La primera vez que oí una explicación sobre el carbono azul, fue la que realizó Nelson Gil en una de las sesiones de mi curso doctoral sobre Modelos de Políticas Públicas I en la Universidad Simón Bolívar (USB) a finales de 2014. Nelson seleccionó este tema para realizar el trabajo final del curso. Pero se notaba que dominaba el tópico desde mucho tiempo atrás. En los intercambios en las sesiones del curso, Nelson nos iba educando sobre la importancia de estudiar el carbono azul, especialmente en Venezuela.
La razón de este interés de Nelson por este tema de investigación era contundente. El carbono azul es el captado por los ecosistemas marinos. Si estos ecosistemas absorben carbono, entonces son de gran utilidad para mitigar los efectos del cambio climático. Ergo, disponer de ecosistemas marinos en buenas condiciones para absorber carbono se constituye entonces en un tema relevante de políticas públicas. Y por eso Nelson se entusiasmó por aproximarse en detalle a las políticas públicas. En el trabajo final del curso mostró las grandes posibilidades de investigación y política pública que condicionaban la dinámica del carbono azul.
Nelson era biólogo egresado de la UCV. También era licenciado en educación, con mención en biología. Era profesor de la UPEL. Había culminado la Maestría en Desarrollo y Ambiente de la USB. Estaba dedicado a culminar el Doctorado en Desarrollo Sostenible de la USB para continuar profundizando en la investigación. Tomó varios de mis cursos doctorales, y en todos ellos tuvo un alto rendimiento. Era de los estudiantes que no cesaba de hacer preguntas interesantes. En cada una de esas preguntas expresaba su opinión y lo que estaba considerando como hipótesis. De manera que la secuencia que se generaba a partir de sus preguntas, y de las que sus compañeros de curso, o yo podíamos hacer, enriquecía ampliamente el proceso de definición de problemas de investigación. Para mí, que fundamento la docencia en la práctica socrática de preguntar hasta el cansancio, Nelson era el estudiante ideal, inquisidor, inconforme con explicaciones no convincentes, sediento de conocer, siempre dispuesto a reelaborar argumentos.
Ya superados los requisitos de cursos en el programa de estudios, Nelson me propuso acompañarlo como tutor en la elaboración de la tesis doctoral. Acepté con beneplácito porque ya había visto su empeño y motivación, y porque el tema seleccionado era sumamente interesante y de gran relevancia en un país con tantos ecosistemas marinos como Venezuela. Nelson se propuso contribuir con su tesis doctoral con la elaboración de lineamientos de política ambiental para conservar el medio marino a partir del estudio de la dinámica de absorción de carbono. Para ello diseñó una metodología de mediciones y análisis en los parques nacionales de Morrocoy y Mochima.
Entre finales de 2019 y los primeros meses de 2020, revisé las versiones sucesivas que Nelson estaba preparando del avance de la investigación doctoral. Este avance debía ser revisado por su Comité Doctoral. En uno de los mensajes me comentaba que se estaba realizado exámenes médicos. Me dijo en su último mensaje que esperaba que el avance cumpliera con mis expectativas. También me indicaba que estaban pendientes los resultados de los exámenes médicos que le habían ordenado. El 5 de abril, la profesora Nila Pellegrini, Coordinadora del Doctorado de Desarrollo Sostenible de la USB, y también colega del Comité Doctoral de Nelson, me informó el fallecimiento de Nelson.
Me entristecí mucho. Tanto por la pérdida que significaba para su querida familia y sus amigos, como por la aciaga circunstancia de no contar más con el talento de Nelson en el mundo de la investigación. También lamenté mucho que todo hubiera transcurrido tan rápido, que no hubiera tenido la oportunidad de decirle que el avance de su tesis doctoral cumplía ampliamente con las expectativas que yo le había indicado.
Durante todo este tiempo transcurrido regresaba de vez en cuando al avance doctoral de Nelson. Estaba persuadido de que es mi responsabilidad como tutor contribuir con la comunicación de los resultados de su investigación. Para que sean conocidos y ampliados. Sabía que esta columna se la debía. Hoy he revisado en las bases de datos internacionales. No existe a la fecha ninguna publicación sobre el carbono azul en Venezuela con análisis similares a los que Nelson estaba desarrollando. En otras palabras, probablemente lo que se conoce sobre la dinámica del carbono azul en dos de los más importantes parques nacionales de Venezuela, es lo que está en este avance doctoral escrito por Nelson hace tres años, el cual con mucho gusto compartiré con las personas que estén interesadas. Ojalá otros investigadores puedan continuar este trabajo iniciado por Nelson.
Es muy evidente que el carbono azul será cada día un tema más importante en Venezuela, y en muchos países del mundo. Es muy grato reportar que los aportes pioneros de Nelson serán de especial significación en la tarea de ampliar el conocimiento de este tema en el país. Y especialmente, como era su interés, que ese conocimiento sea de utilidad para mejorar las políticas públicas involucradas con el desarrollo sostenible. Siempre estaré muy agradecido a Nelson por sus preguntas de investigación, y por su dedicación a encontrar las mejores respuestas. Fue un gran privilegio tenerlo como estudiante, y acompañarlo como tutor.
Politemas, Tal Cual, 1 de febrero de 2023
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