sábado, 9 de febrero de 2013

Fracaso económico

Catorce años es mucho tiempo. Casi tres gobiernos de los correspondientes a la anterior constitución. En ese lapso muchos países han ordenado sus economías y alcanzado niveles más avanzados de desarrollo. Pero no Venezuela. La larga gestión del actual gobierno ha agravado los problemas preexistentes. Como resultado, las condiciones en las cuales se desempeñan los ciudadanos está marcada por las grandes limitaciones de nuestra actividad productiva.

En este período la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe han profundizado las reformas económicas iniciadas en las últimas décadas del siglo pasado. De hecho la región ha experimentado un período relativamente largo de crecimiento y de reducción de la pobreza. Es cierto que falta mucho por hacer, pero el balance general es favorable. Los cambios institucionales que se han llevado a cabo han mejorado las bases sobre las cuales se debe sustentar ese crecimiento.

Venezuela, sin embargo, marcha muy rezagada cuando se le compara con los países de la región. Nuestra economía creció a una tasa promedio de 3% entre 1999 y 2012. Eso significa que ocupamos el lugar número 16 en la región. Podría decirse que fue un crecimiento más bien mediocre. Cuatro países de la región alcanzaron tasas promedio superiores a 5% (Panamá con 6,4%, República Dominicana con 5,32%, Perú con 5,29%, y Trinidad y Tobago con 5,21%). Panamá y Perú crecieron todos los años del período. Vale decir, catorce años de crecimiento ininterrumpido. La economía venezolana tuvo, por su parte, cinco años de decrecimiento en el lapso.

Crecer con la baja tasa señalada no favorece la generación de los recursos para suplir tantas deficiencias en la prestación de servicios o infraestructura, por ejemplo. Tampoco se pueden generar las condiciones requeridas para promover un adecuado clima de inversión. En realidad, la economía mantiene un ritmo inestable agravado por la exagerada dependencia de la venta de petróleo. Además de no crecer como debemos, la economía venezolana es la que tiene la más alta tasa de inflación en la región. Exactamente desde 2007 ocupamos ese penoso sitial. En todo el período de estos catorce años, tuvimos la tasa de inflación promedio más alta de la región (solo superada ligeramente por Surinam).

Es muy lamentable que luego de este período, con un ingreso por concepto de petróleo de escala monumental, Venezuela presente tantas evidencias de bajo desempeño económico. La imposibilidad de generar riqueza en las dimensiones requeridas no trae otra consecuencia que deterioro en las condiciones de vida. Y si a eso sumamos las angustias que se viven en una economía inflacionaria, las conclusiones son muy directas: el actual gobierno ha llevado el fracaso económico a una dimensión superior.

Politemas, Tal Cual, 6 de febrero de 2013

domingo, 3 de febrero de 2013

El gran negocio de Cuba

Muchas razones prevalecieron para que el actual gobierno acabara dependiendo del régimen cubano. Desde la obnubilación ideológica, casi infantil, hasta la sumisión en materia de seguridad interna, pasando por el mito de que los cubanos tienen fortalezas en los servicios sociales. Lo cierto es que ya es evidente que no se mueve una sola hoja en Miraflores, sin que sea aprobado por los altos jerarcas en La Habana. Se llega al extremo de utilizar la curiosa posición de defensa de la democracia que acaba de asumir Cuba en la CELAC, para agredir a los sectores que adversan al actual gobierno. Ya Cuba no puede tener más injerencia en los asuntos de los venezolanos.

Los intereses de Cuba en Venezuela son inmensos. Cualquier posibilidad de cambio en ese “status quo” provoca en los gobernantes cubanos un sudor frío. Solo la cantidad de productos derivados de petróleo venezolano que llega para abastecer la demanda diaria de Cuba nos da una idea. Venezuela aporta la mitad de todo el consumo diario de derivados de petróleo de Cuba, esto es, aproximadamente 80.000 barriles. El “fiao” más grande de la historia. El comercio de Cuba con Venezuela representa casi el 30% del total. Venezuela es la principal fuente de exportaciones de Cuba desde 2004. Entre 35 y 48% de los médicos cubanos trabajan fuera del país, muchos de ellos en Venezuela.

Los cubanos deben cuidar entonces su gran negocio. A cambio Venezuela recibe recursos humanos que laboran en distintas áreas de los servicios sociales. Todo ello en detrimento de los profesionales venezolanos formados en su gran mayoría en universidades públicas venezolanas. Y a su vez debilitando la capacidad de las instituciones formales en la prestación de esos servicios. También recibe Venezuela una especie de “indulgencia” por ser un seguidor fiel de las atrasadas ideas que han convertido a Cuba en uno de los países más pobres del mundo.

Todo lo que Cuba recibe de Venezuela no puede ser suplido fácilmente por otros. No existen muchos países que estén dispuestos a subsidiar las grandes debilidades de la economía cubana. Tampoco muchos están interesados en pagar recursos humanos que no tienen las competencias de un mundo tan especializado como el de estos tiempos. De manera que a Cuba no le queda otra cosa que estar pendiente de las divisas que vienen de Venezuela. La modificación de estas prácticas podría dar al traste con las limitadas posibilidades de la economía cubana.

No es de extrañar entonces que Cuba esté viviendo su hora estelar. Tratando de garantizar la permanencia de su negocio por los próximos años. A cambio, el liderazgo opaco y poco entrenado del actual gobierno de Venezuela, recibe apoyo político y comunicacional. Para ello los líderes venezolanos viajan a Cuba todas las semanas. A rendir cuentas y recibir órdenes. Como cualquier súbdito colonial.

Politemas, Tal Cual, 30 de enero de 2013