viernes, 28 de mayo de 2021

América Latina luego de año y medio de pandemia

Los países que han avanzado más con las vacunaciones contra covid-19, contemplan la segunda parte del año 2021 con una visión más optimista. Israel y Reino Unido, por ejemplo, registran en estos momentos 95% menos casos y muertes por covid-19 que hace seis meses. Estos registros de casos y muertes son los más bajos desde que se inició la pandemia en estos países. La reducción de casos y muertes no es exclusiva de los países de mayores ingresos. Marruecos y Mongolia, países de ingresos medios bajos, también han alcanzado altos niveles de cobertura de vacunación anticovid-19, con disminución notable también de casos y muertes.

Mientras esto ya sucede en los países más exitosos con las vacunaciones, América Latina tiene perspectivas bastante complicadas. En primer lugar, se debe señalar que ha sido la región más afectada del mundo en casos y muertes por covid-19. Con poco más de 8% de la población mundial, la región ha registrado el 20% de los casos, y el 30% de las muertes a escala global. Ya esto sería de la mayor preocupación para el bienestar de los latinoamericanos.

A los efectos sobre la salud, se debe agregar la dramática caída de la actividad económica el año pasado en todos los países de la región. Las implicaciones de esta extraordinaria reducción de la actividad productiva trajeron como consecuencia la pérdida de 26 millones puestos de trabajo, la mayoría desempeñados por mujeres, así como el aumento de 8 millones de personas en situación de pobreza extrema, y de 22 millones de personas en situación de pobreza total. Catorce países aprobaron cierres de la actividad económica en más del 20% de los días del año pasado. En el ámbito educativo, trece países mantuvieron cierres de escuelas y universidades más del 80% de los días de 2020. Estas grandes afectaciones de la calidad del empleo y de la educación, han tenido también impacto en el aumento de la desigualdad en toda la extensión de América Latina.

Para evitar la prolongación de estos efectos en el año 2021, era fundamental que las vacunaciones se desarrollarán de la manera más rápida y efectiva. Esto significaba que todos los gobiernos tomaran previsiones para garantizar la disponibilidad de vacunas, así como para preparar los sistemas de salud para aplicarlas. Los resultados han sido, lamentablemente, muy deficientes. Hasta la fecha, solo dos países (Uruguay y Chile) tienen un porcentaje de cobertura de población completamente vacunada superior al porcentaje agregado de la Unión Europea. También son los únicos países de la región que, al ritmo de vacunación actual, pueden lograr la meta de 70% de cobertura antes de que termine 2021.

Este deficiente desempeño en las vacunaciones en la gran mayoría de los países de América Latina, significa, en la práctica, que las condiciones de afectación de la pandemia se prolongarán posiblemente por varios años. República Dominicana y El Salvador se unirán en 2022 al grupo de países con la cobertura de 70% de la población meta. El resto de los países alcanzarán la meta en 2023 o incluso después. De hecho, en la actualidad la gran mayoría de los países mantienen medidas de control de la pandemia de alto nivel de rigurosidad, según el Índice de Rigurosidad de Políticas elaborado por la Universidad de Oxford.

Es evidente que la nueva desigualdad derivada del desempeño de los programas de vacunaciones, afectará de manera especial a América Latina. De continuar el actual ritmo de vacunaciones diarias, las dificultades económicas, educativas, y sociales de la región aumentarán también con toda seguridad. A todo ello habrá que agregar los impactos negativos en las condiciones institucionales, políticas y emocionales de los latinoamericanos.

Estas perspectivas deberían ser lo suficientemente críticas para promover cambios en las actuales políticas de vacunación en los países. Dado que la producción y distribución de vacunas requiere la participación de múltiples actores en los niveles nacionales e internacionales, la puesta en marcha de estos cambios requerirá considerables capacidades institucionales de los gobiernos de la región. El desempeño demostrado por estos gobiernos a lo largo de este año y medio, indica que son muy notables las restricciones. De no generarse mejoras en el corto plazo, la pandemia tardará mucho tiempo en ser controlada en América Latina. Las consecuencias de esta situación constituyen las mayores amenazas al desarrollo de la región en la próxima década.

Politemas, Tal Cual, 26 de mayo de 2021

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