sábado, 10 de septiembre de 2011

El Teorema de Jaua

No fue un domingo cualquiera para el Vicepresidente. Quizás sus pensamientos estaban más bien en La Habana, imaginando que estaba siendo vigilado desde tan lejos, ahora que el Presidente decidió despachar un rato desde allá. Para remate, la crisis del “mega apagón” del fin de semana en el Occidente del país pareció descolocar aún más al Vice. Tuvo que desplazarse hacia la Subestación El Tablazo. Pero esta oportunidad no la podía desperdiciar. El mundo pendiente de sus palabras. El Jefe siguiendo las incidencias. Un domingo para la historia.

Y así fue. Lo primero que dijo el Vicepresidente fue que las medidas, eso que llaman decisiones, no las tenía listas. Que había que esperar hasta el lunes cuando los equipos técnicos del gobierno hubieran “calculado” lo que debían decir. Tampoco es que había que apresurarse. Después de casi 13 años de gobierno, nadie debe acusar al gobierno de no ir con calma. Otro día de espera no iba a hacer daño a nadie, pensó el Vice probablemente.

Poco importó que el “mega apagón” hubiera ocasionado que varios estados quedaran sin electricidad por casi 24 horas. Que esa situación es permanente en la zona. Que las inversiones realizadas en los últimos años no han cumplido sus efectos. Que la gente está cansada de tener que esperar el corte de electricidad de manera regular, sin alternativa. En la lógica aprendida por el gobierno, el primer paso es buscar un culpable. El segundo paso es inventar una promesa, para salir del paso, para ganar tiempo. Ese es el catecismo aprendido.

El Vice se preparó. Primero, el culpable. No puede ser el gobierno anterior, ya suena mal. No, otra cosa. Quizás le pasó por la mente el gobierno de USA. No, eso le queda mejor al ministro Rodríguez. Sigamos pensando. Ya, lo tengo. Si no hay luz, es porque se gastó. Y si nosotros, nuestro gobierno pues, lo que hacemos es producir electricidad, entonces alguien la consumió. Sí, la culpa es de los que se “echaron encima” la luz. Ellos son los culpables. Y como son del Zulia, donde siempre hemos perdido, más culpables son. Eso es. Pero cómo lo digo, se preguntó el Vicepresidente.

Y allí vino la genialidad. Eso que llega pocas veces en la vida. Necesito una frase que me catapulte al Olimpo de las políticas públicas, pensó el Vice. Y se fue en bajada. El Vice comparó la electricidad con el agua. Olvidando el pequeño detalle: el agua se puede almacenar en recipientes. Aunque nadie ha visto “tobos de electricidad”, el Vice siguió indetenible. Explicó, la electricidad es como el agua. Hasta allí solamente sonaba raro. Lo mejor vino acto seguido. Dijo el Vice: “si te la bebes toda, ya no queda”. Luego de eso vio a su alrededor, la prensa, los curiosos, todos se habían dado cuenta. El Teorema que había creado el Vice lo explicaba todo. Los venezolanos no tenemos electricidad porque ya la usamos. El Nobel es cuestión de meses.

Politemas, Tal Cual, 15 de junio de 2011

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