En una primera impresión, se puede argumentar que la calidad de los gobiernos es una función directa de los recursos utilizados, expresados en el tamaño del gasto público que manejan. La razón que se puede postular es que la calidad requiere necesariamente más recursos. Por tanto, a mayores niveles de gasto se podría alcanzar una mayor calidad en la gestión de los gobiernos. Sin embargo, también se sabe que se puede gastar sin mayor efectividad, porque existen procesos de gestión que de no cumplirse más bien aumentan el gasto improductivo. Dicho de otro modo, puede ser que algunos gobiernos hagan mucho con pocos recursos relativos, y que otros gobiernos hagan poco incluso con muchos recursos disponibles.
Para identificar los gobiernos que son más efectivos en el uso de los recursos, es conveniente comparar. De acuerdo con el Índice Bertelsmann de Transformación (BTI, por sus siglas en inglés), los tres países con mayor calidad de gobierno en América Latina son Uruguay, Chile, y Costa Rica. Para tener una aproximación a la efectividad de los recursos utilizados por los gobiernos, se puede comparar la calidad según el BTI con el gasto estimado por el FMI.
De acuerdo con los estimados más recientes del FMI, en 2022 el gasto promedio del gobierno en los países de América Latina representa 26,6% del PIB. Solo dos países no tienen disponible la estimación del gasto del gobierno (Ecuador y Venezuela). En los tres países clasificados con la mejor calidad de los gobiernos. los estimados del gasto del gobierno son los siguientes: Costa Rica (19,5%), Chile (26,8%), y Uruguay (28,9%). Esto significa que el gasto general del gobierno no supera el 30% en los países con la mayor calidad. Es posible que la diferencia de Costa Rica con Uruguay y Chile se deba al hecho de no contar con gasto regular en fuerzas armadas.
En Argentina, Brasil, y Bolivia, clasificados de acuerdo con el BTI como de calidad moderada de gobiernos, el gasto general del gobierno representa casi el 40% del PIB (Argentina 37,8%, Brasil 38,4%, Bolivia 39,8%). De manera que, en este grupo de países, el gasto del gobierno equivale a más de 10% del PIB que en los países considerados de mejor calidad de gobiernos. En consecuencia, el mayor gasto en términos relativos no se traduce directamente en mayor calidad de los gobiernos. Dicho de otro modo, es bastante posible que muchos de los recursos utilizados por los gobiernos de estos tres países pudieran tener una mejor efectividad que la actual.
En el otro extremo de la clasificación están Haití, Guatemala, y República Dominicana. Estos países tienen menor proporción de gasto público con respecto al PIB total, y también menor calidad del gobierno en términos comparados. Las implicaciones en este caso son diferentes. Es probable que un aumento de los recursos utilizados por los gobiernos en estos países pueda repercutir en una mejor calidad de la gestión.
La relación entre los recursos utilizados por los gobiernos y la efectividad de la gestión será un tópico de mayor importancia en los países de la región. Las restricciones de las economías, junto con el aumento de la población y las demandas de servicios, deberían obligar a los gobiernos para incorporar innovaciones en la utilización de los recursos, habida cuenta de que el origen de estos recursos siempre estará vinculado con la capacidad de financiamiento de las sociedades. Hacer más con los recursos disponibles será cada día más relevante si se aspira expandir la calidad de vida de los ciudadanos. Asumir esta tarea con prioridad puede ser la diferencia para el porvenir de millones de familias en la región.
Politemas, Tal Cual, 28 de septiembre de 2022
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