No podía ser de otra manera. El ministro Izarra trató de desviar la atención. Tras más de dos semanas de fallas en la política comunicacional del gobierno, con muestras evidentes de debilidades en la conducción, había que apelar a la distracción. A esa frase pensada para el impacto, para que se olviden las carencias informativas de la actual administración.
Y los culpables no podrían ser otros que los medios de comunicación. El Ministro lo dijo muy claro: la “estrategia de la canalla”, personificada por los medios, es el silencio. No decir las cosas buenas que hace el gobierno. Dice el Ministro que el decomiso de cinco toneladas de cocaína es el segundo en la historia del país, y que la noticia no había recibido el tratamiento adecuado por los medios.
No toma en cuenta el ministro Izarra que lo que la población pide está condicionado por los eventos recientes. Un Presidente acostumbrado a hablar a toda hora, desde cualquier confín del planeta, de repente se queda en silencio, apenas escribe unos cuantos mensajes por Twitter. Funcionarios del gobierno lucen con poca información, tratando de demostrar que su conversación con el Presidente es la más reciente, la más confiable.
Los medios no hacen sino reportar esas ausencias. Lo que no puede desviar el Ministro es que la atención que presta el gobierno al hecho concreto del tráfico de drogas deja mucho que desear. En el mismo día que se produce el decomiso de cocaína, se imputan funcionarios directivos de El Recreo, entre otros cargos, por tráfico ilícito de drogas.
Ministro, lo que está tomado acá por la droga son las instituciones penitenciarias. Hasta el punto que ya no se puede ocultar. Es producto de la ausencia de mecanismos de control y detección de los ingresos de droga al país. Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas de Drogas y Crimen (2011), los decomisos de heroína en Venezuela descendieron de 658 Kg en 2004 a 81 Kg en 2009. Los laboratorios de procesamiento de cocaína en territorio nacional, según la misma fuente, aumentaron de 10 a 26 en un año. Los decomisos de cocaína descendieron de 59 toneladas en 2005 a 28 en 2009. Y se estima que en 2010 bajaron aún más, a 20 toneladas. Es decir, se produce más cocaína, pero se decomisa menos. El uso extendido de la droga alcanza instituciones, como las penitenciarias, que deberían estar completamente libres de ellas.
Entonces, Ministro, la canalla está en otra parte. En la incompetencia de su gobierno que ha registrado el aumento más desproporcionado en las muertes por violencia, y en la debilidad que ha mostrado para enfrentarla. Esa es la canalla que su gobierno debería combatir y no hace. Esa es la canalla que destruye a la juventud del país. Esa es la canalla, Ministro. No distraiga la atención. El truco no le funcionó.
Politemas, Tal Cual, 30 de junio de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario