Cuando se analiza la calidad de los gobiernos en América Latina (AL), la primera atención se dirige al nivel nacional. Entonces se puede comparar, frecuentemente con muchas restricciones de información, el desempeño de los gobiernos de los 20 países de la región. Los resultados indican que se ha registrado un creciente deterioro en la calidad de estos gobiernos nacionales.
También existen otros tipos de gobiernos en los países de América Latina. Sobre los cuales no se dispone de información rápidamente accesible, y, por ende, no se puede conocer en detalle su desempeño. Al menos en diez países existen gobiernos subnacionales en los cuales sus autoridades se eligen a través de sufragios directos, universales y secretos. Estos países son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela. El total de gobiernos subnacionales en estos diez países es 220. Entre estos gobiernos se incluyen los estados en Brasil, México, y Venezuela, los departamentos en Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú, y Uruguay, las provincias en Argentina, y las regiones en Chile.
Los gobiernos subnacionales pueden contribuir con el fortalecimiento de las democracias en cinco aspectos al menos. En primer lugar, dado que las competencias de los gobiernos subnacionales pueden variar en cada uno de los países, estas diferencias permiten identificar lecciones o mejores prácticas, lo cual puede a su vez redundar en los respectivos ajustes en las legislaciones de los países. Un segundo aspecto es que los gobiernos subnacionales permiten acercar la gestión a las condiciones concretas de la vida de los ciudadanos. Es decir, facilitan una relación más directa entre los funcionarios electos y sus comunidades.
La posibilidad de comparar experiencias entre gobiernos subnacionales es el tercer aspecto. Dado que estos gobiernos nacionales funcionan en ámbitos institucionales similares, las diferencias en el desempeño pueden estar relacionadas con las mejores capacidades de gestión e innovación. En consecuencia, las instancias que permitan compartir estas experiencias, pueden ser de gran utilidad para promover la adopción de las innovaciones más adecuadas. El cuarto aspecto está relacionado con la utilidad de las experiencias exitosas de gestión en estos ámbitos para trasladarse a los gobiernos nacionales. Es por ello que es relativamente frecuente que responsables ejecutivos y legislativos de buen desempeño luego aspiren a cargos en el nivel nacional. El quinto aspecto corresponde con las posibilidades de trabajo mancomunado entre el ámbito subnacional y los gobiernos locales o municipales.
Comparado con estas grandes posibilidades de intercambio e innovación que ofrecen los gobiernos subnacionales, llama la atención las grandes limitaciones en la información, investigación y análisis sobre su desempeño. Lo cual demuestra claramente la importancia de promover alianzas de políticas públicas que permitan identificar opciones de mejoramiento en el desempeño de los gobiernos subnacionales en América Latina.
Politemas, Tal Cual, 13 de julio de 2022
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