Esto de la propaganda funciona. Los cubanos han explotado con toda intensidad el mito de que tienen uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Basados en sus éxitos en la salud infantil, porque en la materna lo que tienen es retrocesos, y en el control del dengue, han vendido la idea de que todo allá funciona a las mil maravillas.
En las últimas semanas, con la hospitalización en La Habana del presidente Chávez, los sistemas de información de ambos países han contribuido a reforzar la idea. Si el Presidente se fue a tratar en Cuba un cáncer, es porque allá todo debe ser mejor. Para remate, se oye al Presidente decir a diestra y siniestra que no ha podido caer en mejores manos. Y si hasta la Presidenta de Argentina expresa su regocijo por la medicina cubana, mucha gente puede terminar por creerlo.
Pero no. La realidad siempre es más contundente que cualquier truco publicitario. Si queremos saber en qué país se tienen las mejores posibilidades de enfrentar con éxito la reducción de las muertes por cáncer, para la población general, hay que tener las cifras. Y en este caso al organismo que las suministra se le puede decir de todo, menos que es enemigo del gobierno cubano.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) tiene sus “debilidades” por el actual gobierno cubano. Baste nombrar la publicación realizada en nuestro país hace pocos años en la cual se alababa de manera poco científica las bondades de Barrio Adentro. Hasta el punto que un grupo de reconocidos especialistas venezolanos tuvieron que dirigir una comunicación a la Directora de la OPS en la cual evidenciaban la cantidad de irregularidades técnicas que plagaban la publicación.
Con las cifras oficiales de la OPS, disponibles de manera abierta en su sitio web, se constata que la mortalidad por cáncer en Cuba aumentó casi 20% entre 1995 y 2006 (último año de información para todos los países de la Región). Este es el aumento más grande registrado en todos los países en dicho período. La tasa de mortalidad por cáncer en Cuba pasó de 115 muertes por cada 100.000 habitantes a 136,8. En países como Costa Rica y Chile la tasa de mortalidad por cáncer disminuyó 5 y 11%. En Venezuela también aumentó pero la mitad de lo que aumentó en Cuba. Por otra parte, Cuba tiene la tasa de mortalidad por cáncer más alta en todos los países de América Latina. Y también es más alta que la de Estados Unidos y Canadá.
Es evidente por lo anterior que la “magia” del sistema de salud cubano ha “encantado” a la plana mayor del gobierno venezolano. La propaganda y la ideología aceptada pasivamente han hecho su trabajo. Hasta el punto de llegar a creer que la salud de sus jerarcas está bien resguardada en “el mar de la felicidad”. Deberían ser un poco más críticos. Utilizar la información existente. En realidad, el peor lugar para curarse es Cuba.
En las últimas semanas, con la hospitalización en La Habana del presidente Chávez, los sistemas de información de ambos países han contribuido a reforzar la idea. Si el Presidente se fue a tratar en Cuba un cáncer, es porque allá todo debe ser mejor. Para remate, se oye al Presidente decir a diestra y siniestra que no ha podido caer en mejores manos. Y si hasta la Presidenta de Argentina expresa su regocijo por la medicina cubana, mucha gente puede terminar por creerlo.
Pero no. La realidad siempre es más contundente que cualquier truco publicitario. Si queremos saber en qué país se tienen las mejores posibilidades de enfrentar con éxito la reducción de las muertes por cáncer, para la población general, hay que tener las cifras. Y en este caso al organismo que las suministra se le puede decir de todo, menos que es enemigo del gobierno cubano.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) tiene sus “debilidades” por el actual gobierno cubano. Baste nombrar la publicación realizada en nuestro país hace pocos años en la cual se alababa de manera poco científica las bondades de Barrio Adentro. Hasta el punto que un grupo de reconocidos especialistas venezolanos tuvieron que dirigir una comunicación a la Directora de la OPS en la cual evidenciaban la cantidad de irregularidades técnicas que plagaban la publicación.
Con las cifras oficiales de la OPS, disponibles de manera abierta en su sitio web, se constata que la mortalidad por cáncer en Cuba aumentó casi 20% entre 1995 y 2006 (último año de información para todos los países de la Región). Este es el aumento más grande registrado en todos los países en dicho período. La tasa de mortalidad por cáncer en Cuba pasó de 115 muertes por cada 100.000 habitantes a 136,8. En países como Costa Rica y Chile la tasa de mortalidad por cáncer disminuyó 5 y 11%. En Venezuela también aumentó pero la mitad de lo que aumentó en Cuba. Por otra parte, Cuba tiene la tasa de mortalidad por cáncer más alta en todos los países de América Latina. Y también es más alta que la de Estados Unidos y Canadá.
Es evidente por lo anterior que la “magia” del sistema de salud cubano ha “encantado” a la plana mayor del gobierno venezolano. La propaganda y la ideología aceptada pasivamente han hecho su trabajo. Hasta el punto de llegar a creer que la salud de sus jerarcas está bien resguardada en “el mar de la felicidad”. Deberían ser un poco más críticos. Utilizar la información existente. En realidad, el peor lugar para curarse es Cuba.
Politemas, Tal Cual, 13 de julio de 2011
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