la Región, permite comparar la gestión social en diferentes contextos institucionales.

La tasa de pobreza en América Latina en 2014 fue 28,2%. Eso significa que aproximadamente 168 millones de personas se encontraban en situación de pobreza en ese año. El 11,8% del total de la población estaba en situación de indigencia, es decir, sin los recursos para adquirir los alimentos. El número total de personas en pobreza aumentó en 2 millones entre 2013 y 2014. El incremento neto de la población en pobreza se debió fundamentalmente a tres países (Guatemala, México y Venezuela). 

Cuando se compara a Venezuela con los otros países, se evidencian tres características: (1) la tasa de aumento de la pobreza en nuestro país en el período 2010-2014 fue mayor que en cualquier otro, (2) la brecha entre los pobres y los no pobres fue la que más se incrementó, y (3) la brecha entre los individuos, tomando en cuenta el ingreso, también fue la mayor. Por donde quiera que se mire, la pobreza en Venezuela se está agravando, sea en términos de la magnitud como de la intensidad.

Pero lo más inquietante de ese informe no es lo que se dice, sino lo que no se dice. Dado que el último año de información es 2014, podemos imaginar lo que está pasando con la pobreza en estos momentos. Han pasado más de 16 meses desde finales del año 2014. Sin embargo, la crisis económica se complica cada día más. El aumento de la tasa de inflación en 2015 fue el mayor en la historia del país, y el mayor en América desde 1994. Venezuela tiene la inflación más alta del mundo desde 2013 (es decir, cuatro años seguidos). Por otra parte, la economía sigue en recesión, por tercer año seguido. El aumento de los precios de los alimentos el año pasado fue mucho mayor que la inflación agregada. Y para remate, los programas de protección social no están en capacidad de amortiguar la extraordinaria caída de la capacidad adquisitiva. Si a ello se suma la debacle en las áreas de salud y de educación, así como la impresentable gestión de los servicios públicos, queda muy evidente que la afectación de la vida cotidiana de los venezolanos está en su peor momento histórico. 

Todo lo anterior nos lleva a una conclusión más que preocupante. Las perspectivas de la situación social se agravaron en 2015, y se están agravando en lo que va de 2016. Ante eso hay un gobierno sin ideas, repitiendo los mismos errores, haciendo gala de la mayor incompetencia en la gestión pública en el Siglo XXI, perdiendo credibilidad a cada instante. La población se afianza en el convencimiento de que el primer paso para tener una transformación en el país es la sustitución institucional de este pésimo gobierno.

Politemas, Tal Cual, 6 de abril de 2016