La próxima semana, el jueves 28 de julio, se producirá el cambio de gobierno en Perú. Será la toma de posesión del quinto presidente peruano después de la renuncia de Fujimori en 2000. Desde esa fecha, el cambio experimentado por Perú ha sido extraordinario. Todos los años han sido de crecimiento económico, el clima político es diferente, los avances sociales se pueden apreciar de manera evidente.
Una corta estancia para actividades académicas en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) ha sido de gran utilidad para apreciar la actual coyuntura peruana, en pleno clima de transición de gobierno. Todo comienza con una experiencia muy poco frecuente para los venezolanos. La llegada a casi media noche al aeropuerto se hace sin mayores angustias. El costo del servicio de taxi al hotel es el mismo de octubre pasado. Pero también es el mismo que en 2014. La verdad es que no recuerdo cuándo fue diferente, después de ir casi todos los años desde 2003. La inflación está completamente controlada. En el año 2015 la tasa de inflación fue 3,5%. La tasa de inflación de los últimos 12 meses ha sido 3,34%. En el sitio web del Banco Central de Reserva del Perú se indica que la inflación del mes de junio de 2016 fue 0,21% y que la acumulada del año es 1,78%. Hay que destacar que se consigue la inflación de junio cuando estamos a mitad de julio. Impensable en Venezuela.
La economía ha crecido de manera ininterrumpida en los últimos 82 meses según anunciaron la semana pasada las autoridades. En mayo de este año (último mes con información disponible), la economía creció 4,8%. Los venezolanos sabemos la diferencia: tenemos casi tres años en recesión. Tampoco se aprecian colas para comprar productos. De ningún tipo. Se percibe actividad en las calles, un dinamismo total. Pasear por el campus de la Universidad en encontrarse con edificios nuevos. En otras universidades también se construyen edificios y se amplían otros.
Muchas cosas están funcionando en Perú, una de las economías más atractivas hoy en día en América Latina. La reunión del FMI y del Banco Mundial hace pocos meses en Lima fue una demostración del aprecio internacional que se tiene por el país. Por ello la toma de posesión de Pedro Pablo Kuczynski (PPK como lo conoce todo el mundo) es un acontecimiento de gran relevancia. Después de una victoria por estrecho margen se dispone a gobernar.
Muchos retos esperan a la nueva gestión. El primero de ellos, político. Se trata de conciliar con un congreso en el cual el partido de gobierno no tendrá la mayoría. Se requerirá mucho diálogo y concertación. El nuevo Presidente sabe de eso, tiene experiencia de gobierno y en otros ámbitos, en los cuales ha tenido que desarrollar la capacidad de fraguar acuerdos. Un segundo gran reto es social. En el intercambio con los estudiantes de postgrado en el curso que dicto, aprendí, por ejemplo, que la anemia ferropénica afecta a casi la mitad de los niños entre 6 y 36 meses, que les preocupa mucho el aumento de la violencia, aún en la apacible Trujillo, que una gran proporción de la población no termina el bachillerato. Al igual que muchos gobiernos, el de PPK deberá identificar mejor los problemas sociales y atinar con políticas más adecuadas.
Y el tercer reto tiene que ver con la capacidad de Perú de alcanzar mayores niveles de diversificación productiva. Está disminuyendo la actividad manufacturera y la inversión en ciencia, tecnología e innovación es muy baja para las necesidades de desarrollo del país. Ojalá que PPK y su gobierno avancen para enfrentar con acierto estos retos. En el resto de la Región nos podremos beneficiar también de esas lecciones.
Politemas, Tal Cual, 20 de julio de 2016
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