La crisis social se agrava en el país. Comenzamos 2016 con pocas perspectivas de solución. El nuevo Gabinete se caracteriza por la poca coherencia en las políticas a implementar. Más grave es que no hay posibilidades de un cambio sustancial con políticas que se fundamenten en la visión estatista de la economía. De manera que es muy probable que tengamos un año de mayor deterioro en las condiciones de vida de la población.
En tales circunstancias es conveniente precisar la brecha de posibilidades que tiene la vida de los venezolanos. Para tener muy presentes las exigencias que debemos hacer ante las políticas que deben ponerse en ejecución. De lo contrario, los desajustes serán mayores e iremos perdiendo más terreno, al menos en el contexto de América Latina.
De acuerdo con datos del FMI, en 1998 Venezuela tenía el segundo poder adquisitivo en términos internacionales de América Latina (sobre un total de 19 países). Argentina era el primero con 12.142 dólares. Venezuela tenía 11.946 dólares. Una diferencia de 196 dólares para ser exactos. Para una comparación internacional más amplia puede indicarse que el poder adquisitivo de España era 21.500 dólares, es decir, cerca del doble que el de Venezuela. El de Estados Unidos era tres veces superior, al igual que el de Singapur.
En 2016 las estimaciones del poder adquisitivo de Venezuela, lo colocan en el noveno lugar con 14.884 dólares. El primer lugar lo tiene Chile con 24.186 dólares. Luego siguen en orden descendente: Uruguay, Argentina, Panamá, México, Costa Rica, Brasil, República Dominicana. Mientras el poder adquisitivo de Panamá se ha casi triplicado, y el de Chile, Costa Rica, Uruguay y República Dominicana se ha duplicado, el de Venezuela es el que menos ha crecido del grupo (42%). De continuar esta progresión, es decir, con las políticas que ahora se implementan, en 2018 Venezuela bajará al puesto once, superada también por Colombia y Perú.
Los resultados de la gestión de este largo gobierno son por donde se mire decepcionantes. La calidad de vida de los venezolanos se ha deteriorado. Por el contrario, en muchos países de la Región, lo que va del Siglo XXI ha representado un período de avances. Todo ello está originado por las políticas ejecutadas, centradas en la predominancia del estatismo, en la restricción a la iniciativa de la sociedad, en la reducción de las oportunidades para la inversión, en la ausencia de una visión de generación de riqueza.
Las consecuencias de esta brecha son obligantes. Es urgente un cambio en la dirección económica del país, so pena de que se profundice este rezago y se afecten aún más las condiciones de vida de la población. Es tarea en las instancias renovadas con el voto popular, acometer las tareas necesarias para generar posibilidades de transformación en el país. Las circunstancias exigen ver al país en perspectiva, para identificar el trecho de equivocaciones. Para no volverlo a transitar y recuperar lo más rápido posible el tiempo perdido.
Politemas, Tal Cual, 13 de enero de 2016
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