viernes, 23 de diciembre de 2016

Gobernar para destruir

Las últimas semanas han evidenciado el total desastre que significa el actual gobierno para la vida de los venezolanos. Ya no solo es la ideologización y la incompetencia que han caracterizado estos casi 18 años de gestión. Ahora es mucho más evidente la indolencia y el maltrato que infringe en la cotidianidad de la inmensa mayoría de las familias del país. El mundo ha quedado atónito con la palmaria mezcla de daño deliberado con ignorancia e incapacidad para el manejo del Estado. Con las medidas económicas de los últimos días, el actual gobierno ha dejado muy claro que es la peor gestión en la historia de la República y la peor del mundo en el Siglo XXI. 

El gobierno entiende su acción con el objetivo de destruir. Así ha sido desde el primer momento. Recordemos que, en su mensaje de toma de posesión, allá en 1999, el presidente Chávez anunció la sustitución de la Constitución de 1961, la tildó de “moribunda”. No hubo en sus palabras ninguna actitud comprensiva con el marco institucional que facilitó el período más largo de estabilidad y gobierno civil que habíamos conocido. La idea era destruir, con el supuesto nunca comprobado de que se iba a construir un orden mejor. Ya estaba claro que comenzar así era justamente la demostración de que la intención no tenía nada que ver con crear y fortalecer, más bien con aniquilar, con venganzas y retaliaciones.

En su primera aparición, el gobierno estableció sus parámetros de destrucción. Y así ha continuado. Una primera fase de destrucción fue intangible. Está relacionada con la percepción del futuro. Las primeras acciones del gobierno, por allá entre 1999-2002, afectaron la visión de futuro del país. Colocaron cortapisas sobre nuestras posibilidades de desarrollo. Prueba de ello es que empezamos a dejar de ser atractivos para las inversiones internacionales y comenzó el éxodo de empresas y personas a sitios con mejores perspectivas. Mientras tanto, el gobierno se concentró en sus ansias de controlar el Petro-Estado, con la visión ideológica atrasada de que era posible una sociedad controlada por el recurso fiscal derivado del petróleo.

Con esa intención comienza en 2006 una nueva fase de destrucción. Esta vez contra toda la capacidad productiva instalada del país. Se agrede al sector privado, se estatizan empresas, se vulneran derechos de propiedad, se asaltan fincas, plantas, instalaciones. Con el soporte de la mayor entrada de recursos provenientes de la venta de petróleo, se inicia la mayor destrucción de recursos productivos que se ha visto en el mundo en el Siglo XXI. Y ese ímpetu no se detiene allí, continúa hacia toda la institucionalidad disidente de esa visión. 

En la parte de este largo gobierno que se inicia en abril de 2013, se ha avanzado en una nueva fase de destrucción. Esta vez es la moneda. Tal como decía Keynes después de la I Guerra Mundial, destruir la moneda es afectar la propia esencia de las sociedades. Y esa la situación que se ha desencadenado en las últimas semanas: el extraordinario aumento de la inflación y la literal aniquilación de los billetes como medios de intercambio. La devastación causada por este gobierno no puede ser mayor. Toda esta destrucción ha dejado muy evidente que la sustitución del actual gobierno por los medios constitucionales y democráticos es la tarea más urgente que tiene la sociedad. Establecer la ruta para alcanzar ese objetivo lo más rápido y al menor costo será la tarea fundamental en 2017. Será el reto central de la Unidad de los venezolanos. Sigamos.

Politemas, Tal Cual, 21 de diciembre de 2016

El peor escenario económico

El año 2016 cierra en las condiciones más críticas para la vida de los venezolanos. Los efectos terribles en el acceso a medicamentos y alimentos están a la orden del día. Las colas para las compras son más largas y frustrantes, ante las mayores dificultades para conseguir los productos. La caída en el ingreso de las familias se agrava ante la ausencia de políticas económicas que puedan revertir este curso desastroso. Ya el BCV ha anunciado el nuevo cono monetario. Demostración muy clara de la destrucción económica que ha sufrido Venezuela. El anunciado billete de 20.000 bolívares representa 200 veces el valor del billete de mayor denominación de la actualidad. Sin embargo, al calcular en dólares representa la décima parte del valor de ocho años atrás. 

La causa fundamental de este total desastre económico radica en la visión ideológica desfasada del actual gobierno. La creencia de que era posible fortalecer al Petro-Estado para tomar control de la sociedad y desde ahí dictar todas las pautas, ha llevado al país al estado más deplorable que se pueda imaginar. A esa visión ideológica debe sumarse la mayor incompetencia en el manejo de la gestión pública en la historia republicana de Venezuela. Sin embargo, los responsables de este formidable fracaso no asoman ninguna autocrítica, ninguna conciencia del daño realizado. Más bien, es obvio que tratan de sacar provecho de esta nueva etapa de deterioro, por supuesto, para sus fines particulares, nada que ver con las realidades concretas de los venezolanos.

En el curso de las políticas económicas del actual gobierno, el escenario no puede ser más preocupante. El FMI ha informado, desde finales del año pasado, que al cierre de 2016 la tasa de inflación del país estará en 720%. La más alta del mundo. Los pronósticos para los años siguientes son escalofriantes. Para el año 2017 se estima que la tasa de inflación cerraría en 2.200%, en 2018 alcanzaría 3.000% y a finales de 2019 en 3.500%. Tal es la dimensión de las consecuencias económicas que ha sufrido el país. Si a ello agregamos el pronóstico de crecimiento, se completa que Venezuela tiene al día de hoy el peor escenario económico del mundo. El FMI estima que todos los años hasta el 2019 tendremos reducción de la actividad económica (es el último año estimado). En otras palabras, a seis años de recesión económica (entre 2014 y 2019) habría que agregar que tendríamos la segunda hiperinflación del Siglo XXI.

Con este escenario queda muy poco que decir sobre la desastrosa gestión del actual gobierno. Prácticamente ha aniquilado la capacidad productiva del país y las reglas básicas para manejar una economía moderna. Las consecuencias que esta situación tiene en la vida de los venezolanos ya han llegado a extremos inimaginables. Es bastante obvio que el actual gobierno es la primera amenaza de la vida de los venezolanos, es el mayor factor de sufrimiento de la gran mayoría de las familias del país. Cada día que pasa es más evidente que un gobierno así debe ser sustituido a la brevedad por las vías democráticas e institucionales que estén disponibles. La tarea no puede ser más urgente.

Politemas, Tal Cual, 7 de diciembre de 2016

Retroceso de 100 años

La muerte de Gómez abre en Venezuela las posibilidades de modernidad. Pocos meses después, el gobierno de Eleazar López Contreras aprueba la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). Entre las primeras tareas se encontraba asumir la lucha contra la malaria. Una de cada tres muertes que se sucedían en el país cada año, era producida por esta enfermedad. Las descripciones de las novelas sobre esa época, expresan la realidad de los estragos que sufrían los venezolanos por esa causa. Venezuela era sinónimo de malaria. 

En esas condiciones se inicia bajo el liderazgo de Arnoldo Gabaldón una de las páginas más brillantes de la salud pública, con repercusiones en Venezuela y en todo el mundo en desarrollo. Con una mezcla de dedicación, conocimiento, y especialmente disciplina y tesón, las legiones de trabajadores de “la Malariología” comenzaron a mapear el país para conocer los hábitos del mosquito que transmitía la enfermedad, así como los efectos en las personas. Entre 1936 y 1945 se generó todo un cúmulo de conocimientos que permitió una fase de control con la utilización del DDT, justamente en las áreas que podían ser más susceptibles al efecto del insecticida. En 1937 se inició el registro de casos de malaria. El número de casos en 1941 fue 19.528, la cifra más alta del período. En 1950, luego de cinco años de iniciar el rociamiento con DDT el número de casos había descendido a 2.012, es decir, prácticamente la décima parte de los casos de diez años atrás. El control de la malaria fue un factor relevante en el surgimiento de la Venezuela moderna.

La implementación de esta política condujo a que en 1962 se registraran en Venezuela 210 casos (la menor cifra de la historia). El éxito del programa anti-malárico de Venezuela fue reconocido por la OMS en términos de la mayor extensión de superficie en el mundo con control de la enfermedad. Tal fue el impacto de la estrategia que Venezuela era el sitio al cual asistían los malariólogos de todo el mundo para aprender las mejores prácticas para el control de la enfermedad. Las epidemias de malaria que se produjeron en los primeros años de la década de los setenta, y a fínales de los ochenta, fueron controladas rápidamente, especialmente cuando se compara con la situación actual.

En 1998, año previo al inicio del actual gobierno, el número de casos fue 22.106. Desde ese momento todos los años han terminado con un número de casos superior a esa cifra, hasta el punto que en 2010 se habían duplicado. En los últimos siete años los casos de malaria han aumentado con respecto al año precedente. En 2013 los casos reportados fueron 76.621, en 2014 aumentaron a 89.822. Desde mediados de 2015 no se han publicado las cifras oficiales. Reportes difundidos por organizaciones especializadas indican que el número de casos en 2015 fue 136.402, y se estima que 2016 cerrará con una cifra cercana a los 200.000 casos.

Las evidencias son muy contundentes. La gestión del actual gobierno en el área de control de la malaria es la peor en la historia del país. A diferencia de 1936, cuando teníamos un gran problema, pero también una política adecuada, ahora tenemos un problema multiplicado por diez y ninguna política efectiva. Con el actual gobierno hemos retrocedido 100 años en el control de la malaria. El fracaso es total.

Politemas, Tal Cual, 30 de noviembre de 2016

La peor gestión de salud en América

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado en su sitio web los datos del gasto en salud correspondientes a 2014. La base de datos de la OMS es la más amplia para realizar el seguimiento de las asignaciones de recursos en todos los países del mundo. La información está disponible desde 1995. Dentro de los indicadores incluidos se encuentra el gasto de bolsillo con respecto al gasto total en el sistema de salud. El gasto de bolsillo es el que realizan las personas o familias para sufragar las tarifas de cualquier servicio que requieran en los servicios de salud.

En la medida que el porcentaje de gasto de bolsillo aumente, significa que las personas o familias deben asignar más recursos provenientes de sus propios ingresos para tener acceso a los servicios de salud. Por esta razón el rol de Estado es fundamental para garantizar la equidad del sistema. Y la forma de intervenir el Estado es justamente asignando recursos a través de seguros nacionales, financiados con recursos públicos, muchas veces solamente de origen fiscal, y otras veces como combinación de recursos fiscales y contribuciones de las personas que cotizan a la seguridad social. 

Dicho de otra manera, el porcentaje de gasto de bolsillo es un indicador de la capacidad de los gobiernos para incidir sobre la equidad del sistema de salud. En aquellos países donde el gasto de bolsillo en salud sea alto, tendrán mayor exclusión y generarán mayores desigualdades en el acceso a los servicios. En sentido contrario, en aquellos países donde el gasto de bolsillo en salud sea bajo, la población tendrá menos desigualdades en ese acceso. 

Los datos de 2014 indican que nuevamente Venezuela es el país con el mayor porcentaje de gasto de bolsillo en América. Exactamente, el 64% de todos los recursos del sistema de salud en el año 2014 fueron aportados por las personas, literalmente los tuvieron que sacar de sus bolsillos. Venezuela es hoy, en consecuencia, el país con la mayor inequidad en el acceso a servicios de salud en toda América. De hecho, en el tiempo transcurrido durante la gestión del actual gobierno se ha producido la mayor privatización de la salud en América en el Siglo XXI. Esta situación contrasta con lo experimentado en países como Colombia y Uruguay, los cuales tienen el menor gasto de bolsillo (cerca de 15%, compatible con el de los países desarrollados), sin incluir Cuba en la comparación. 

El fracaso de las políticas de salud implementadas por el gobierno actual no está relacionado solamente con el efecto en el desempeño de los servicios (aumento de las epidemias, aumento de las tasas de mortalidad, falta de insumos y medicamentos, éxodo de recursos humanos, deterioro de ambulatorios y hospitales), lo cual es absolutamente evidente. También es de gravedad la orientación estructural en el financiamiento. Es decir, el actual gobierno ha dirigido al sistema de salud del país en la dirección contraria de lo que hoy se concibe como un sistema moderno y de cobertura universal. Es sin dudas, la peor gestión de salud en América.

Politemas, Tal Cual, 23 de noviembre de 2016 

Los primeros daños de Trump

En la noche de la elección del presidente Trump me encontraba en Mérida, Yucatán. Ya en el día se respiraba preocupación por los resultados de la elección en Estados Unidos. Cerca de las ocho de la noche, hora de México, los noticieros comenzaron a indicar que las tendencias de votos confirmaban los peores temores. Era inminente que se anunciaría la victoria de Trump. Como en efecto se hizo pocos momentos después. Inmediatamente algunos analistas alertaron sobre la devaluación del peso. Al día siguiente, ya dispuesto para un largo viaje de regreso a casa, se anunciaba que el peso se podía devaluar en 15%. Sin haber tomado posesión, Trump continuaba su efecto terrible en la economía mexicana.

Se puede hacer mucho daño solo con hablar, especialmente si un líder tiene la posibilidad de dirigir al país más poderoso del planeta. Tal ha sido el caso de Trump. Desde que anunció su aspiración a la presidencia, el lenguaje de Trump ha sido especialmente corrosivo con México. Entre sus insultos a los mexicanos en Estados Unidos, pasando por los anuncios de la construcción del famoso muro, y su énfasis en la reversión de lo establecido en el NAFTA, logró conformar mensajes completamente agresivos al modo de vida de este país. Hasta el punto que en este momento las condiciones no pueden ser más preocupantes.

México es el país de América Latina con mayor producción per cápita en exportaciones de altas tecnologías. Poco más de 700 dólares según la CEPAL. Basta tener una idea de esta magnitud cuando se compara con Venezuela que tiene menos de un dólar. El segundo país es Costa Rica con poco más de 600. De manera que México tiene casi 20 veces más exportación per cápita de altas tecnologías que Chile y Brasil, solo por mencionar algunos países de la Región.

Tal nivel de producción de altas tecnologías está asociado con los efectos del NAFTA desde la última década del siglo pasado. Por otra parte, la economía mexicana ha mostrado signos de solidez con la acumulación sistemática de reservas internacionales y baja inflación. Sin embargo, a pesar de estos avances, los esfuerzos para la reducción de la pobreza han sido de menor impacto. Es claro, por otra parte, que para superar todas esas restricciones el camino es la producción de más riqueza, lo cual significa ampliar la capacidad para elaborar manufacturas del mayor contenido tecnológico.

Y justamente en este punto aparece Trump. Con su lenguaje y los temores que produce, ha logrado que el clima de inversión en México haya retrocedido de manera sustancial. Gran parte de la inversión proviene justamente de Estados Unidos, y gran parte de las importaciones mexicanas también provienen de ese país. La caída del ritmo económico es de tal magnitud que ya se pronostica que el crecimiento de 2017 apenas llegaría a 1%. Como producto del mensaje de Trump, sin haber tomado ninguna medida, ya se nota el agravamiento de las perspectivas de bienestar para México en los próximos años. Y eso no es otra cosa que empeoramiento de las condiciones de vida de millones de familias mexicanas a ambos lados de la frontera.

Politemas, Tal Cual, 16 de noviembre de 2016

Ruptura del orden constitucional

En la sesión del pasado domingo 23 de octubre, la Asamblea Nacional ha colocado las cosas en su sitio. En Venezuela se ha producido una ruptura del orden constitucional. Es bueno que una Asamblea Nacional electa con los votos de los venezolanos haya tomado en cuenta toda la cantidad de actos inconstitucionales que se han suscitado en el último año, y cuyo grado extremo ha sido alcanzado con la suspensión de la manifestación de voluntad para la solicitud del referendo revocatorio.

Ahora bien, la ruptura del orden constitucional no es de ahora. Todo lo contrario. La ruptura constitucional se produjo prácticamente en los primeros momentos de vigencia de la Constitución de 1999. Con un país conmocionado por los efectos del Desastre de Vargas, luego de la aprobación a través del referendo del 15 de diciembre, se puso en movimiento la secuencia de decisiones que culminaron con la anulación de los mecanismos establecidos para el nombramiento de los Poderes Públicos en la Carta Magna. La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) cesó los poderes públicos y procedió, en contradicción con las bases comiciales que la originaron, a nombrar a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, del Consejo Nacional Electoral, así como los representantes de la Fiscalía y la Contraloría. Para ello fueron vulnerados los procedimientos señalados en la Constitución. Puede decirse, entonces, que el equilibrio de poderes establecido en la Constitución de 1999 nunca existió. En otras palabras, siempre hemos tenido la ruptura constitucional originaria. 

A partir de esta decisión, y de que la Constitución no tuviera plena vigencia, todo lo demás fue paulatino. Se fue desmontando progresivamente todo el andamiaje constitucional, de forma que el afán de control y poder fue minando sistemáticamente las prácticas de un Estado moderno, democrático, respetuoso de los procedimientos que le dan expresión cabal a la ciudadanía. Y las consecuencias están a la vista de todos. El gobierno que comenzó el deterioro de la constitucional no ha tenido ya ningún límite. Primero fueron alienados los derechos económicos y sociales, luego los políticos, y ahora los electorales. Ni siquiera el acto de elegir forma parte de las prácticas institucionales. Que se haya suspendido el referendo revocatorio, y que las elecciones de gobernadores fueran diferidas por seis meses, sin mayor rubor por parte de la mayoría del CNE, son evidencias muy contundentes.

La Constitución de 1999, por tanto, ha sido absolutamente anulada por aquellos que la impulsaron. Sin embargo, en pleno ejercicio de la concepción democrática, las disposiciones constitucionales constituyen el espacio en el que se pueden restablecer los acuerdos fundamentales de nuestra sociedad. Para ello se requiere que sean revertidas todas las decisiones y prácticas que la han dejado sin vigencia. En la medida que seamos capaces de renovar esos contenidos, tendremos la capacidad para enfrentar los grandes retos que tenemos por delante. Pero ello supone que los primeros cambios sean los relacionados con los mecanismos de elección, esto es, que se cumpla lo establecido con el referendo revocatorio en 2016 y con las elecciones de gobernadores con la mayor prontitud. Solo así será posible iniciar la restitución del orden constitucional dejado sin vigencia en diciembre de 1999, hace casi 17 años.

Politemas, Tal Cual, 26 de octubre de 2016

La brecha de conocimientos

Ya avanzado el Siglo XXI se esperaría que la discusión sobre el desarrollo tomara en cuenta lo que sucede con la sociedad del conocimiento. Cada día es más evidente que la nueva dinámica global apunta hacia las grandes ventajas que ofrece la creación y transferencia de conocimientos. Todas las innovaciones que se producen en la vida de las personas están asociadas con la capacidad de generar ideas a través de la investigación y la innovación. Basta ver la cantidad de dispositivos de comunicación que están en las manos de las personas, para entender que tales posibilidades no estarían presentes si detrás de ellos no estuviera el concurso de una gran inversión realizada por empresas y gobiernos, muchas veces por ambos actores.

La fracción de recursos que los países asignan a las actividades de investigación y desarrollo demuestra, en gran medida, la importancia que otorgan a los procesos de creación y expansión de conocimientos. Podría decirse que la cantidad y sostenibilidad de esas inversiones se convierte entonces en un buen predictor del desempeño de los países. Si revisamos con detalle la información disponible sobre este aspecto, se obtienen algunas evidencias que son muy significativas. 

La revisión de los datos del Banco Mundial sobre la proporción de recursos, en términos del PIB, asignados a investigación y desarrollo, indica, en primer lugar, que esa información no está disponible para las dos terceras partes de los países. Puede señalarse, entonces, que estos aspectos son muy poco conocidos por las sociedades de esos mismos países. Se puede presumir, entonces, que en estos países el intercambio sobre los retos planteados es también muy bajo. Y de allí que la posibilidad de que estos temas tengan las políticas adecuadas es todavía más remota. Mera ilusión, pues. 

Si se analizan solamente los países para los cuales está disponible la información, encontramos que solo seis países asignan 3% o más de los recursos a actividades de investigación y desarrollo: Corea del Sur (4,2%), Israel (4,11%), Japón (3,58%), Finlandia (3,17%), Suecia (3,16%), Dinamarca (3,08%). Todos ellos son países con altos niveles de diversidad productiva y sostenibilidad del desarrollo. 

En el caso de los países de América Latina la situación es muy diferente. Los países con mayor proporción de estos recursos son Argentina y México (poco más de 0,5%), vale decir, la octava parte de los países desarrollados. En algunos casos, como Colombia y El Salvador es menor a 0,2%. Se entiende entonces con más claridad, las grandes dificultades para la productividad en nuestra Región y el inmenso cambio que debe ocurrir para encontrar mejores rutas en la sociedad del conocimiento.

A todas estas, usted, apreciado lector, se habrá preguntado por los datos de Venezuela. Para saber cuál es nuestra situación. Lamentablemente, como quizás usted se lo imaginó, en la información del Banco Mundial no hay datos de Venezuela. Demostración nuevamente de lo alejado que estamos de los temas relacionados con la sociedad del conocimiento. Lo que sabemos es que tenemos la peor economía del mundo y la menor cantidad de producción de altas tecnologías de la Región. Resultados de tener el gobierno con la peor gestión pública del Siglo XXI en el mundo. Eso sí es muy evidente.

Politemas, Tal Cual, 19 de octubre de 2016

Retos de la Unidad

El gobierno solo se ha quedado con una “política”. Esta es, decir que no habrá referéndum revocatorio. Es todo lo que señalan. Ante la solicitud de la gran mayoría del país, la respuesta del gobierno es simplemente negar la realidad. Para ello es indispensable que el CNE juegue su rol, es decir, que consiga los más desatinados y descarados argumentos para colocar todos los obstáculos imaginables en la ruta de la celebración del revocatorio. 

Mientras esa es la única política del gobierno, el país sigue su curso de deterioro, ocasionado por supuesto por la magna incompetencia en el manejo de los asuntos públicos. El ritmo inflacionario avanza sin mayor contención, eso significa la continuación de la destrucción del ingreso de las familias, así como la afectación de las condiciones de vida en todas sus manifestaciones. No es entonces azaroso que el gobierno se encuentre en la peor percepción en la opinión pública que haya tenido gobierno alguno en la historia del país.

No queda mayor duda de que el actual gobierno tiene sus días contados. No puede regresar ya. De manera que lo que está planteado es que los sectores que lo componen, en toda su extensión, ya estén considerando las alternativas. Algo así como que los más altos representantes contemplan a los que están decidiendo su futuro sin poder influir en lo que hagan. Es un gobierno en búsqueda de final.

Mientras eso le pasa al gobierno, la alternativa democrática tiene retos fundamentales. El primero, tal como lo ha venido consolidando desde hace siete años, es persistir en la Unidad, en la ampliación de su fuerza y de su calidad. La cercanía de eventos que podrían posibilitar la transformación sustantiva de la situación política, es quizás el mayor incentivo para que la Unidad se profundice. Todo este proceso de acumulación unitaria está dando sus resultados, se expresa en la visión que se ha logrado transmitir a toda la población y que cuenta hoy con el amplio respaldo de la gran mayoría del país.

El segundo reto es justamente la movilización que significará la expresión de la solicitud de al menos 20% de los votantes por el referéndum revocatorio. Sin dudas, los ojos del mundo estarán sobre Venezuela entre el 26 y 28 de octubre. Es algo que no puede evitar el gobierno. Eso significa que será una oportunidad extraordinaria para expresar, ante propios y extraños, que la voluntad de la Unidad se expresa en los canales democráticos posibles, a través de la conducta pacífica y de la exigencia por un mecanismo tan sencillo como tomar en cuenta la opinión de cada ciudadano. 

El tercer reto tiene que ver con los imponderables de la historia. En este momento es muy difícil pronosticar lo que puede pasar luego del 28 de octubre. Los efectos de la manifestación popular expresada en la solicitud del referéndum, pueden ser totalmente significativos, especialmente para el gobierno. De manera que la Unidad estará en la circunstancia de expresar ante el país y el mundo, la convicción de que puede conducir los destinos del país en una nueva etapa. Todos los esfuerzos por estar a la altura de esa exigencia serán vitales para el bienestar de los venezolanos. Es el tamaño del desafío.

Politemas, Tal Cual, 28 de septiembre de 2016

Derrumbe de la salud pública

Contrario a lo difundido por todos los canales oficiales, la prestación de servicios de salud está cada día menos en la esfera pública. Todas las consignas del actual gobierno sobre la prioridad asignada a los servicios públicos de salud, han terminado como grandes exageraciones. 

El problema fundamental es la privatización del financiamiento de la salud que se ha producido en el período del actual gobierno, la más alta experimentada en América en lo que va del Siglo XXI. Hasta el punto que los venezolanos son los que pagan más de su bolsillo para financiar los servicios de salud en América. Esto es, de cada 100 Bolívares que se dedican a la salud en el país, 65 Bolívares son aportados por las personas (para 2013, año de las últimas cifras disponibles de la Organización Mundial de la Salud). Esto significa la mayor inequidad que se registra en el continente en materia de política de salud, especialmente cuando se sabe que el financiamiento público es uno de los requisitos básicos para que la atención sea para toda la población. El nivel de esta desprotección es tan alto que es la tercera del mundo. Solo Afganistán y Azerbaiyán tienen más gasto de bolsillo que Venezuela para el mismo año.

La consecuencia de esta privatización es doble. En primer lugar, se produce un deterioro de la inversión pública, de manera que estos servicios quedan en las peores condiciones para la atención de pacientes. La segunda consecuencia es que las deficiencias de los servicios públicos obligan a las personas a acudir a la prestación privada, con lo cual se agravan los efectos de la privatización de la salud ya señalada. 

De acuerdo con los datos provenientes de las Encuestas de Condiciones de Vida (ENCOVI), realizadas por el equipo técnico de la UCV, UCAB y USB en 2014 y 2015), el control de la hipertensión arterial en ambulatorios y consultores populares decreció en 4% en 2015 (con respecto a 2014), es decir de 32% a 28%. De la misma forma las consultas de control por hipertensión arterial en servicios privados aumentaron casi 10% en el mismo período. A todo esto debe sumarse que la proporción de consultas de control en establecimientos de Barrio Adentro y CDI disminuyó en poco más de 2% en 2015. Esto significa que al menos el 40% de las consultas de control de hipertensión arterial se realiza en instituciones privadas, 15% más de lo realizado en 2014. 

En el caso de las consultas de control de diabetes, la mayor parte (40,5%) se realiza en centros privados. Los hospitales privados constituyen el sitio de mayor elección para el control de la diabetes. La atención en ambulatorios y consultorios populares se redujo 12% entre 2014 y 2015. Por otra parte, la atención en establecimientos de Barrio Adentro y CDI disminuyó de 5,3% a 4,1 entre 2014 y 2015. 

Los hallazgos anteriores, relacionados con la atención de dos problemas de salud que afectan a gran parte de la población, dejan en evidencia el gran deterioro de la calidad de atención en las instituciones del sector público. Al contrario de la inefectiva prédica oficial, la salud pública venezolana se encuentra en su peor momento desde la creación de Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSAS) en 1936.

Politemas, Tal Cual, 14 de septiembre de 2016

Una vida dedicada a servir

La última vez que conversé personalmente con Mercedes Pulido fue el 18 de enero de este año. Coincidimos en el programa matutino de Alba Cecilia Mujica y Sergio Novelli en Onda La Superestación. La idea del programa era analizar la Memoria y Cuenta que días antes había presentado el Ejecutivo. Como de costumbre, fue una gran experiencia compartir ese día con Mercedes. Siempre tenía un ángulo diferente, algo que llamaba a la reflexión, una nueva idea surgida del intercambio. Producto de una de sus virtudes más notorias, la espontaneidad, decir lo que le parecía, en tono de mucho respeto, pero siempre con mucha franqueza.

Buscando en Twitter los mensajes reportados ese día por Alba Cecilia y Sergio, se hace mención a dos de sus comentarios, muy a tono también con la actualidad. Mercedes tenía la virtud de expresar en una corta frase todo un mensaje. Mi impresión es que su mente de editora, luego de unos cuantos años en la dirección de SIC, afianzaron ese rasgo: condensar en una idea toda una interpretación. Dijo Mercedes ese día que las protestas eran “la única forma de hacer una presencia”. Los acontecimientos de los últimos meses han demostrado que había mucho de cierto en esa afirmación. Desafortunadamente su partida el 23 de agosto se produjo una semana antes de la mayor concentración que se haya visto en Caracas. Podríamos decir, siguiendo sus palabras, que la presencia se manifestó en las calles de nuestra ciudad.

También dijo Mercedes ese día que el gobierno actual debía “ceder en su arrogancia”. Lo ocurrido en los últimos días ha demostrado que el gobierno no está dispuesto a ceder, que más bien lo que ha pasado es que la gran mayoría del país está completamente decidida a impulsar con el voto la sustitución de una forma de gobernar tan incompetente y fracasada, por otra al servicio de la gente. Lo cual no quita que sería bueno tener un gobierno menos arrogante, como decía Mercedes. 

Al finalizar el programa nos quedamos conversando un rato. Me contó que estaba animada con un curso de educación a distancia que estaba organizando con colegas fuera del país. Que le gustaba la idea de aprender esas cosas. Me contó de sus hijos, de los nietos. Me preguntó por mi esposa, por mis hijos, por mi mamá, sobre cómo llevaba el fallecimiento de mi papá, por los proyectos. Puedo decir que pasamos revista a todo lo que nos unía, y quedamos en vernos en su casa para seguir conversando.

Lamento mucho que no hayamos podido volver a conversar. Con motivo de mi incorporación a la Academia Nacional de Medicina, me envió un cariñoso correo electrónico. Nuevamente hicimos el propósito de sentarnos un rato. Mercedes ha sido una personalidad de gran impacto en la vida de los venezolanos. Su acción pública transciende en múltiples facetas. Sobre sus contribuciones se escribirá cada día más. 

Para aquellos que tuvimos la oportunidad de trabajar con ella en múltiples proyectos, muchas veces por su iniciativa y persistencia, la pérdida es muy grande. Como compañera de jurados de tesis, Mercedes era insuperable. Iba directo al punto. Al mismo tiempo que realizaba una consideración, expresaba siempre una idea que servía para mejorar, antes que nada estimular a los estudiantes. Esa parece haber sido su consigna. A la rigurosidad unía la justicia en la evaluación, especialmente por el impulso que puede hacerse al reconocer el trabajo serio y sistemático. Su valoración por la vida académica, y por las posibilidades de plantearse preguntas y tratar de responderlas, era contagiosa. Para sus compañeros en la Unidad de Políticas Públicas en la USB, Mercedes siempre será un testimonio de compromiso con la gente, con los aportes de la academia, con la búsqueda de alternativas para solucionar problemas. Mercedes fue, sin dudas, una vida dedicada a servir. La extrañaremos. También trabajaremos para continuar sus aportes y enseñanzas.

Politemas, Tal Cual, 7 de septiembre de 2016

Pavor en el gobierno

Que los ciudadanos de una ciudad, o de un país, marchen para expresar sus opiniones es un acontecimiento importante, pero no para poner en situación de pavor a un gobierno. En los países democráticos los gobiernos aceptan, sin mayores complicaciones, que los ciudadanos salgan a la calle a protestar. Más bien toman las medidas para proteger a esas personas y que no ocurran situaciones desagradables. Al final de la marcha, seguramente se expresan ideas, hay oradores que dicen lo que mejor les parece. Al final, la gente retorna en paz a sus casas. Con la satisfacción de haber expresado su opinión. Sin embargo, lo que es normal en muchas partes, en Venezuela no lo es. Para empezar, tenemos un gobierno en completa situación de pánico.

La razón es perfectamente explicable. Por una parte, la inmensa mayoría de los ciudadanos de Venezuela están viviendo la situación más crítica de sus vidas. Hay dificultades serias para conseguir alimentos, muchos de ellos a precios inalcanzables para los sectores de menores ingresos. Las colas para adquirir alimentos son cada día más largas. No hay abastecimiento de medicamentos. Las dolencias más comunes se convierten en tragedias para personas y familias. Las agresiones a la vida y seguridad tienen mayor frecuencia e intensidad. La ciudadanía se encuentra desconcertada, sabe que el rumbo que lleva el país es equivocado, que cada día es más complicado que el anterior. Y antes esas circunstancias, la expresión de la frustración y la decepción están a flor de piel. Por eso la convocatoria a marchar para plantear todas esas demandas es una opción natural, compartida.

A todas las razones anteriores se suma la continuada posición de los sectores del gobierno y sus aliados incondicionales en el TSJ y el CNE, a impedir bajo cualquier consideración la realización de lo estipulado en la Constitución con respecto al referendo revocatorio. Ante esa posición, el camino de la protesta y la exigencia en manifestaciones pacíficas es una opción de especial valor para los comprometidos con la sustitución del gobierno actual a través de los medios institucionales y electorales. En consecuencia, la marcha convocada para mañana 1 de septiembre ha interpretado todos estos sentimientos que hoy están presentes en la gran mayoría de las familias del país. Y es por ello que desde todas partes han acudido miles de personas, para estar en Caracas y transmitir al mundo un reclamo firme por una solución electoral en 2016.

El actual gobierno sabe que ya no tiene el favor popular, que incluso sus partidarios cada día lo abandonan más, y que la percepción en la calle es que no hay solución con tanta incompetencia. Eso no significa en modo alguno que el gobierno no puede actuar. De hecho lo está haciendo, acude a sus tradicionales prácticas, el engaño, la manipulación, tratando de retrasar lo más que pueda. El pavor de perder el poder es la constante en actuación. Ante la imposibilidad de tener la más mínima política seria, el gobierno opta por defenderse como puede, con conductas que no hacen sino complicar más su situación, persiguiendo y agrediendo adversarios políticos, con procedimientos alejados de la más mínima noción de Estado de Derecho. 

En estas horas complicadas, difíciles para la gran mayoría de los venezolanos, ante un gobierno que solo permanece para defender sus intereses sectarios, es el momento de la cohesión, de la Unidad, de transmitir a todos la vocación por la esperanza en un futuro mejor, por los grandes cambios que requiere la vida de los venezolanos. La oportunidad está servida para un liderazgo con esa visión y esa comprensión. Marchemos mañana para impulsarla.

Politemas, Tal Cual, 31 de agosto de 2016

domingo, 9 de octubre de 2016

Región en declive

No es solo que Venezuela está en una mala situación. Es que estamos en una Región con serias restricciones, especialmente cuando se analizan las perspectivas para los próximos años. Es verdad que las economías de la Región han tenido un mejor desempeño macroeconómico, si se compara con los ochenta, por ejemplo. Pero también es verdad que la Región no tiene el dinamismo económico requerido para afrontar los grandes temas del desarrollo. Todo lo contrario.

América Latina tiene cuatro años seguidos con reducción de la proporción de actividad económica cuando se compara con el conjunto de los países del mundo. En 2013, el 8,7% de la producción económica del mundo se generó en América Latina. Sin embargo, para este año el FMI pronostica que representará el 7,9%, una caída considerable en menos de un lustro. Pero ahí no termina el asunto. De acuerdo con las estimaciones del FMI para el año 2021 (último año disponible), las economías de América Latina continuarán en reducción. En todos los años hasta el 2021 la Región perderá espacio en la proporción mundial de actividad económica, hasta llegar a 7,4%. En poco más de 20 años, América Latina habrá perdido 2% de su participación en la producción mundial.

Lo anterior es más significativo cuando se compara con la importancia relativa de la Región en el año 1980 (primer año disponible en la base de datos del FMI). Para ese momento, América Latina representaba el 11,9% de toda la actividad económica mundial. Desde esa fecha se ha producido la reducción sistemática de la Región en términos de la producción mundial.

Esta reducción no afecta por igual a todos los países, pero si a la gran mayoría. Por ejemplo, entre los años 2016 y 2021, solo seis países (de un total de 19), aumentarán su proporción con respecto al PIB mundial, destacando entre ellos República Dominicana y Colombia. Cuando se analiza el período entre 1980 y 2021, solo cuatro países tendrán un aumento de su peso relativo en la economía mundial, a saber: Chile, Costa Rica, República Dominicana y Panamá. Todos los demás países habrán reducido su participación en el PIB mundial. Más aún, solo dos países de la Región tendrán en el 2021 más del 1% de participación en el PIB mundial: Brasil con 2,32% y México con 1,87%.

En consecuencia, si la Región ha perdido participación, es porque otros la han ganado. El caso más impresionante es China, al pasar de 2,3% del PIB mundial en 1980 a 19% (estimado para 2021). Otros países con aumentos significativos son India, Indonesia, Corea del Sur. También una especial mención debe hacerse de países que tienen la mayor reducción, a saber: Estados Unidos (7%, al pasar de 21% a 14% en el mismo período), Japón (casi 4%), Alemania (3,6%), Italia (2,9%), Francia (2,3%). 

Todo lo cual indica que no basta con crecer y tener las economías ordenadas. Para tener una mayor significación en la economía mundial, los países de la Región deberán encarar profundos cambios en la producción, especialmente en la capacidad de generar conocimientos que sean incorporados en nuevas cadenas de valor. De allí que el examen de la capacidad para generar y transferir conocimientos, especialmente en las universidades y centros académicos, es un requisito indispensable. De lo contrario, el proceso de declive se acentuará con la consiguiente afectación de las condiciones de bienestar de los ciudadanos de la Región.

Politemas, Tal Cual, 24 de agosto de 2016


miércoles, 17 de agosto de 2016

La encrucijada de los líderes

Gobernar no es tarea fácil. La categoría de gobiernos exitosos no se asigna frecuentemente. Lograr el reconocimiento de la sociedad en la gestión del gobierno es exigente y complejo. De allí que es importante establecer cuáles son las condiciones para lograr el éxito en el ejercicio del gobierno.

Quizás sea útil examinar la experiencia de los países con mejor desempeño en el manejo de los gobiernos. Para extraer las lecciones que pueden ser de utilidad, especialmente en países como el nuestro. Uno de esos países es Estados Unidos. Aparte de la tradición republicana y apego constitucional, en Estados Unidos el funcionamiento del gobierno es, sin dudas, un tema de alta relevancia, dadas las repercusiones que tiene tanto en el ámbito interno como internacional.

Si algo distingue a la administración del gobierno de Estados Unidos, es la aplicación de rutinas institucionales, las cuales son modificadas en función de alcanzar mayor impacto en la toma de decisiones. Una de esas rutinas es la información que recibe el Presidente de los Estados Unidos sobre los temas de seguridad que pueden afectar decisiones en todos los países del mundo. Se conoce como PDB (por las siglas en inglés de “President´s Daily Brief”). Es un documento secreto elaborado para el uso del Presidente desde la administración Kennedy, y es presentado por el Director de Inteligencia. En el sitio web de la Casa Blanca, aparecen los días y horas de cada semana en que el PDB es presentado a la consideración del Presidente y de los altos funcionarios del gobierno. 

El PDB es considerado el documento con el más alto nivel de seguridad en el gobierno. A pesar de ello, existe también la disposición de que al ser seleccionados los candidatos presidenciales, reciban el PDB en los términos adecuados. De manera que prácticamente los grandes temas de la seguridad de los Estados Unidos empiezan a ser compartidos a tres actores: el Presidente y cada uno de los candidatos presidenciales en disputa por la Casa Blanca. 

En las últimas semanas, el Presidente Obama ha advertido al candidato Trump que debe actuar de manera responsable en el manejo de la información que le será suministrada. Ha señalado Obama que el uso de esos reportes es justamente para que el próximo Presidente tenga el conocimiento adecuado de los asuntos de Estado desde el primer día de su gestión. En otras palabras, la responsabilidad en el uso de la información es lo que determina la diferencia entre dos opciones: asumir la comprensión del gobierno o seguir pensando solamente en las elecciones. Es la encrucijada de los líderes políticos. Tomar la primera opción los acerca a gobernar exitosamente. La segunda los convierte en meros operadores políticos, no gobernantes.

Bien vale la pena tomar en cuenta la experiencia de los Estados Unidos en esta materia. Adaptado a nuestra realidad, significaría que todos los que aspiren a gobernar al país en los próximos tiempos deberían recibir y solicitar reportes diarios de los temas de seguridad y defensa, sobre la situación económica y social, sobre los aspectos internacionales, y así sucesivamente. Habría que indagar si esos “presidenciables” tienen el conocimiento y familiaridad con los grandes temas del Estado, y si ya tienen previstos a los miembros de su potencial gabinete. Además, deberían haber fijado un día semanal para revisar los problemas de los venezolanos y las políticas adecuadas para enfrentarlos. Habría que ver si han comprendido la dimensión de dirigir al Estado venezolano en las actuales circunstancias. Habría que ver si están pensando en ser estadistas. Habría que ver cuál ruta de la encrucijada están tomando.

Politemas, Tal Cual, 17 de agosto de 2016

Preguntas para ir a la Luna

La semana pasada se cumplieron 47 años de la llegada del hombre a la Luna. Se recuerda siempre ese día. Algo muy importante para los que tuvimos la oportunidad de vivirlo. Luego de casi medio siglo todavía se pueden conocer detalles que hacen más relevante ese acontecimiento.

Buscando ejemplos de visualizaciones, es decir, miradas ordenadas a lo que se puede tener en el futuro, acudí a Internet para obtener datos del gran proyecto de ir a la Luna. Llegué a un web en el cual se encuentran documentos ya de dominio público elaborados por los actores principales involucrados en esa decisión. En particular llama la atención un memo redactado por el presidente Kennedy el 20 de abril de 1961.

De acuerdo con los documentos disponibles, se puede inferir lo siguiente. El 12 de abril de 1961 se produjo el primer vuelo tripulado al espacio, por el cosmonauta soviético Yuri Gagarin. Duró 108 minutos, pero bastaron para que la noticia fuera considerada un éxito de grandes proporciones en la disputa por la supremacía espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Ha debido ser así porque los documentos indican que inmediatamente se reunieron en la Casa Blanca, por una semana, expertos espaciales para responder al éxito soviético. Como resultado de lo que consideró lo más relevante en esa semana de intercambios, el presidente Kennedy elaboró un memo de poco menos de una página de extensión dirigido al vice-presidente Johnson. En realidad el memo tiene cinco preguntas. La primera de ellas (la más larga, de seis líneas) indaga sobre las posibilidades que tenían los Estados Unidos de derrotar a los soviéticos en la carrera espacial. Pregunta Kennedy si ello sería posible colocando un laboratorio en el espacio, o realizando un viaje alrededor de la Luna, o a través de un cohete que llegue a la Luna, o más todavía un cohete tripulado que llegue a la Luna y regrese a la Tierra. Termina la pregunta señalando si existe otro medio en que los Estados Unidos puedan ganar. Así de simple.

Las siguientes preguntas de Kennedy plantean el tema de los costos involucrados. También se indica si se está trabajando las 24 horas del día en esas posibilidades, y de no estarlo hace el requerimiento para acelerar el paso. Más adelante pregunta por el tipo de combustible que puede ser adecuado. La pregunta final es: ¿estamos haciendo nuestro máximo esfuerzo? ¿estamos alcanzando resultados? Le pide a Johnson una respuesta a la brevedad.

La respuesta se produjo a la semana. Johnson reconoce que los Estados Unidos no están haciendo el esfuerzo máximo para alcanzar una posición de liderazgo en la carrera espacial. También indica el Vice-Presidente, que los Estados Unidos podrían circunnavegar la Luna o llevar a ella una nave tripulada en 1966 o 1967. El 25 de mayo de 1961, Kennedy acudió al Congreso en sesión conjunta para proponer el plan de alcanzar la Luna. Lo cierto del caso es que llevó dos años más de lo previsto, pero el éxito fue alcanzado el 20 de julio de 1969. 

El memo de Kennedy contiene las preguntas que guiaron los siguientes pasos. Demuestra también una tarea fundamental de los líderes políticos, cual es formular las preguntas adecuadas en los momentos adecuados. Y tener la vocación para incorporarse activamente en las respuestas que vayan surgiendo. También el memo demuestra que los líderes políticos no tienen que saber de todo, pero si deben ser capaces de establecer las premisas y convocar a los equipos calificados para alcanzar las metas de las sociedades. Después de 55 años de elaborado, el memo de Kennedy es una buena guía para los que aspiren a ser estadistas. Pero primero deben tener las preguntas.

Politemas, Tal Cual, 27 de julio de 2016

PPK ante los retos de Perú

La próxima semana, el jueves 28 de julio, se producirá el cambio de gobierno en Perú. Será la toma de posesión del quinto presidente peruano después de la renuncia de Fujimori en 2000. Desde esa fecha, el cambio experimentado por Perú ha sido extraordinario. Todos los años han sido de crecimiento económico, el clima político es diferente, los avances sociales se pueden apreciar de manera evidente.

Una corta estancia para actividades académicas en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) ha sido de gran utilidad para apreciar la actual coyuntura peruana, en pleno clima de transición de gobierno. Todo comienza con una experiencia muy poco frecuente para los venezolanos. La llegada a casi media noche al aeropuerto se hace sin mayores angustias. El costo del servicio de taxi al hotel es el mismo de octubre pasado. Pero también es el mismo que en 2014. La verdad es que no recuerdo cuándo fue diferente, después de ir casi todos los años desde 2003. La inflación está completamente controlada. En el año 2015 la tasa de inflación fue 3,5%. La tasa de inflación de los últimos 12 meses ha sido 3,34%. En el sitio web del Banco Central de Reserva del Perú se indica que la inflación del mes de junio de 2016 fue 0,21% y que la acumulada del año es 1,78%. Hay que destacar que se consigue la inflación de junio cuando estamos a mitad de julio. Impensable en Venezuela. 

La economía ha crecido de manera ininterrumpida en los últimos 82 meses según anunciaron la semana pasada las autoridades. En mayo de este año (último mes con información disponible), la economía creció 4,8%. Los venezolanos sabemos la diferencia: tenemos casi tres años en recesión. Tampoco se aprecian colas para comprar productos. De ningún tipo. Se percibe actividad en las calles, un dinamismo total. Pasear por el campus de la Universidad en encontrarse con edificios nuevos. En otras universidades también se construyen edificios y se amplían otros. 

Muchas cosas están funcionando en Perú, una de las economías más atractivas hoy en día en América Latina. La reunión del FMI y del Banco Mundial hace pocos meses en Lima fue una demostración del aprecio internacional que se tiene por el país. Por ello la toma de posesión de Pedro Pablo Kuczynski (PPK como lo conoce todo el mundo) es un acontecimiento de gran relevancia. Después de una victoria por estrecho margen se dispone a gobernar. 

Muchos retos esperan a la nueva gestión. El primero de ellos, político. Se trata de conciliar con un congreso en el cual el partido de gobierno no tendrá la mayoría. Se requerirá mucho diálogo y concertación. El nuevo Presidente sabe de eso, tiene experiencia de gobierno y en otros ámbitos, en los cuales ha tenido que desarrollar la capacidad de fraguar acuerdos. Un segundo gran reto es social. En el intercambio con los estudiantes de postgrado en el curso que dicto, aprendí, por ejemplo, que la anemia ferropénica afecta a casi la mitad de los niños entre 6 y 36 meses, que les preocupa mucho el aumento de la violencia, aún en la apacible Trujillo, que una gran proporción de la población no termina el bachillerato. Al igual que muchos gobiernos, el de PPK deberá identificar mejor los problemas sociales y atinar con políticas más adecuadas. 

Y el tercer reto tiene que ver con la capacidad de Perú de alcanzar mayores niveles de diversificación productiva. Está disminuyendo la actividad manufacturera y la inversión en ciencia, tecnología e innovación es muy baja para las necesidades de desarrollo del país. Ojalá que PPK y su gobierno avancen para enfrentar con acierto estos retos. En el resto de la Región nos podremos beneficiar también de esas lecciones.

Politemas, Tal Cual, 20 de julio de 2016

Brexit: lecciones para líderes

La aprobación de la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha traído conmoción e incertidumbre en todo el mundo. Algunos expertos han señalado que ha sido la decisión con mayor impacto global desde la II Guerra Mundial. Lo cierto del caso es que pocos días después de la votación, se ha producido un trastorno de grandes proporciones en la política del Reino Unido: renuncia del Primer Ministro, retiro de candidatos a sucederle, propuestas de independencia de Escocia, y pare de contar.

Se ha señalado que un rasgo fundamental de estos acontecimientos, ha sido que la decisión popular fue a contravía de las evidencias reunidas por instancias técnicas, académicas, nacionales e internacionales. Tales análisis indicaban que el mejor escenario para el Reino Unido era la permanencia en la Unión Europea. De hecho, la gran mayoría de los representantes en el Parlamento eran partidarios de la permanencia.

Lo anterior nos lleva a explorar las razones por las cuales tales evidencias, y su manejo por el liderazgo político, fueron desechadas en la práctica por los votantes. Vale la pena analizar esa secuencia, por las consecuencias que puede tener en nuestro contexto. Un primer aspecto es la interpretación que hicieron los líderes políticos. Por un lado están los partidarios del Brexit. Es obvio, que tales evidencias contradecían su posición, y ante ellas el argumento fue llamar a votar a favor del Brexit. Los acontecimientos posteriores dejaron claro que muchas veces señalaron argumentos que no tenían fundamento, o hicieron ofrecimientos que después tuvieron que desechar por inviables. Puede decirse que antepusieron ideas preconcebidas a las presentadas.

En el lado de los favorables a la permanencia, la queja de muchos votantes fue que no supieron explicar sus argumentos y que en la transmisión de ese mensaje más bien crearon incertidumbre y rechazo. Lo cual lleva a la pregunta si efectivamente comprendieron los argumentos. Y si hubiera sido así, es claro que no tuvieron las suficientes habilidades para explicarlos. 

Lo anterior ilustra que la tarea de los líderes políticos se ha vuelto mucho más compleja. Las nuevas modalidades de información no se reflejan necesariamente en que los ciudadanos se apropien de los contenidos. Los líderes deben, en primer lugar, comprender en profundidad los problemas y temas que afectan a sus países. Luego de ello deben tener las habilidades para extraer las evidencias disponibles, muchas veces elaboradas por instituciones especializadas, y utilizarlas con el suficiente detalle para afinar los argumentos. Por supuesto, esto supone que los líderes cuenten con equipos técnicos dedicados a ayudarlos en esa tarea. Es, sin embargo, tarea del líder formular las preguntas centrales para la elaboración de tales argumentos.

Las limitaciones en los procesos descritos, pueden explicar que en nuestro contexto actual no predomina la explicación y las argumentaciones, realizadas por parte de los líderes políticos, sobre temas cruciales tales como: el efecto directo del estatismo en la escasez y el desabastecimiento, la importancia de la colaboración entre el sector público y el privado, la relevancia de tener una baja tasa de inflación y una alta de crecimiento económico, los retos de la sociedad del conocimiento y de la IV Revolución Industrial, solo por decir algunos. Las transformaciones del país requieren líderes competentes para explicar los mejores argumentos que se deben construir.

Politemas, Tal Cual, 6 de julio de 2016

miércoles, 22 de junio de 2016

Sin caretas

El Consejo Nacional Electoral ha dejado ante el mundo todas las evidencias de que muy poco le interesa guardar las mínimas apariencias. En las últimas semanas, a ritmo incesante, la mayoría del CNE ha pulverizado letra a letra el artículo 294 de la Constitución. Tanto en Venezuela como en todos los ámbitos internacionales, la señal es muy evidente: estamos en presencia de un poder público totalmente plegado al Poder Ejecutivo, sin mayores tapujos, dócil y obediente.

El artículo 294 de la Constitución dice lo siguiente: “Los órganos del Poder Electoral se rigen por los principios de independencia orgánica, autonomía funcional y presupuestaria, despartidización de los organismos electorales, imparcialidad y participación ciudadana, descentralización de la administración electoral, transparencia, y celeridad del acto de votación y escrutinios”. 

Con el proceso de solicitud de realización del referendo revocatorio del Presidente de la República, la mayoría del CNE ha demostrado que ninguno de los conceptos anteriores puede adjudicarse a su gestión. El CNE no tiene independencia orgánica porque actúa como ente defensor del gobierno. Antes que responder a las exigencias de participación democrática, según lo establecido en el texto constitucional, el CNE justamente crea los mayores inconvenientes para que se exprese la decisión de los venezolanos. La reglamentación de un proceso relativamente sencillo ha servido de pretexto para colocar todas las trabas posibles.

Tampoco es autónomo el CNE cuando la mayoría que lo maneja da muestras de seguir, prácticamente al pie de la letra, las indicaciones de sectores del gobierno y del partido de gobierno. Ninguna posición o palabra que señale un mínimo de independencia, de criterio propio. La despartidización, al contrario de lo establecido en la Constitución, está completamente desaparecida. Tampoco se encuentra la imparcialidad y el estímulo de la participación ciudadana. Decisiones que deben tomar en cuenta las diferencias estadales y municipales son completamente descartadas. Procedimientos que pudieran ser expeditos son retrasados sin miramientos. Solo hay que citar en este aspecto que las validaciones tienen que esperar más de 20 días para ser confirmadas.

Es bastante contundente que lo que menos interesa a la mayoría del CNE es garantizar que los venezolanos tomen decisiones ejerciendo el sufragio. Se trata más bien de prolongar, a través de todos los medios, la permanencia de este gobierno que a todas luces ya no puede más. Que ha complicado en grado superlativo la vida de los venezolanos. Que no tiene ninguna solución para los problemas, los cuales son más bien su creación. La mayoría del CNE actúa como recurso de contención para perpetuar el monumental fracaso de esta gestión. Pero tal mayoría circunstancial ha encontrado una gran disposición de los venezolanos para transformar al país. Se han quedado sin caretas y sin argumentos.

Politemas, Tal Cual, 22 de junio de 2016

El origen de la destrucción

El shock avanza en Venezuela. Las dificultades para conseguir alimentos y medicamentos aumentan todos los días. Las familias deben realizar mayores sacrificios, en términos de tiempo y angustias, muchas veces sin ninguna recompensa. Hacer una cola por largas horas, ya no es garantía de conseguir los bienes básicos. La economía venezolana está en una fase aguda de destrucción. Las consecuencias en la vida cotidiana de los venezolanos se observan hoy, pero se han generado desde hace más de una década. Lo que se constata es la conclusión de una ruta tomada por la convicción de que el desarrollo se lograba con un Estado inmenso, todopoderoso, al amparo de la renta petrolera. Los resultados indican la dimensión de ese fracaso.

Es importante precisar el origen concreto de esa destrucción. El momento exacto en que se empezó a gestar todo este monumental desastre económico. Y eso lo sabemos. Fue en la etapa en que comenzó la agresión sistemática contra las empresas privadas. Con su manifestación en la ola de expropiaciones a mediados de la década pasada. Bajo la premisa de que todo debía estar en el control del Estado, se procedió a expropiar empresas en las siguientes áreas de producción: alimentos, agroindustria, banca, construcción, comercio, telecomunicaciones, metalurgia, turismo, petróleo, gas, transporte, papel, textil, y pare de contar. Más de mil empresas fueron expropiadas entre 2005-2011, aunque no existe todavía un recuento completo. 

El impacto de estas expropiaciones, por supuesto, no fue inmediato. Construir una empresa lleva tiempo, y transferir sus activos y tomar su control no es una tarea rápida. Se trata de procesos complejos, equipos humanos, tecnologías asociadas, en fin, toda la dinámica de creación de valor. De un día para otro, equipos humanos y técnicos debieron ser sustituidos. La modificación de los incentivos, esto es, que ahora todo estuviera controlado, sin mecanismos para el ajuste de precios y costos, trajo como consecuencia la pérdida de la dinámica productiva. Tal proceso dejado a su evolución en estos años, ha conducido al desmantelamiento de la capacidad productiva en esas empresas, y en todo el aparato económico del país. Lo que comenzó como una concepción fundamentada en prejuicios ideológicos y en un profundo desconocimiento de las tendencias modernas del desarrollo, ha terminado en uno de los desastres gerenciales y de políticas de mayor drama en el Siglo XXI. 

La lección fundamental que se deriva de todo esto, es que el actual gobierno (desde 1999) no tiene ni la visión ni las competencias para detener este desastre e impulsar el país en otra dirección. De allí que sea central para el futuro de los venezolanos, que el gobierno sea sustituido a la brevedad por los canales establecidos en la Constitución. Y también debe quedar en la agenda de transformaciones, los mecanismos necesarios para garantizar los derechos de propiedad que fueron conculcados, expresados en pagos no realizados y todo tipo de daños asociados. Y finalmente, que los cambios que deben realizarse incorporen las modalidades de transferencia de estas propiedades públicas a sectores con la competencia y dinamismo para aumentar sustancialmente su productividad. Ojalá con la esperanza de que sea un aprendizaje perdurable.

Politemas, Tal Cual, 8 de junio de 2016

Incompetencia sin límites

Ya avanzado el Siglo XXI es inaceptable que no estén disponibles para todas las personas las tecnologías más sencillas. Por ejemplo, desde hace siglos se dispone de inmunizaciones que se han ido perfeccionando con los avances de la ciencia. Puede decirse que las inmunizaciones están entre los avances científicos de mayor impacto en la vida de niños y familias. Basta con la administración de las vacunas disponibles para que los niños y adultos no contraigan o minimicen los efectos de algunas enfermedades. Desde la polio, pasando por la tosferina, tétanos, tuberculosis, hasta la fiebre amarilla y la hepatitis, solo por nombrar algunas. 

Las inmunizaciones pueden estar entre las intervenciones más costo-efectivas en la historia de la humanidad. De manera que se podría esperar que todos los niños y adultos reciban ese beneficio. Para ello se requiere la disponibilidad de vacunas, así como el personal entrenado y los medios de preservación adecuada. Con esas condiciones, una cobertura de 100% sería muy fácil de lograr. En América Latina, por ejemplo, según datos de la Organización Panamericana de la Salud para 2014, el 100% de los niños de Argentina y Nicaragua recibe la inmunización contra la tuberculosis. En el caso de antipolio y triple, la cobertura de 100% se obtuvo en Cuba y Nicaragua. En el caso de sarampión, la cobertura es 100% en Cuba, Nicaragua y Brasil. Con lo cual queda bastante claro que no se trata de una meta inalcanzable, especialmente porque muchos países superan coberturas de 95%.

El sistema de salud de Venezuela, al igual que en otras áreas de servicios, tiene un desempeño muy por debajo de lo requerido en las inmunizaciones. La cobertura más alta se observa en la inmunización contra tuberculosis (95%). En la vacunación contra sarampión, la cobertura es 89%, por debajo del porcentaje promedio de América Latina y el Caribe (91%). Países como Argentina, El Salvador, Chile, Costa Rica, tienen coberturas superiores al 95%.

El peor desempeño de Venezuela se obtiene en las inmunizaciones contra polio y triple. La cobertura de polio es 79%, superando solamente a Guatemala, Paraguay, Haití y Perú. En el caso de triple, la cobertura es 78%, mayor solamente que la de Haití, Guatemala, y Paraguay. De manera que se puede concluir que el sistema de salud de Venezuela está entre los peores de la Región en una de los servicios de mayor impacto y de menor complejidad en su operación. Puede decirse que no hay manera de ser más incompetente. Especialmente porque los países que tienen menor desempeño no han tenido ni por asomo los recursos de Venezuela. 

La muestra que representa la cobertura de inmunizaciones, se extiende a otras áreas de servicios. Cuando agregamos mayor dificultad, sea porque las soluciones son más complejas o porque la cobertura es más difícil, el desempeño del sistema de salud de Venezuela es todavía más bajo. Podríamos decir que tomando en cuenta los recursos administrados, no hay peor sistema de salud en la Región. Incompetencia sin límites.

Politemas, Tal Cual, 18 de mayo de 2016

Salud en picada

El deterioro de las condiciones sociales es marcado y sistemático. No puede ser de otra manera. Una economía en el tercer año seguido de recesión, con la inflación más alta del mundo por cuarto año en fila, solo puede tener consecuencias negativas para los servicios sociales. Y esto es justamente lo que está sucediendo. El efecto de la crisis es absoluto, especialmente en aquellas áreas de máxima prioridad para la conservación y protección de las condiciones de las personas, como son la nutrición, la educación y la salud.

Una caída de las magnitudes señaladas afecta con especial intensidad a la inversión pública. Ya sabemos que los servicios sociales requieren cantidades significativas de recursos, al igual que los procesos que garanticen la mayor calidad. Para estimar las consecuencias actuales de la crisis económica en la salud, deberíamos contar con la información básica. Sin embargo, las fuentes oficiales no están disponibles. El último año con información de mortalidad es 2012. El registro de los casos de las enfermedades notificables no está disponible desde mediados del año pasado (casi 10 meses de retraso). Tampoco se dispone de registros del desempeño de los servicios, y mucho menos de las condiciones de salud exploradas por encuestas de hogares.

A pesar de lo anterior, es posible plantear algunas tendencias en la evolución de algunos indicadores. Si la tasa de mortalidad infantil estaba prácticamente estancada en 2012, lo más probable es que la caída de la inversión pública repercuta en la atención de los niños, especialmente aquellos que han nacido en condiciones adversas tales como no tener adecuado control prenatal o atención del parto de calidad. Esto puede significar un aumento de la brecha con respecto a los países de la Región. En el caso de la mortalidad materna, el deterioro es aún mayor. La razón de mortalidad materna ha retrocedido a la cifra de 1975. Las coberturas de inmunizaciones como el sarampión, triple, polio, se encuentran entre las más bajas de América. Si a ello sumamos las distintas epidemias que afectan al país, todas ellas con los peores récords históricos, es bastante evidente que en lo que se refiere a las actividades de prevención y control el país atraviesa una crisis de grandes proporciones.

El desempeño del sistema de salud se agrava al considerar la atención de las enfermedades crónicas. Más de dos tercios de las personas con hipertensión arterial o diabetes, no saben que tienen la enfermedad. Y muchos de los que están diagnosticados no pueden adquirir los medicamentos esenciales para el control. Más de la mitad de la población no cuenta con cobertura de seguros, y el gasto del gobierno es uno de los más bajos de América (sólo superando a Guatemala y Haití). De hecho, Venezuela tiene el gasto de bolsillo más grande de América, con lo cual queda en evidencia la privatización del financiamiento de la salud de mayor proporción en la Región en lo que va del Siglo XXI.

El escenario hiperinflacionario que confronta el país no hará sino complicar más lo señalado. Cada día que pase sin las medidas adecuadas para que el país pueda avanzar por una notable transformación económica, no hace sino agravar la situación. La salud de los venezolanos está en las peores condiciones. Los resultados de esta larga gestión son evidentes. Suficiente motivo para cesar por los medios constitucionales disponibles a la peor gestión de gobierno en la historia del país.

Politemas, Tal Cual, 11 de mayo de 2016

La inflación destruye gobiernos

El actual gobierno ha decidido que su forma de encarar el riesgo de hiperinflación, es simplemente evadiendo la realidad. No habla de eso. Y mucho menos informa sobre la evolución de los precios. El BCV, incumpliendo las funciones que la Constitución le asigna explícitamente, tampoco reporta los datos requeridos. Lo que sabemos sobre este aspecto, se debe a las informaciones que suministran los medios, sea por estudios especiales, opiniones de expertos, o por los reportes de los ciudadanos cuando compran los bienes. Por todas estas fuentes, la situación de plena aceleración de precios, en un contexto de escasez creciente, es la nota permanente.

La actitud del gobierno es sencillamente esperar el milagro. Esto es, que aumenten los precios del petróleo y continuar agravando los enormes desequilibrios de la economía venezolana. Llamar a eso una política irresponsable, es lo menos que se puede hacer. El gobierno espera que con esa creencia pueda pasar esta terrible circunstancia.

La inflación descontrolada es sinónimo de destrucción. Aniquila el ingreso de las familias, las inversiones de las empresas, estimula la migración de amplias franjas de la población, quebranta los mecanismos de intercambio económico. Todo ello se traduce en reducción del bienestar de personas y familias.

También los gobiernos que generan las inflaciones descontroladas la pasan muy mal. Hasta el punto que también son llevados por la ola de destrucción que crean. En América Latina los siguientes países han experimentado episodios de hiperinflación: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Nicaragua, Perú. En todas ellas, los gobiernos que las generaron terminaron siempre desplazados. Veamos. 

La hiperinflación de Chile se produjo en el mes de octubre de 1973, poco después del golpe de estado contra Salvador Allende. Sin embargo, la raíz de la hiperinflación se produjo en el gobierno de la Unidad Popular a través de las estatizaciones y controles. Dentro de las causas del golpe de estado estuvo indudablemente el clima de caos económico que predominaba en ese país. En Bolivia, la hiperinflación obligó a renunciar a Hernán Siles Suazo, adelantando un año las elecciones que permitieron la entrada del gobierno de Paz Estenssoro para implementar las medidas que terminaron controlando la hiperinflación. En Argentina la hiperinflación condicionó sin duda que el mandato de Alfonsín fuera recortado para dar la oportunidad a otro gobierno. La hiperinflación en Perú, la cual llegó a su tope en el último año del primer gobierno de Alan García, estuvo dentro de los factores que dieron entrada a Fujimori en la política de ese país y la aplicación del denominado “Fujishock” en el primer mes de su gobierno. La extrema dimensión de la hiperinflación en Nicaragua sin duda fue un factor clave en la elección de Violeta Chamorro en 1990 y el final del gobierno sandinista. Brasil, con la más larga etapa de inflación por encima de 100% en la Región, experimentó también inestabilidad política, incluida la destitución de un presidente, hasta la entrada del gobierno de Cardoso para enfrentar con éxito la hiperinflación.

El gobierno de la Venezuela actual ya sufre el gran deterioro que resulta de su incompetencia para el manejo económico. Estamos en el tercer año seguido sin crecimiento económico, y en el cuarto año seguido con la inflación más alta del mundo. Y para remate, ante el riesgo de hiperinflación, como ha señalado el FMI. No debe extrañar entonces que en pocas horas se hayan obtenido millones de firmas para cesar este gobierno en el marco de la Constitución.

Politemas, Tal Cual, 4 de mayo de 2016

domingo, 1 de mayo de 2016

El daño a evitar

Cada día que pasa se complica más la situación general en el país. Venezuela padece en este momento la confluencia de tres shocks: político, económico y social. Nunca antes los venezolanos habíamos estado expuestos a una circunstancia de esta naturaleza. Es muy claro que el actual gobierno no tiene la visión ni las competencias para acertar con las políticas que incorporen los correctivos necesarios. Cada día que pase sin que se tomen medidas, hace más complicado la implementación de las soluciones y aumenta la complejidad de los efectos. 

Es prioritario, entonces, explorar lo que ha pasado en otros países, para aprender de esas situaciones y estimar los efectos previsibles. Lo cual es otra manera de ilustrar la necesidad de actuar con celeridad. El riesgo de hiperinflación de Venezuela ya está en todos los corrillos políticos y técnicos, dentro y fuera del país. De manera que no hace mucho bien tratar de ocultar esa posibilidad. 

La hiperinflación ha sido experimentada en los siguientes países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Nicaragua y Perú (aplicando el criterio de aumento de precios igual o superior a 50% mensual). Solo en los casos de Brasil, Bolivia, y Perú, están disponibles los datos para analizar el efecto de esos procesos en la capacidad adquisitiva de los ciudadanos. 

La hiperinflación de Brasil ocurrió entre finales de 1989 y principios de 1990. Sin embargo, la tasa de inflación de Brasil fue superior a 100% anual desde 1981 hasta 1994. A pesar de ello, debido a que la economía tuvo crecimiento económico positivo en ese período, y a que la magnitud de la tasa de inflación no fue tan alta (comparada con los casos de Bolivia y Perú), en Brasil la reducción del poder adquisitivo (expresados en poder de compra en dólares internacionales) fue 1% (entre 1989 y 1990).

En los casos de Bolivia y Perú, la intensidad de la hiperinflación fue muy grande y en períodos relativamente más cortos. En Bolivia la reducción del poder adquisitivo per cápita entre 1981 y 1986 fue 4,3%. En Perú se produjo una reducción mucho mayor (19,3%) entre 1987 y 1991. Esta reducción es la mayor reportada en los países con hiperinflación y datos disponibles en América Latina.

En Venezuela, de acuerdo con las estimaciones del FMI, incluyendo los años con tasas de inflación mayores a 100%, entre 2015 y 2018, la reducción del poder adquisitivo per cápita estimado podría llegar a ser 20,3%, esto es, el mayor empobrecimiento en procesos hiperinflacionarios en América Latina. Este es el daño que hay que evitar. 

Para impedir este daño a los venezolanos se requiere una transformación sustantiva del país. Y ello pasa, en primer lugar, por la sustitución del actual gobierno de acuerdo con los procedimientos establecidos en la Constitución. No hay ninguna duda de que con el actual gobierno solo podemos esperar más destrucción. Los cambios requeridos pasan por desarrollar un Estado funcional y un mercado funcional. Es la tarea de los tiempos.

Politemas, Tal Cual, 27 de abril de 2016

jueves, 21 de abril de 2016

Escenario hiperinflacionario

Los datos son simplemente escalofriantes. El FMI ha publicado los escenarios económicos hasta el año 2021. Los estimados para la evolución económica de Venezuela no dejan ninguna duda. Venezuela está en una situación de shock económico, con todas las consecuencias que puede traer para la vida de los venezolanos.

Decía Keynes en 1919 que no hay forma más segura de trastocar las bases de la sociedad que destruir la moneda. La inflación, especialmente aquella que es abrupta y de altas proporciones, destruye las sociedades. Aniquila capacidades productivas y cambia la vida de las personas afectadas. Las implicaciones de la inflación descontrolada obligan a plantearlo como el principal público a enfrentar cuando aparece.

Según el FMI, la tasa de inflación promedio de Venezuela en 2016 sería 481%. Eso significa más del doble que la reportada el año pasado. Pero la inflación estimada para finales de este año ya estaría en 720%. No hay sino que comparar con la situación actual, para tener una idea de lo terrible que puede ser esa tasa de inflación a finales de año. Sigue el FMI indicando que el año próximo, de seguir estas políticas que nos han conducido hasta aquí, la tasa de inflación promedio llegaría a 1.600%, y que al final de 2017 tendríamos una tasa de inflación de 2.200%. Tal escenario es sencillamente devastador. Si tomamos en cuenta la estimación del FMI para el 2021, Venezuela podría alcanzar una tasa de inflación promedio de 4.500%. Sin palabras.

Este escenario implica que Venezuela sería la segunda hiperinflación del Siglo XXI (la primera fue Zimbabwe entre 2007 y 2008). Además, sería la primera hiperinflación en un país de la OPEP no sometido a una guerra civil (como fue el caso de Angola entre 1994 y 1997). Por otra parte, la tasa de inflación de Venezuela es la única superior a 100%. En América Latina y el Caribe, la anterior tasa de inflación superior a 100% la experimentó Surinam en 1994 (142%). De no corregirse el curso de la inflación, en 2017 Venezuela tendría la tasa de inflación más alta de América desde la que ocurrió en Brasil en 1994 (2.075%).

Por donde quiera que se mire, este escenario es absolutamente destructivo. Para los ciudadanos y sus condiciones de vida concretas, y para toda la sociedad. A esta situación hemos llegado por la irresponsabilidad e incompetencia del actual gobierno. Sus políticas han destruido la moneda, han pulverizado el marco de relaciones económicas, han distorsionado todas las dimensiones de las relaciones de producción e intercambio en la sociedad.

Este escenario no es irreversible. Pueden tomarse políticas que modifiquen el curso. Para ello se requiere una política económica completamente diferente, orientada a la creación de valor, el bienestar de los ciudadanos y a la preservación de la moneda. El actual gobierno ha dejado muy claro que no irá en esa dirección. Mientras eso no pase, se deteriorará mucho más la vida de los venezolanos. En consecuencia, es fundamental que la sociedad venezolana proceda en el marco constitucional a la sustitución de un gobierno que llevado al país a las puertas del fenómeno más destructivo: la hiperinflación.

Politemas, Tal Cual, 20 de abril de 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

El peor desempeño social

La publicación del último Panorama Social (2015) por parte de la CEPAL aumenta la preocupación sobre la situación del país. Dado que el informe incluye información de todos los países de la Región, permite comparar la gestión social en diferentes contextos institucionales.

La tasa de pobreza en América Latina en 2014 fue 28,2%. Eso significa que aproximadamente 168 millones de personas se encontraban en situación de pobreza en ese año. El 11,8% del total de la población estaba en situación de indigencia, es decir, sin los recursos para adquirir los alimentos. El número total de personas en pobreza aumentó en 2 millones entre 2013 y 2014. El incremento neto de la población en pobreza se debió fundamentalmente a tres países (Guatemala, México y Venezuela). 

Cuando se compara a Venezuela con los otros países, se evidencian tres características: (1) la tasa de aumento de la pobreza en nuestro país en el período 2010-2014 fue mayor que en cualquier otro, (2) la brecha entre los pobres y los no pobres fue la que más se incrementó, y (3) la brecha entre los individuos, tomando en cuenta el ingreso, también fue la mayor. Por donde quiera que se mire, la pobreza en Venezuela se está agravando, sea en términos de la magnitud como de la intensidad.

Pero lo más inquietante de ese informe no es lo que se dice, sino lo que no se dice. Dado que el último año de información es 2014, podemos imaginar lo que está pasando con la pobreza en estos momentos. Han pasado más de 16 meses desde finales del año 2014. Sin embargo, la crisis económica se complica cada día más. El aumento de la tasa de inflación en 2015 fue el mayor en la historia del país, y el mayor en América desde 1994. Venezuela tiene la inflación más alta del mundo desde 2013 (es decir, cuatro años seguidos). Por otra parte, la economía sigue en recesión, por tercer año seguido. El aumento de los precios de los alimentos el año pasado fue mucho mayor que la inflación agregada. Y para remate, los programas de protección social no están en capacidad de amortiguar la extraordinaria caída de la capacidad adquisitiva. Si a ello se suma la debacle en las áreas de salud y de educación, así como la impresentable gestión de los servicios públicos, queda muy evidente que la afectación de la vida cotidiana de los venezolanos está en su peor momento histórico. 

Todo lo anterior nos lleva a una conclusión más que preocupante. Las perspectivas de la situación social se agravaron en 2015, y se están agravando en lo que va de 2016. Ante eso hay un gobierno sin ideas, repitiendo los mismos errores, haciendo gala de la mayor incompetencia en la gestión pública en el Siglo XXI, perdiendo credibilidad a cada instante. La población se afianza en el convencimiento de que el primer paso para tener una transformación en el país es la sustitución institucional de este pésimo gobierno.

Politemas, Tal Cual, 6 de abril de 2016

miércoles, 30 de marzo de 2016

Últimos en creación de valor

Si de verdad Venezuela puede tener un escenario de bienestar y progreso en las próximas décadas, es menester analizar la capacidad para crear valor agregado. Desde hace varias décadas, el grado de progreso en los países se mide por la generación de productos con el mayor valor agregado posible. Si ese es el eje de desarrollo, entonces todas las actividades productivas marcharán en la dirección que permita acompañar ese ritmo. Dado que dichos productos son los más valorados en el mercado, entonces la rentabilidad de esa inversión es mayor. 

Si se pudiera seleccionar un indicador que exprese tal énfasis productivo, uno que habría que considerar es la cantidad de dólares per cápita obtenidos por exportaciones de bienes con altas tecnologías. La utilidad de este indicador se fundamenta en varios aspectos. En primer lugar, establece el acento en la exportación, de manera que es el consumidor extranjero el que decide sobre la calidad del producto. En otras palabras, coloca de una vez al país en la dinámica de las exigencias de calidad internacional. En segundo lugar, al considerar las altas tecnologías, se decide por el criterio más riguroso. Esto es, productos altamente intensivos en investigación y desarrollo (industria aeroespacial, informática, farmaceútica, instrumentos científicos, robótica, entre otros), de tal forma que su elaboración conlleva directamente la expansión de las capacidades de creación de conocimientos. Y en tercer lugar, al realizar la comparación por habitante, se puede ajustar el efecto proporcional en cada país. Es decir, no es el tamaño de los países ni de su economía lo que se toma en cuenta, sino la capacidad productiva de cada individuo.

Examinemos ahora, en el contexto de América Latina, la evolución de este indicador. Tomemos como referencia los últimos 30 años. De acuerdo con la información disponible elaborada por CEPAL, en 1985 el país que producía mayor cantidad de dólares per cápita por concepto de exportación de productos de alta tecnología en América Latina era México (23 dólares). El segundo país era Costa Rica (11 dólares). Un poco más atrás se encontraban Brasil (6,30 dólares), Guatemala (6 dólares), Argentina (5,3 dólares). Luego seguía el resto de los países. Venezuela obtenía en ese año 0,59 dólares por habitante por concepto de exportación de altas tecnologías, uno de los más bajos de la Región.

En estos 30 años la tendencia de que el conocimiento es la base fundamental del desarrollo, se ha expandido por América Latina. En México, por ejemplo, en 2015 las exportaciones de alta tecnología tuvieron un valor de 701 dólares por habitante (esto es, 30 veces más con respecto a 1985). En Costa Rica, por su parte, el valor de exportaciones de alta tecnología por habitante alcanzó 613 dólares (un aumento de 55 veces). Otros países aumentaron también de manera significativa. Guatemala aumentó a 20 dólares per cápita, Argentina a 33, Brasil a 45. Estos últimos países, como se puede observar, muy por debajo de México y Costa Rica. Venezuela es el país con el menor valor de exportación de altas tecnología per cápita: 0,67 dólares. El único país por debajo de un dólar por habitante, cuando ya había alcanzado 3,96 dólares en 1990. Mientras esto pasaba en América Latina, Corea del Sur aumentó de 90 dólares a 3.200, y Singapur de 1.700 a 29.000 dólares en ese período. Otra liga muy diferente. 

Las políticas de los últimos 17 años en Venezuela han sido la antítesis de las que se han aplicado en otros países: objetivos de mediano plazo, inversión en áreas de tecnologías de punta, respeto a los derechos de propiedad, mejoras en la formación de recursos, entre otros aspectos. Los resultados están a la vista. Esos países están en ventaja para enfrentar los retos de la sociedad del conocimiento del siglo XXI. Venezuela, por su parte, debe cambiar sustancialmente para dejar de ser el país con menor capacidad de valor agregado en América Latina.

Politemas, Tal Cual, 30 de marzo de 2016

jueves, 10 de marzo de 2016

La mayor privatización de la salud

El caradurismo no puede ser más grande. Ante las grandes penurias de los venezolanos por conseguir medicamentos, por tramitar un cupo quirúrgico, o la radioterapia para el tratamiento de cáncer, el actual gobierno solo insiste en consignas que han sido desmentidas por la realidad. Venezuela tiene los peores desempeños de salud en América, todas las evidencias así lo indican. No existe la garantía de tratamiento en las instituciones públicas. Y mucho menos es verdad que los venezolanos tienen cobertura gratuita de los servicios de salud.

Es todo lo contrario, los venezolanos tienen la mayor proporción de gasto privado de la salud en América. Según cifras de la OMS para 2013 (último año disponible), el 65,8% del gasto en salud en el país proviene del bolsillo de las personas. Esto significa que las familias deben tomar dinero de sus salarios, de préstamos a familiares, de las cajas de ahorros, de la venta de vehículos, de la hipoteca de viviendas, para conseguir los recursos que permita el tratamiento de alguno de sus miembros. En otras palabras, los venezolanos viven la peor desprotección posible en materia de salud.

Esta privatización ha ido en aumento. En el año 2000, el 53,2% del gasto provenía del bolsillo de las personas. Esto significa que un período de 13 años el aumento ha sido superior a 12%. Mientras esto ocurre en nuestro país, en otros como Chile y Brasil ha disminuido el gasto de bolsillo, vale decir, ha aumentado el gasto público en 10% o más. En Colombia y Uruguay el gasto de bolsillo es menor a 20% del gasto total. Es decir, al contrario de la tendencia universal de aumentar el financiamiento público, las políticas del actual gobierno de Venezuela han significado la mayor privatización de la salud del Siglo XXI en América.

Cuando se compara a Venezuela con el resto del mundo, los resultados son más decepcionantes. Solo dos países tienen un mayor porcentaje de gasto de bolsillo que Venezuela. Esos países son Afghanistán (con 73,8% de gasto de bolsillo) y Azerbaiyán (con 71,1%). Vale decir, entonces, que la desprotección en salud de los venezolanos es la tercera más alta del mundo. Todo lo anterior coexiste con la intención permanente del gobierno de mostrar una gestión preocupada por la gente. Los resultados en la práctica, y las angustias de los venezolanos son suficientes para demostrar lo irreal de las afirmaciones del gobierno.

La actual gestión no solo ha destruido la economía, también ha vulnerado las condiciones de las personas, especialmente en servicios fundamentales como la salud. Bajo el cinismo ideológico se ha encubierto la mayor agresión a la equidad en el acceso a los servicios. Antes que ampliar las fuentes de financiamiento público, las políticas de esta administración han conducido a la mayor indefensión de las personas antes las contingencias de la salud. El actual gobierno ha dejado la salud de millones de venezolanos en la total desprotección.

Politemas, Tal Cual, 9 de marzo de 2016