Después de dos años de pandemia no parecen estar definidas cabalmente las posibilidades de control efectivo en los próximos meses. La incorporación de vacunas en las estrategias para enfrentar la pandemia permitió elaborar programas con diferentes opciones para contrarrestarla. Dentro de estas opciones, tienen especial relevancia las medidas de distanciamiento social y los programas de vacunación. De acuerdo con este enfoque, el éxito del control requería aumentar rápidamente la cobertura de vacunaciones, y mantener prudentemente otras medidas de control.
El desempeño de Chile ilustra claramente que el efecto neto de vacunar debe tomar en cuenta otros factores. La cobertura de vacunación completa de Chile es la más alta de la región. Desde noviembre del año pasado la cobertura corresponde al 80% de la población. Sin embargo, actualmente Chile registra la tasa de mortalidad diaria por covid-19 más alta de América Latina. Esta tasa es similar a la que tenía Chile a mediados del año pasado con la mitad de cobertura de vacunación completa.
Una explicación posible es que la alta tasa de contagio por la variante ómicron ocasiona un aumento significativo de casos, y, por consiguiente, también aumenta el número de casos que se pueden complicar y fallecer. De acuerdo con el último reporte de seguimiento elaborado por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile, y la Universidad de Concepción, en colaboración con el Ministerio de Salud, y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, el grupo de edad con la tasa de mortalidad más alta es el de los mayores de 70 años, aunque no se indica la proporción de vacunados entre los fallecidos.
La posibilidad de que se detecten nuevas variantes, y la disminución de la inmunidad con el paso de los meses, pueden ser algunos de los factores que influyan en aumentos significativos de casos y muertes en los próximos meses. Asumiendo que existe una tasa de mortalidad diaria que va a mantenerse sin variaciones por un largo período, se podría considerar que esta tasa puede variar entre 0,5 y 1 muerte por millón de habitantes. De acuerdo con este valor, el número de muertes diarias por covid-19 en América Latina sería alrededor de 500.
En la actualidad, el número de muertes diarias por covid-19 en América Latina es 550. La tasa de mortalidad diaria por covid-19 varía entre 5,79 muertes por millón de hab. en Chile, a menos de 1 en varios países de la región. En el gráfico también se puede apreciar que en ocho países (Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Costa Rica, México, Paraguay, y Argentina) el valor de la tasa actual es mayor que el criterio señalado (0,5-1 muerte por millón. de América Latina). De acuerdo con este nivel de la tasa, el número de fallecimientos mensuales por covid-19 puede estimarse en 15 mil.
Esta posible evolución de la pandemia, conlleva a examinar las implicaciones que tendría para la región mantener este alto nivel de mortalidad y casos, especialmente por la afectación de cientos de miles de familias, y los extraordinarios efectos sociales y económicos que pueden continuar. Estas características de la actual situación demuestran la prioridad que se debe asignar al desempeño de los programas de vacunación, especialmente en los países que todavía no llegan al 50% de cobertura (Venezuela, Bolivia, Honduras, Paraguay, Guatemala y Haití). Todo indica que la pandemia seguirá representando una gran exigencia para la gestión de los países de América Latina.
Politemas, Tal Cual, 16 de marzo de 2022
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