La progresión de la pandemia por casi dos años y medio expresa con claridad los notables impactos que ha tenido en el contexto global. Pronósticos de organismos internacionales indican que la recuperación a los niveles pre-pandemia puede llevar varios años. Esta perspectiva se complica más si se considera que la pandemia se puede prolongar en muchos países, especialmente en aquellos con bajos niveles de cobertura de vacunaciones contra covid-19.
Es evidente que en la medida que se conozca con más detalles el impacto de la pandemia en los países, se podrá identificar con mayor especificación las tareas que se deben realizar para superar estos efectos. En consecuencia, es conveniente establecer una forma de estimar estos impactos. De especial consideración, es el impacto institucional, es decir, los efectos en las capacidades de los países para diseñar e implementar políticas públicas.
Una alternativa para estimar este impacto es conocer el “exceso de mortalidad”, lo cual expresa la variación que implicó la pandemia con respecto a la tendencia de mortalidad previa. Esto significa que aquellos países que han tenido un menor exceso de mortalidad, estarán en mejores condiciones de superar las exigencias post-pandemia. En Our World in Data, de la Universidad de Oxford, se encuentra la estimación, realizada por la revista The Economist, del exceso de mortalidad en la pandemia. En el caso de América Latina, se estima que, al 8 de mayo de 2022, más de 2,5 millones de muertes se produjeron en exceso durante la pandemia
Al analizar los estimados del exceso de mortalidad en América Latina, se pueden distinguir tres grupos de países. En el primer grupo están los países con mayor exceso de mortalidad en la región (más de 400 muertes por cada 100.000 habitantes): Perú, México, Bolivia, y Ecuador. Perú tiene la mayor tasa (662 muertes en exceso por cada 100.000 habitantes). Esta tasa de Perú solo es superada por tres países de la Unión Europea (Bulgaria, Lituania, y Rumania).
El segundo grupo está conformado por diez países: Argentina, Brasil, El Salvador, Colombia, Paraguay, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Chile, y Venezuela. En este grupo, la tasa de exceso de mortalidad se encuentra entre 200 y 400 muertes por 100.000 habitantes. En el tercer grupo se encuentran los países con menor exceso de mortalidad (menor a 200 muertes por cada 100.000 habitantes), y está compuesto por Panamá, Haití, Cuba, Costa Rica, Uruguay, y República Dominicana. Este último país es el que tiene la menor tasa de mortalidad en exceso en la región.
Tomando como referencia este indicador es posible proponer que los países con mayor exceso de mortalidad comparten al menos tres características. La primera está constituida por las debilidades en la preparación para enfrentar la pandemia. La segunda es la amplitud de efectos familiares y sociales relacionados con esta alta mortalidad. Y la tercera característica está vinculada con las dificultades previsibles para superar el impacto de la pandemia. Estas características ilustran los diferentes tipos de gestión institucional que se deberán implementar para superar el impacto de la pandemia en América Latina.
Politemas, Tal Cual, 18 de mayo de 2022