La marcha del 23 de enero marcó el inicio de una etapa muy importante para el país. Se trata de demostrar, con la elección de la nueva Asamblea Nacional, que ya existe una nueva mayoría en Venezuela. Que el actual gobierno ha perdido la calle, ha perdido la ilusión de millones de venezolanos. Que las decisiones de las últimas semanas, las cuales incluyen devaluación, racionamientos discriminatorios, deterioro del salario de los venezolanos, expropiaciones, y cierre de canales, son muestras de un gobierno que ha perdido la brújula. El actual gobierno se ha convertido en el principal problema de los venezolanos.
El objetivo es muy evidente. La alianza de los sectores democráticos debe conquistar la mayoría en las elecciones del 26 de septiembre. Es el camino de los votos. Es la ruta democrática. Para que ello sea posible hay mucho trabajo por delante. Es una tarea en la que cada venezolano deseoso de nuevos rumbos debe participar.
La Mesa de la Unidad Democrática debe servir de plataforma para conformar un amplio acuerdo político y electoral. Que tome en cuenta la representación de los partidos políticos como la de amplios sectores sociales y organizativos del país. Se trata de presentar a los electores las mejores opciones de candidatos en todos los circuitos electorales. Tal alianza debe ser pensada más allá de la elección de la Asamblea Nacional. Hay que avizorar los cambios políticos que deben darse en Venezuela en los próximos años, especialmente con la elección de un gobierno de la alianza democrática en 2012. Para ello es fundamental que el acuerdo sea incluyente, pero también basado en los compromisos de los actores políticos del país.
Por parte de los ciudadanos es hora de fortalecer la participación. En primer lugar, exigiendo a las expresiones de la unidad democrática el cumplimiento de los acuerdos. En segundo lugar, promoviendo y presentando alternativas de candidatos para cada uno de los circuitos electorales. Toda la diversidad de instituciones y grupos debería motivar la selección de las mejores alternativas. Para que sean consideradas tanto en los acuerdos unitarios como en las elecciones primarias. Todo ello debe concluir en el 30 de abril, fecha en la cual se presentará al país el conjunto de candidatos de la llamada “alianza perfecta”. Junto con ellos se deberá presentar la agenda parlamentaria de la unidad democrática, eje de la labor de la nueva mayoría en la Asamblea Nacional.
Entre mayo y septiembre tendremos tanto la preparación de la campaña como su ejecución. En cada circuito se requerirá trabajo político, participación, visitas a comunidades, encuentros cara a cara con personas y comunidades, informar y convencer. Para todo ello se requiere el compromiso directo de todos los que quieran sumarse. Tenemos por delante ocho meses de oportunidades para avanzar en la redemocratización de Venezuela.
El objetivo es muy evidente. La alianza de los sectores democráticos debe conquistar la mayoría en las elecciones del 26 de septiembre. Es el camino de los votos. Es la ruta democrática. Para que ello sea posible hay mucho trabajo por delante. Es una tarea en la que cada venezolano deseoso de nuevos rumbos debe participar.
La Mesa de la Unidad Democrática debe servir de plataforma para conformar un amplio acuerdo político y electoral. Que tome en cuenta la representación de los partidos políticos como la de amplios sectores sociales y organizativos del país. Se trata de presentar a los electores las mejores opciones de candidatos en todos los circuitos electorales. Tal alianza debe ser pensada más allá de la elección de la Asamblea Nacional. Hay que avizorar los cambios políticos que deben darse en Venezuela en los próximos años, especialmente con la elección de un gobierno de la alianza democrática en 2012. Para ello es fundamental que el acuerdo sea incluyente, pero también basado en los compromisos de los actores políticos del país.
Por parte de los ciudadanos es hora de fortalecer la participación. En primer lugar, exigiendo a las expresiones de la unidad democrática el cumplimiento de los acuerdos. En segundo lugar, promoviendo y presentando alternativas de candidatos para cada uno de los circuitos electorales. Toda la diversidad de instituciones y grupos debería motivar la selección de las mejores alternativas. Para que sean consideradas tanto en los acuerdos unitarios como en las elecciones primarias. Todo ello debe concluir en el 30 de abril, fecha en la cual se presentará al país el conjunto de candidatos de la llamada “alianza perfecta”. Junto con ellos se deberá presentar la agenda parlamentaria de la unidad democrática, eje de la labor de la nueva mayoría en la Asamblea Nacional.
Entre mayo y septiembre tendremos tanto la preparación de la campaña como su ejecución. En cada circuito se requerirá trabajo político, participación, visitas a comunidades, encuentros cara a cara con personas y comunidades, informar y convencer. Para todo ello se requiere el compromiso directo de todos los que quieran sumarse. Tenemos por delante ocho meses de oportunidades para avanzar en la redemocratización de Venezuela.
Politemas, Tal Cual, 27 de enero de 2010
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