sábado, 6 de abril de 2013

Entre las peores economías del mundo

La caradura del gobierno no tiene límites. Después de 14 años de deterioro económico, se aparecen antes de comenzar el receso de Carnaval para informar sobre una nueva devaluación del bolívar. La sexta desde 2003. Con el mismo discurso y con la misma desfachatez. Queriendo persistir en su decadente propaganda sobre las supuestas bondades de la economía venezolana.

Todavía para millones de venezolanos los efectos de la propaganda siguen funcionando. La elevación del consumo experimentada en 2012 da paso a falsas creencias. En realidad, la economía venezolana marcha muy mal. No es capaz de generar bienestar para toda la población. Las evidencias de escasez de muchos productos de consumo masivo, así como el repunte de la inflación y la precariedad de los empleos, destacan claramente que nuestra economía lo que ha hecho es alejarnos de las posibilidades de un desarrollo sostenible y creciente.

El gobierno ha utilizado todos sus recursos comunicacionales, dentro y fuera del país, para transmitir la idea de que las cosas van de lo mejor. Se presenta un crecimiento basado en la inversión pública y un supuesto control de la inflación para que funcionarios gubernamentales escondan las realidades preocupantes de la política económica.

Pero no hay manera de que el gobierno pueda llegar a manipular tanto. La comparación de nuestras mediocres cifras con el desempeño de todas las economías en desarrollo deja las cosas en su lugar. De 151 países en desarrollo, Venezuela ocupa el lugar 110 en lo que respecta a crecimiento económico en el período 1999-2012. Apenas un anémico 3% es la tasa de crecimiento promedio de nuestra economía, muy por debajo del promedio de todos los países en desarrollo. Nada que ver con las tasas de 7 a 9% que presentan muchos países. En el mismo período la tasa de inflación en Venezuela fue la sexta más alta del mundo. Solo superada por la República Democrática del Congo, Angola, Bielorrusia, Turquía y Surinam. Para el año 2012 la inflación venezolana solo es superada por Bielorrusia, Sudán, Sudán del Sur e Irán.

Si tomamos en cuenta la condición de economía petrolera, la comparación es todavía peor. La tasa de crecimiento de la economía venezolana es la más baja de los países de la OPEP. Países como Qatar, Libia, Angola y Nigeria están creciendo tres veces más.

En ese contexto casi suena a burla la perorata comunicacional del gobierno. Queriendo transmitir una idea completamente distorsionada. Las políticas del actual gobierno, basadas en sus pretensiones de llevar a la práctica la completa estatización de la economía, no conducen a otra cosa. El pobre desempeño de la economía es la prueba más evidente del empobrecimiento que experimentan los venezolanos. Es una gestión económica de las peores del mundo. Que no queden dudas de ello.

Politemas, Tal Cual, 20 de febrero de 2013

Trece años de incompetencias

En pocas semanas el actual gobierno cumplirá 13 años. Casi tres gobiernos de los establecidos en la Constitución de 1961. Los niños que tenían cinco años al momento de iniciarse el actual gobierno, no han conocido otro Presidente. Es el período más largo de mandato personal desde la autocracia de Juan Vicente Gómez. Pero no sólo es lo largo.

El actual gobierno constituye el mayor cúmulo de incompetencias en la historia moderna de Venezuela. En aspectos fundamentales para la vida de los venezolanos la gestión ha sido más que decepcionante. Comencemos por la inseguridad. La tasa de homicidios es la más alta de América del Sur. Y se ha casi triplicado desde el comienzo de la gestión. Como resultado, más de 150.000 venezolanos han perdido la vida por causa de la violencia. También nos hemos convertido en una referencia en el tráfico de drogas: 50% de la droga que llega por vía marítima a Europa pasa por Venezuela.

En la actual gestión se ha destruido empleo de calidad. La gran mayoría de los empleos en el país son precarios. No tienen compensación salarial acorde con la preparación del trabajador. Tampoco tienen los beneficios. Estamos en los últimos lugares de la productividad por trabajador en la Región. Para completar, las reformas de las pensiones y de salud tienen más de una década de atraso. Los programas sociales, las Misiones, no son expresiones de políticas adecuadas de protección social.

Más de 20% de los estudiantes entre 7 y 14 años tienen algún grado de desnutrición. Más de 200.000 niños abandonan la educación básica porque no tienen cupos a partir del séptimo grado. La suma de empleos de baja calidad, desnutrición juvenil y la salida de estudiantes del sistema educativo, es probablemente la mayor amenaza para el desarrollo sostenible que tiene el país. Si a todo esto sumamos la ausencia de una política económica de alto crecimiento y baja inflación, no es de extrañar la caída en la inversión pública y privada, el desastre en la infraestructura, y en la gestión de los servicios, sin olvidar las carencias en el desarrollo urbano y vivienda, así como en la sostenibilidad ambiental.

Todo lo anterior se presenta en un contexto de deterioro institucional, sin equilibrio de poderes, sin sistema de justicia confiable, con la aniquilación del Estado Federal descentralizado, con la merma en el desempeño de todos los niveles de gobierno controlados por el sector oficialista. Y finalmente, las consecuencias de una gestión en el contexto internacional, con menor presencia en las grandes decisiones, aislados, sin influencia.

Un gobierno así, con tan deplorable gestión, tiene la pretensión de ser reelecto. El próximo año los venezolanos deberán demostrar que tales resultados son incompatibles con sus aspiraciones de progreso. Que el mayor enemigo de la prosperidad es la continuidad de tantas incompetencias.

Politemas, Tal Cual, 21 de diciembre de 2011

Incapaz ante la pobreza

El presidente Chávez se “encontró” nuevamente con la pobreza. En tiempos electorales siempre vuelve al tema. Quizás pueda lucir inexplicable, en la lógica del gobierno, que luego de 13 años de una gestión tan “extraordinaria”, todavía la pobreza extrema afecte a más dos millones y medio de ciudadanos. Es decir, a todos los que se van a dormir sin las tres comidas de ley. Nada más y nada menos que el 9% de la población. Todo eso después del inmenso “boom” de ingresos que vivimos entre 2004 y 2008.

Hasta hace poco el gobierno había difundido la creencia de que ya en el país no había pobreza. Que por la magia de sus políticas tan “competentes”, se había erradicado. Sin embargo, las cifras oficiales han sido constantes, tercas. El porcentaje de población en pobreza extrema es la mayor demostración del tiempo perdido, de las palabras huecas, del andar sin rumbo, de la incapacidad para pensar y transformar el país. Y lo es también de un gobierno que no es competente para coordinar que la sociedad venezolana cree valor. Baste con constatar que sólo 5% de nuestras exportaciones son bienes manufacturados. Se espera que la “suerte” del mercado petrolero se encargue de resolverlo todo, incluso la pobreza.

Tal expectativa, por supuesto, no es la solución. Otros países, con mucha menos volatilidad, tienen porcentajes de pobreza mucho menores que el nuestro. Se pueden citar solamente los casos de Chile y Brasil como ejemplos. La causa de que se reduzca la pobreza hay que buscarla más allá del ingreso fiscal. Al menos dos factores deben incluirse.

El primero es el empleo. No hay disminución de la pobreza sin empleos de calidad. Este gobierno ha sido muy pernicioso para la creación de empleo. Todo lo contrario, lo que ha hecho es eliminar fuentes de trabajo. Ha perseguido la inversión privada, la ha arrinconado. Como resultado, el 64% de los empleos del país son precarios, sin beneficios, con bajos salarios para la capacitación del trabajador, en suma, con baja productividad. Y ello es más grave para los más pobres, quienes padecen un desempleo de 20%.

El segundo es un sistema de protección social que identifique los riesgos individuales y familiares que requieran apoyo en forma de transferencias monetarias o de servicios. Es evidente que este sistema no lo tenemos en el país. Y es de esta manera que funciona la lógica electoral del gobierno. Lo más “rápido” no es crear empleo. Lo más rápido es crear la ilusión de atender directamente a las familias en condición de pobreza. Y de allí los anuncios de programas de transferencia que ha hecho el gobierno en las últimas semanas. Todos dan la impresión de que se acudirá a la utilización electoral, a la exclusión, a la propaganda.

Al final es el mismo cuento. El gobierno tiene un concepto de bienestar que empobrece a los venezolanos. Y ya son trece años de evidencias contundentes. Es tiempo de sustituirlo.

Politemas, Tal Cual, 14 de diciembre de 2011

Infraestructura de la peor

En la segunda mitad del siglo XX, los venezolanos crecimos y vivimos con la mejor infraestructura de América Latina. Eran famosas las comparaciones de los visitantes. Las mejores carreteras, las grandes autopistas, las represas y las grandes obras de generación y transmisión de electricidad. A ello se debe incluir los puertos y aeropuertos. Las maravillas que extasiaban a los visitantes eran también motivo de orgullo para los locales.

La infraestructura ha sido siempre un factor de competitividad de los países. La construcción de vías permite transportar productos con rapidez, lleva bienes a los más apartados rincones. Ni hablar de los puertos y aeropuertos. No basta colocar los productos con las cadenas de transporte. Se trata de que se pueda desembarcar y colocar en los lugares de utilización en el menor tiempo posible. El tiempo y la calidad del transporte tendrán un efecto directo en el abaratamiento de los costos de producción y en la satisfacción del consumidor. Es por esta razón que hoy en día se considera a la infraestructura como uno de los factores básicos de la competitividad. Más sencillo no puede ser.

Y es acá que el actual gobierno empezó a entrar en escena. Los resultados de su gestión han llevado a Venezuela a los peores lugares en lo que a infraestructura se refiere. En el último informe sobre la competitividad de los países, elaborado por el World Economic Forum, lo que está en evidencia es el lamentable retroceso que ha experimentado la infraestructura del país. Y esa constatación la hacen quienes deben usar todas las modalidades de infraestructura para llevar de un lado a otros sus productos: las empresas. Y quienes sufren en sus presupuestos y en la demanda de los consumidores, los efectos perversos de este deterioro.

En la ponderación de la infraestructura general ocupamos el puesto 117 de 139 países. En carreteras llegamos en el lugar 96. En ferrocarriles estamos en el lugar 101 sobre 116 países. En puertos el desempeño es más que deplorable: ocupamos el lugar 135 sobre 139 países. Es para dejar sin habla a cualquiera. En la infraestructura para el transporte aéreo llegamos en el lugar 113 sobre 139 países. Y lo último es la calidad del servicio eléctrico, ocupamos el lugar 124 sobre 139 países.

En América del Sur, sólo Paraguay está peor que Venezuela cuando analizamos la calidad de la infraestructura. Es difícil culpar al gobierno anterior de todo esto. Ya hace casi trece años del último cambio de gobierno. La acción del actual gobierno sobre la infraestructura del país ha sido sencillamente nefasta. Pensaron, quizás, que no había que hacer más nada, que el mantenimiento y la construcción de la infraestructura era una malvada costumbre capitalista e imperialista. Y nos hicieron retroceder más de cincuenta años. Se la comieron, pues.

Politemas, Tal Cual, 7 de diciembre de 2011

Misiones en su rodada

La escena ha debido ser un tanto incómoda. El Presidente citando a sus ministros a examinar los resultados de la IV Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares, disponibles desde hace varias semanas en el sitio web del BCV. Los responsables de la encuesta, INE, BCV, ULA y CVG, no pueden catalogarse de aliados de la oligarquía, ni emisarios del imperialismo yanqui.

Uno de los temas de la encuesta era la cobertura y las formas de utilización de las Misiones del actual gobierno. No podía haber más expectativa. Pensando en el 2012, el Presidente sabe que tiene que seguir apostando a una iniciativa que le ha sido tan rentable. Hasta el punto que para la mayoría de los venezolanos las Misiones deben permanecer, independientemente de que el Presidente no sea reelecto.

Es probable que la reunión haya comenzado con los datos de la cobertura de las Misiones en 2009, el año de la encuesta. Ha debido ser un tanto duro para el Presidente tragarse la noticia de que sólo dos Misiones (Barrio Adentro y Mercal) tenían una cobertura superior al 20% de la población. De las 30 Misiones que se han creado, muchas tienen coberturas insignificantes. Más grave aún es que algunas de las Misiones educativas (como Sucre y Ribas) llegan sólo al 0.1% de la población. Hay que imaginarse a los ministros explicando ese “pequeño detalle”.

Luego de este trago amargo, alguien ha debido referirle al Presidente que no se dejara llevar por las primeras impresiones. Acto seguido ha debido decirle que 13,5 millones de personas son los beneficiarios de Barrio Adentro. Ese es el tipo de número que le gusta al Presidente. Cuando hay muchos millones. Lo que quizás le gustó menos al Presidente es que esa cifra se refiere a los que han usado Barrio Adentro “al menos una vez” en casi diez años. Algo así como preguntar si se recuerda la última vez que pasó el cometa Halley.

Ya las condiciones estaban dadas para el plato fuerte. La cobertura de la Misión Robinson I es menos de 5% de la meta prevista. La población objetivo de la Misión Robinson II es 48.000 personas. Se supone que atendería a las personas entre 10-60 años que no han completado la educación básica. En un sistema educativo que deja fuera cada año a 200.000 niños porque no tienen cupo para pasar de sexto a séptimo grado, la cifra es ciertamente decepcionante.

Y es que entonces se llega a la cifra cumbre. La cobertura de Mercal ha disminuido 17% (de 36 a 19) entre 2005 y 2009. Para el final de la presentación el Presidente ha debido comprender que tiene lejos la “reanimación” de las Misiones. Que dejó pasar mucho tiempo. Que el objetivo de la propaganda para lo cual fueron creadas se volvía a presentar. Pero esta vez con un decepcionante desempeño. Que tiene en frente un monumental fracaso. Que tiene menos de un año. Que sus “gerentes” no dan la talla. Que tiene que inventar “cualquier cosa”.

Politemas, Tal Cual, 23 de noviembre de 2011

"Revolución" sin universidades

En el año doce de la “revolución bonita” se acabó con las universidades públicas. Esa parece ser la consigna que maneja el gobierno desde hace varios años. Nuestras universidades públicas han estado sometidas a la más evidente agresión. Varios años con el mismo presupuesto, eliminación de la concertación para la discusión de los beneficios del personal en todas las áreas, deterioro de las condiciones de ingreso de los estudiantes, cerco administrativo, y persecución de la crítica. Tal es el “legado” que el actual gobierno muestra cuando se trata de la educación superior.

Contrario a la propaganda oficial abusiva, las universidades nacionales, pero especialmente las públicas, son instituciones que no pueden contar en la lógica oficial. Las universidades son, en primer lugar, instituciones de cambio. Cada año llegan a ellas cientos de miles de estudiantes, recién graduados de bachilleres, quienes por su edad y por la gran diversidad de la sociedad, con el influjo de medios y tecnologías, aportan lo esencial de la docencia: la posibilidad de ir más allá, de formularse preguntas, de promover la sana discusión que mejore los puntos de vista, que señale nuevos caminos. La lógica del cambio es totalmente contradictoria con el afán del actual Presidente de “mandar para siempre”. Tampoco es cónsona con la permanencia de malas políticas, con sus innegables efectos negativos en todos los espacios de la sociedad.

Tampoco puede convivir este gobierno con la crítica que se da por generación espontánea en nuestras universidades. La búsqueda de nuevas interpretaciones y la diversidad son manifestaciones naturales y necesarias para que se genere el conocimiento nuevo. Para un gobierno carente de ideas, repetidor de errores de la historia, incapaz de distinguir las opciones adecuadas de las inadecuadas, que tiene mucho desprecio por la formación sistemática y por la experiencia, es evidente que las universidades son instituciones de temer, que no cuentan en su “proyecto” de desarrollo.

Muchos menos este gobierno puede convivir con la innovación que se debe generar en las universidades y centros de investigación. Tales procesos se orientan justamente a la generación de valor de la sociedad. Para que la innovación tenga sentido debe existir un clima que permita apreciarla. Y ello es incompatible con un gobierno que es responsable del nivel más bajo de generación de valor agregado, en términos de altas y moderadas tecnologías, que se ha registrado en Venezuela.

Sólo un gobierno con afán totalitario como el actual puede plantearse la anulación de las universidades. Tal pretensión ha sido rechazada cada día con mayor rigor y fuerza. Signo evidente de que este gobierno no puede doblegar a la sociedad. Signo de que este gobierno no puede imponer el atraso en nuestro país.

Politemas, Tal Cual, 27 de octubre de 2010

Presupuesto para la gente

El país progresa poco a poco hacia una nueva institucionalidad. La Unidad Democrática anuncia que está muy pendiente del presupuesto del año 2011 que presentará el gobierno esta semana. Los Diputados electos han señalado que revisarán ese presupuesto con detalle y que irán a sus circuitos y estados para conocer las demandas insatisfechas de los ciudadanos.

Estas son buenas noticias para los venezolanos. La discusión sobre problemas de la gente y sus posibles soluciones es la sal de la democracia. Durante los últimos cinco años el presupuesto que enviaba el Ejecutivo era aprobado sin ninguna modificación por los parlamentarios. Bastaba la indicación de Miraflores para que se procediera a aprobarlo sin ningún retraso.

Las consecuencias de tal conducta es el deterioro de la democracia. El presupuesto anual es la ley más importante que aprueba un parlamento. Allí se establecen los ingresos de la República, así como los gastos y el endeudamiento requerido. Es una ley con consecuencias en los actores económicos, especialmente por el rol del sector público en nuestro desarrollo. Para remate esa ley establece las pautas y las prioridades en la organización de la administración pública, así como los rubros de inversión que deben vigilarse para que lleguen con el mayor impacto a la población.

El actual gobierno se acostumbró a que se hiciera todo esto sin discusión. Bajo el terrible supuesto de que la concentración de poder equivale a la “concentración de la sabiduría”. Las cosas han cambiado. Ante el profundo deterioro que viven los venezolanos, la discusión sobre el presupuesto del año entrante es una excelente oportunidad para analizar el tipo de país que tenemos. Para conocer cómo es que el gobierno está enfrentando el hecho de que seamos un país que no crea valor, en donde la vida está siempre en peligro, que no reduce la pobreza de manera sostenible, que no ofrece empleo de calidad, donde la vivienda es precaria, donde no existe seguridad alimentaria, donde la propiedad no está garantizada, donde los derechos a la salud y la educación se encuentran sin resguardo.

El presupuesto que presentará el gobierno debe tener respuestas a esas preguntas. Allí deberían estar condensadas las propuestas de política que nos deberían ayudar a salir de esos problemas. Es obvio que allí no estarán esas soluciones. Sencillamente porque el gobierno no las tiene. La diferencia es que ahora la Unidad Democrática las podrá plantear y exigir. Con la legitimidad de los votos de los venezolanos. Y al plantearlas, aunque no sean tomadas en cuenta en el seno de la Asamblea Nacional, estarán indicando el tipo de país que se puede aspirar, el tipo de gobierno que podríamos tener en dos años, el tipo de retos que podemos enfrentar, el tipo de bienestar que se puede garantizar a los todos los venezolanos.

Politemas, Tal Cual, 20 de octubre de 2010

Democracia en China

Haber otorgado el Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo ha cumplido el objetivo: llamar la atención del mundo sobre la democratización de China. El Comité Noruego del Premio Nobel señala que este país se ha convertido en la segunda economía del mundo, pero que también es verdad que han aumentado los requerimientos de participación que hacen sus ciudadanos.

También señala el Comité que la propia Constitución de China, en su artículo 35, establece los derechos de libertad de expresión, de prensa, de reunión, de asociación, y de manifestación. Reconoce, sin embargo, el Comité, que esos derechos han sido coartados. Finaliza indicando que el reconocimiento a Liu Xiaobo es consecuencia de la lucha de muchos para establecer derechos humanos universales en ese país.

Liu Xiaobo está en prisión con una condena por once años. La razón de esta nueva detención es haber participado activamente en la elaboración de la “Carta 08”, manifiesto político dado a conocer hace poco menos de dos años. El manifiesto fue firmado en su momento por 350 intelectuales y activistas de derechos humanos en China. Miles se han sumado a ratificarlo en el tiempo transcurrido.

Los conceptos fundamentales explicados en el documento son: libertad, derechos humanos, igualdad, republicanismo, democracia y constitucionalismo. Los firmantes muestran una clara demanda por adoptar en China muchas de las instituciones modernas que surgieron después de la Revolución Francesa. También en la “Carta 08” se plantean posiciones sobre la administración del Estado, los derechos e intereses de los ciudadanos y el desarrollo social.

Son exactamente diecinueve posiciones. En cuanto a la administración del Estado, se plantea la enmienda de la Constitución para establecer una cabal democracia, así como la separación de poderes, la democracia legislativa, independencia judicial, fuerza armada dependiente del poder civil, elección abierta de funcionarios. En lo que respecta a los derechos humanos, se exige garantías específicas, la igualdad urbano-rural, derechos de expresión, asociación, reunión y religión. Las posiciones relacionadas con el desarrollo social incluyen la educación civil, la protección de la propiedad, la reforma fiscal, seguridad social universal, protección ambiental, república federal y justicia para los perseguidos políticos.

La importancia de la “Carta 08”, más allá de su valor como propuesta política, es la expresión que hace de las demandas dentro del seno de la sociedad china para que el país adopte un curso democrático. Muchos de los líderes de este movimiento están perseguidos. Otros como Liu Xiaobo en prisión. Lo que parece estar muy claro es que la ruta del progreso económico chino no podrá evadir tan fácilmente la lucha por la plena democracia.

Politemas, Tal Cual, 13 de octubre de 2010

Alerta roja

El gobierno descubrió que la mayoría del país está buscando otra alternativa. Que después de casi doce años de la misma cantaleta y de las consignas desfasadas, la gente está buscando otros horizontes, otras perspectivas. Que esa “revolución bonita” que se consideraba “anclada en el alma popular”, es sólo un amasijo de ideas obsoletas y de nulas realizaciones. Los resultados del 26 de septiembre le enviaron un mensaje “vía voto directo y secreto” a las alturas del poder. El resumen es muy claro: este gobierno tiene la fecha de término constitucional sellada en la frente. La salida democrática y electoral del autoritarismo incompetente que nos gobierna es cuestión de trabajo y paciencia, está al alcance de la Unidad.

Los jerarcas de la “revolución” no quieren leer los signos evidentes de este deterioro. Desde hace cinco años, a pesar de la ingente cantidad de petrodólares, y de la obscena propaganda oficial, está en marcha una profunda innovación política en el país. La decepción por la gestión deficiente y altanera ha encontrado cauce en la concreción de la Unidad. La exigencia se ha convertido en realidad. Y de allí que los ciudadanos contemplen otra opción.

Tal posibilidad es inaceptable para el gobierno. Desde siempre ha asumido que tiene el monopolio de la popularidad. Falso, los resultados demuestran que la decepción del gobierno es amplia, se extiende por todo el territorio nacional. Y también es verdad que se ha optado por expresar esas preferencias a través de La Unidad. Si la Unidad no hubiera calado como alternativa, sería mucho más difícil demostrar el deterioro del gobierno.

La reacción del gobierno no ha sido muy sorprendente que digamos. Por primera vez en mucho tiempo empieza a hablar de las cosas que se deben hacer, con la vivienda, con los servicios. De “repente”, el Presidente aparece inaugurando escuelas y otras obras públicas. Diciendo que se incluyan recursos en los planes de inversión. Después de largos años de olvido, el gobierno se encontró con las demandas concretas de la población e intenta satisfacerlas. La incompetente élite que nos gobierna se ha topado con la monumental realidad de no saber conducir la nave del gobierno. Que no tiene la mística ni la motivación para liderar ninguna transformación. Es un gobierno carente de ideas y soluciones. Es un gobierno convertido en desesperanza.

Es por ello que la señal de alerta se ha prendido en el tablero oficial. En pocos meses estaremos en el 2011, antesala de un año electoral crucial para los venezolanos. Desde Presidente hasta Alcaldes y Gobernadores serán seleccionados ese año. Ya el gobierno ha empezado a designar sus candidatos con el “dedo” de la participación del único actor que cuenta. Este gobierno empezó a sacar cuentas y quiere tomar posiciones. Hay pánico en Miraflores.

Politemas, 6 de octubre de 2010

La Unidad es el camino

El gobierno no oculta los efectos de la derrota infringida por la Unidad el pasado domingo. Ya se habían hecho muchos planes con respecto a los meses por venir: triunfo contundente en la elección a la Asamblea Nacional, alcanzar los dos tercios de los diputados, y reinicio de la arremetida contra todo vestigio de la institucionalidad establecida en la Constitución de 1999. No hay ninguna duda de que el objetivo del gobierno es dominar por completo a la sociedad venezolana.

Los resultados de la elección demuestran que es posible aprovechar las posibilidades que deja este marco institucional deteriorado. También indican que la estrategia del voto es efectiva, genera nuevas posibilidades, amplía los espacios de influencia. Pero todo ello no debe ser motivo de engaño. El actual gobierno no está convencido del respeto a las instituciones, ni de la convivencia entre adversarios políticos, ni tiene el más mínimo pudor ante la violación de las leyes con tal de satisfacer sus objetivos. Todo lo cual nos coloca en un nuevo escenario. Esto es, acometer con la lucha en los frentes disponibles, la tarea de restituir la Constitución de 1999.

La Unidad de todos los sectores democráticos demostró que es posible trazarse objetivos comunes y alcanzarlos. Ahora se abre una nueva etapa de exigencias. Al menos tres grandes retos deberá acometer la Unidad para convertirse aún más en una alternativa de transformación del país. En primer lugar, deberá cohesionar una fracción parlamentaria que trabaje en la Asamblea para colocar los problemas de los venezolanos en primera línea. Que sea capaz de actuar como un solo cuerpo, pero que se nutra de la diversidad y amplitud de pareceres. Ello supone establecer prioridades parlamentarias, acordar modos de funcionamiento, organizar equipos de trabajo, involucrarse con la sociedad en las diversas áreas, revisar periódicamente los planes de acción.

En segundo lugar, la Unidad deberá consolidar la coordinación entre los partidos de la alianza, así como vincularse más con la sociedad civil. En esa tarea será relevante el esfuerzo que se realiza en los gobiernos de los estados y municipios, así como los acuerdos para visualizar alternativas de política en un gobierno unitario en 2013. En tercer lugar, la Unidad debe consolidar mecanismos para dirimir la participación en las elecciones de los años 2011 y 2012.

De manera que la Unidad deberá ser lo suficientemente flexible para avanzar en la esfera parlamentaria, en el intercambio con la sociedad y en los gobiernos locales y de los estados, y en la organización electoral. Todo lo cual supone generar ideas y ser capaces de concretarlas. La construcción de esa Unidad, efectiva, cercana, directa, necesaria para todos, es probablemente la mayor exigencia de la hora actual.

Politemas, Tal Cual, 29 de septiembre de 2010