Los venezolanos padecen una gran crisis del sistema de salud. Después de la inseguridad, la situación económica y la vivienda, la salud es la preocupación más importante. Las noticias de todos los días lo dejan también en evidencia. Desde los paros del personal de salud hasta las reiteradas carencias en la dotación de los hospitales. Si hay un área que expresa toda la incompetencia del gobierno, en el manejo de las oportunidades y los recursos, esa es justamente la salud.
Lo más irónico de la situación es que a medida que sube la intensidad de la crisis, en la misma proporción disminuyen las posibilidades de conocer qué pasa realmente en el sector. Las últimas cifras de mortalidad son las de año 2008. Ya debíamos tener las del año 2010. Una vez el país, hace casi cincuenta años, fue reconocido por la calidad de la información de salud. En el nuevo sitio web del Ministerio del Poder Popular para la Salud no se consigue un dato para ilustrar la cobertura de la Misión Barrio Adentro. Mucho menos para conocer su calidad. Luego de 13 años de gobierno sabemos menos sobre las acciones que se realizan con los recursos públicos.
Todo lo anterior es consecuencia de las grandes limitaciones de las políticas de salud implementadas en este gobierno. El balance es deplorable: la mortalidad materna ha aumentado 20%, el 50% de las muertes en menores de un año se hubiera podido prevenir. Tenemos el doble de la mortalidad infantil que los países más avanzados de la Región, y cuatro veces más la mortalidad materna. El año pasado cerramos con el número de casos de dengue más alto en la historia del país (más de 120.000). El número de casos de malaria fue el cuarto en la historia. Ya este año tenemos 24.000 casos de malaria y casi 20.000 de dengue. La probabilidad de morir por diabetes (en el grupo entre 50-59 años, por ejemplo), era mayor en 2008 que en 2000. La mortalidad por cáncer es ligeramente mayor a la que se tenía al principio de este gobierno. Los venezolanos, sin dudas, tenemos mayores riesgos de salud.
Todo lo anterior es consecuencia de las inadecuadas políticas. El 70% de la población no cuenta con seguro de salud (ni público, ni privado). El gasto de salud de las familias de mayores recursos es casi 70 veces superior al de las familias de menores recursos. La desigualdad es brutal. La cobertura real de Barrio Adentro no supera el 20% para las consultas de enfermedades crónicas.
Para remate de todas estas fallas, el gobierno la ha emprendido contra el personal de salud venezolano, ocasionando que muchos de ellos hayan abandonado el país. Tampoco se ha quedado atrás la persecución a las instituciones del sector privado. A la crisis preexistente, el gobierno ha promovido un mayor deterioro de los servicios. Todo ello ocasiona millones de personas afectadas. Para las cuales la salud se ha convertido en una crisis cotidiana, creciente, indetenible.
Lo más irónico de la situación es que a medida que sube la intensidad de la crisis, en la misma proporción disminuyen las posibilidades de conocer qué pasa realmente en el sector. Las últimas cifras de mortalidad son las de año 2008. Ya debíamos tener las del año 2010. Una vez el país, hace casi cincuenta años, fue reconocido por la calidad de la información de salud. En el nuevo sitio web del Ministerio del Poder Popular para la Salud no se consigue un dato para ilustrar la cobertura de la Misión Barrio Adentro. Mucho menos para conocer su calidad. Luego de 13 años de gobierno sabemos menos sobre las acciones que se realizan con los recursos públicos.
Todo lo anterior es consecuencia de las grandes limitaciones de las políticas de salud implementadas en este gobierno. El balance es deplorable: la mortalidad materna ha aumentado 20%, el 50% de las muertes en menores de un año se hubiera podido prevenir. Tenemos el doble de la mortalidad infantil que los países más avanzados de la Región, y cuatro veces más la mortalidad materna. El año pasado cerramos con el número de casos de dengue más alto en la historia del país (más de 120.000). El número de casos de malaria fue el cuarto en la historia. Ya este año tenemos 24.000 casos de malaria y casi 20.000 de dengue. La probabilidad de morir por diabetes (en el grupo entre 50-59 años, por ejemplo), era mayor en 2008 que en 2000. La mortalidad por cáncer es ligeramente mayor a la que se tenía al principio de este gobierno. Los venezolanos, sin dudas, tenemos mayores riesgos de salud.
Todo lo anterior es consecuencia de las inadecuadas políticas. El 70% de la población no cuenta con seguro de salud (ni público, ni privado). El gasto de salud de las familias de mayores recursos es casi 70 veces superior al de las familias de menores recursos. La desigualdad es brutal. La cobertura real de Barrio Adentro no supera el 20% para las consultas de enfermedades crónicas.
Para remate de todas estas fallas, el gobierno la ha emprendido contra el personal de salud venezolano, ocasionando que muchos de ellos hayan abandonado el país. Tampoco se ha quedado atrás la persecución a las instituciones del sector privado. A la crisis preexistente, el gobierno ha promovido un mayor deterioro de los servicios. Todo ello ocasiona millones de personas afectadas. Para las cuales la salud se ha convertido en una crisis cotidiana, creciente, indetenible.
Politemas, Tal Cual, 17 de agosto de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario