viernes, 5 de agosto de 2022

América Latina: sin calidad educativa, sin futuro

Se ha demostrado suficientemente que América Latina ha sido la región del mundo con mayor afectación en número de casos y muertes por covid-19 en términos de la población en toda la pandemia. También se ha evidenciado la inmensa pérdida de días de escolaridad en todos los niveles educativos de América Latina.

Superar la brecha que se ha agravado con la pandemia, supone, en primer lugar, conocer cuál es la situación real con respecto a la calidad de la educación. De hecho, la calidad de la educación constituye el Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se deben cumplir para el año 2030. En el Objetivo 4.1.1. se establece el seguimiento que se debe hacer de la proporción de estudiantes que alcanzan el nivel mínimo de competencias en lectura y matemáticas en tres niveles: en segundo y tercer grado de educación primaria, al final de la educación primaria, y al final del nivel inicial de la educación secundaria.

De tal manera que, en principio, tener la información sobre el Objetivo 4.1.1. puede dar un buen punto de referencia para el análisis de la calidad educativa en la región. Sin embargo, al ubicar la información en Our World in Data de la Universidad de Oxford, en el sitio específico para el seguimiento del ODS 4, se constata que el período que cubre es de 2010 a 2015. Es decir que, al día de hoy, se tiene un rezago de siete años.

Con el propósito de indagar si existe información más reciente, se puede revisar el último informe de la UNESCO correspondiente a los años 2021 y 2022. De acuerdo con esta información disponible, se obtiene el siguiente balance.

Solo dos países de la región (Bolivia y Cuba), tienen información sobre las competencias de los estudiantes en lectura y matemáticas en segundo y tercer grado de primaria. En el caso de Bolivia la información disponible corresponde al año 2015. En Cuba corresponde al año 2019. También solo estos dos países tienen información sobre las competencias en lectura y matemáticas al final de la educación primaria (en Bolivia para 2015, y en Cuba para 2019).

En el tercer nivel, la etapa inicial de la secundaria, se dispone de información de 14 países (sobre un total de 20). Los países sin información en este grupo son: Bolivia, El Salvador, Haití, Nicaragua, Perú, y Venezuela. En Ecuador, Guatemala, Honduras, y Paraguay, los últimos datos disponibles son de 2015. Es decir, en la mitad de los países de la región o no existe información sobre calidad en este nivel educativo, o tienen un retraso de siete años. En el resto de países de este grupo, solo Cuba y Chile tienen información de 2019 (en Cuba en lectura y matemáticas, y en Chile para matemáticas). En este grupo, solo dos países (Chile y Cuba) superan el 60% de población escolar que alcanza el mínimo de competencias en lectura, y solo Cuba supera el 60% de las competencias en matemáticas.

En este contexto, cuando en el mejor de los casos la información disponible sobre calidad educativa corresponde al último año antes de la pandemia, no luce muy convincente que la región tenga los detalles necesarios para superar esa brecha. No es aceptable que la discusión sobre políticas para mejorar la calidad educativa comience a partir de datos que están completamente obsoletos. La gran innovación que se puede hacer por la calidad de la educación es América Latina es tener información en tiempo real. De lo contrario, acordar sobre políticas públicas seguirá siendo la gran rareza de la región.

Politemas, Tal Cual, 4 de agosto de 2022

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