Ahora resulta que Venezuela vive un “deslave energético”. Así, sin anestesia, el ministro Giordani sentenció sobre la crisis del sector eléctrico. Para remate, como quien busca la frase célebre, esa que sale al final de la película, se lanzó con el diagnóstico. El Ministro nos dice que la crisis eléctrica es “responsabilidad del capitalismo”. Le faltó la mirada a la tribuna, esperando el aplauso de rigor. Toda una farsa.
Jorge Giordani ha sido Ministro de Planificación y Desarrollo casi la totalidad del mandato de la “revolución bonita”. Un descanso en 2002 y otro en 2008. Pero de resto ha estado bajo su responsabilidad la planificación del país. Se dice rápido, pero no queda duda de la significación que tiene este ministerio para la vida de los venezolanos de ahora, y también los del futuro. No en balde, el ministro ha sido responsable de la elaboración de los dos planes de la nación de la última década.
Lamentablemente, la lectura del último plan deja la convicción de que no hubo mucha competencia en el cumplimiento de la tarea. Eso de planificar la demanda de servicios para garantizar la electricidad de los venezolanos como que no estaba en la brújula de los responsables.
La palabra “electricidad” aparece cinco veces en el plan. Una para decir que será utilizada en la promoción de la “integración territorial”. Otra para decir que se incrementará la generación de energía fósil. Un poco más allá, en la misma página, para indicar que se ampliará la red de transmisión y generación. Y luego, el saludo a la bandera, “incrementar la generación de electricidad con energía no convencional”. Ya previamente se había escrito que una de las metas del plan era “completar el desarrollo del potencial hidroeléctrico del país”.
Toda esa novela fue a finales de 2007. Menos de tres años atrás. No aparece ninguna mención de las presas a completar, ni los megawatios (MW) que se tendrán al final del período, ni las plantas termoeléctricas, ni los recursos que se requerirán para construir todas esas instalaciones. En el Plan de la Nación, de cuya responsabilidad no puede evadirse el ministro Giordani, no aparece ninguna meta, ni recursos, ni plazos. Es un “plan” hecho en el aire.
De lo que se habla en el plan, y mucho, es de la “nueva ética socialista”, de la “suprema felicidad social” y de la “democracia protagónica revolucionaria”. No podía entonces todo esto terminar de otra manera. Los apagones y los sinsabores de los venezolanos al no poder contar con electricidad son responsabilidad exclusiva de quien nombró al ministro Giordani: el presidente Chávez. Cada apagón que sufren hoy los venezolanos es la “suprema muestra” de la más grande incompetencia en el manejo del sector eléctrico nacional. Y a la cabeza de ella está el presidente Chávez. Liderando su deslave, liderando su fracaso.
Jorge Giordani ha sido Ministro de Planificación y Desarrollo casi la totalidad del mandato de la “revolución bonita”. Un descanso en 2002 y otro en 2008. Pero de resto ha estado bajo su responsabilidad la planificación del país. Se dice rápido, pero no queda duda de la significación que tiene este ministerio para la vida de los venezolanos de ahora, y también los del futuro. No en balde, el ministro ha sido responsable de la elaboración de los dos planes de la nación de la última década.
Lamentablemente, la lectura del último plan deja la convicción de que no hubo mucha competencia en el cumplimiento de la tarea. Eso de planificar la demanda de servicios para garantizar la electricidad de los venezolanos como que no estaba en la brújula de los responsables.
La palabra “electricidad” aparece cinco veces en el plan. Una para decir que será utilizada en la promoción de la “integración territorial”. Otra para decir que se incrementará la generación de energía fósil. Un poco más allá, en la misma página, para indicar que se ampliará la red de transmisión y generación. Y luego, el saludo a la bandera, “incrementar la generación de electricidad con energía no convencional”. Ya previamente se había escrito que una de las metas del plan era “completar el desarrollo del potencial hidroeléctrico del país”.
Toda esa novela fue a finales de 2007. Menos de tres años atrás. No aparece ninguna mención de las presas a completar, ni los megawatios (MW) que se tendrán al final del período, ni las plantas termoeléctricas, ni los recursos que se requerirán para construir todas esas instalaciones. En el Plan de la Nación, de cuya responsabilidad no puede evadirse el ministro Giordani, no aparece ninguna meta, ni recursos, ni plazos. Es un “plan” hecho en el aire.
De lo que se habla en el plan, y mucho, es de la “nueva ética socialista”, de la “suprema felicidad social” y de la “democracia protagónica revolucionaria”. No podía entonces todo esto terminar de otra manera. Los apagones y los sinsabores de los venezolanos al no poder contar con electricidad son responsabilidad exclusiva de quien nombró al ministro Giordani: el presidente Chávez. Cada apagón que sufren hoy los venezolanos es la “suprema muestra” de la más grande incompetencia en el manejo del sector eléctrico nacional. Y a la cabeza de ella está el presidente Chávez. Liderando su deslave, liderando su fracaso.
Politemas, Tal Cual, 24 de febrero de 2010
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