Ya parecía que el mundo tenía muchas desigualdades entre los países. Desde las que resultan por diferencias de institucionalidad política, diversificación económica, hasta las originadas por la proporción de población sin protección social, solo por mencionar algunos ejemplos. Ahora se debe incluir otra desigualdad: la que deriva de alcanzar el nivel de inmunidad requerido para superar los efectos de la pandemia por covid-19. Esta desigualdad afecta de manera significativa a la población no inmunizada por cuanto está relacionada con la incertidumbre para enfrentar la infección, esto es, la vulnerabilidad que resulta de no estar protegido.
La raíz de esta desigualdad está asociada directamente con la capacidad de gestión de los gobiernos ante la pandemia. Los países que tomaron previsiones para concretar acuerdos de compra de vacunas rápidamente alcanzaron una doble ventaja. En primer lugar, porque pudieron empezar a preparar los aspectos relacionados con la puesta en marcha de las vacunaciones. Y, en segundo lugar, porque han evitado las consecuencias de la escasez de vacunas que se ha producido en las últimas semanas en el mercado internacional. De la misma forma, los países que no actuaron con la anticipación requerida, no pudieron concentrarse en la gestión de las vacunaciones, y ahora contemplan la posibilidad de que, habiendo iniciado estos programas, no cuenten con el suministro completo para alcanzar la cobertura en el menor tiempo posible.
La situación ideal es que todos los países puedan vacunar completamente al 70% de la población contra covid-19 en 2021. Luego de cinco meses de iniciadas las vacunaciones, se puede tener una referencia de cuáles serán los países que podrán alcanzar la meta en lo que resta de año. Para ello, los países deberían haber alcanzado al menos el 10% de población completamente vacunada. Esto significa que los países deben reportar el número de dosis administradas cada día, discriminadas por tipos (primeras y segundas dosis). El hecho de que un país no esté reportando las dosis discriminadas, expresa restricciones para alcanzar la meta, justamente porque ni siquiera están haciendo el seguimiento.
De acuerdo con la información disponible en el sitio web de Our World in Data de la Universidad de Oxford, es posible conocer los países con más de un millón de habitantes que pueden alcanzar la meta en 2021. En las Américas, solo tres países tienen más de 10% de población inmunizada completamente en este momento (Chile, Uruguay, y Estados Unidos). En África, el único país es Marruecos (sobre un total de 50).
Dentro de los países de la Unión Europea, catorce alcanzan el 10%, destacando Hungría con más de 25%. En el grupo de países europeos que no forman parte de la Unión Europea, solo cuatro tienen esta cobertura de referencia, sobresaliendo Reino Unido con 26%, seguido por Serbia (24%), y Turquía y Suiza con 12%. En Medio Oriente se encuentran cuatro países: Israel (con el mayor porcentaje mundial, 58,6%), Emiratos Árabes Unidos, Bahrain, y Qatar. En Asia, solo Mongolia y Singapur superan el 10% de cobertura. Ningún país de Oceanía alcanza este nivel.
En total, a la fecha, solo 28 países del mundo tienen buenas perspectivas para terminar 2021 con la cobertura requerida de inmunidad contra covid-19. Esto significa que en la gran mayoría de los países esta cobertura solo se podrá alcanzar en 2022 o más allá. En consecuencia, en los próximos tiempos la cobertura de inmunidad contra covid-19 será un factor de especial relevancia para mediar tanto en las relaciones entre países, como en las propias dinámicas al interior de ellos. La capacidad de los gobiernos para reducir esta desigualdad se ha convertido en el eje que afectará la efectividad de las políticas públicas en los próximos años. Incorporar esta dimensión es prácticamente inaplazable en las políticas de desarrollo a escala global.
Politemas, Tal Cual, 12 de mayo de 2021
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