La elección del 7 de octubre será entre dos distintas opciones de entender y asumir los problemas de los venezolanos. Por un lado, la oferta del actual gobierno, caracterizada por el autoritarismo y la incompetencia, y por la contradicción con los principios y prácticas que conforman nuestra cultura democrática. Ya son bastante evidentes las consecuencias y peligros que traería para todos los venezolanos la prolongación del actual gobierno.
La otra opción que se ofrece es la constituida por la Unidad Democrática. Desde los comienzos de la Unidad ha sido una gran preocupación la ejecución de una gestión pública que esté centrada en los problemas de los ciudadanos y que sea capaz de tener un impacto positivo en su calidad de vida. Las muestras de que ello es posible se puedan apreciar en distintas dimensiones. No hay que esperar al próximo gobierno para saber que la Unidad ha cumplido con ese encargo.
La gestión de la Unidad se ha realizado en estados y municipios. Es conocida por los habitantes de esas entidades. Lo que es menos conocido es el balance de la gestión en su conjunto. Desde ese punto de vista se puede apreciar con más detalle los avances en la gestión pública que ha puesto en movimiento la Unidad. Y todo ello es especialmente relevante por la falta de disposición del gobierno nacional para entenderse con los gobiernos de estados y municipios, así como por las inmensas restricciones presupuestarias que se derivan del incumplimiento de lo pautado en la Constitución y las leyes.
La gestión de la Unidad en los estados Amazonas, Carabobo, Lara, Miranda, Nueva Esparta. Táchira, y Zulia, así como en la Alcaldía Metropolitana de Caracas, se ha caracterizado por colocar su acento especial en los problemas de la educación, salud, protección social, seguridad ciudadana, vivienda y empleo. Los planes de gobierno en esas entidades se han concentrado a su vez en políticas dirigidas a aumentar la cobertura y la calidad de los servicios en esas áreas. Como resultado, en promedio el 70% de toda la inversión se ha realizado en esas áreas, con especial énfasis en salud y educación.
Un aspecto central de las gestiones de la Unidad ha sido combinar los programas de fortalecimiento institucional con la creación de alianzas con universidades, organizaciones de la sociedad civil y sectores productivos. Todo eso se ha reflejado en la diversidad de programas que constituyen referencias para la gestión de la Unidad en el próximo período presidencial. De especial relevancia son las diversas opciones de participación comunitaria que han caracterizado estas gestiones. Todas estas fortalezas son demostraciones notorias de las capacidades de la Unidad Democrática para impulsar los cambios en la gestión pública que requieren los venezolanos.
La otra opción que se ofrece es la constituida por la Unidad Democrática. Desde los comienzos de la Unidad ha sido una gran preocupación la ejecución de una gestión pública que esté centrada en los problemas de los ciudadanos y que sea capaz de tener un impacto positivo en su calidad de vida. Las muestras de que ello es posible se puedan apreciar en distintas dimensiones. No hay que esperar al próximo gobierno para saber que la Unidad ha cumplido con ese encargo.
La gestión de la Unidad se ha realizado en estados y municipios. Es conocida por los habitantes de esas entidades. Lo que es menos conocido es el balance de la gestión en su conjunto. Desde ese punto de vista se puede apreciar con más detalle los avances en la gestión pública que ha puesto en movimiento la Unidad. Y todo ello es especialmente relevante por la falta de disposición del gobierno nacional para entenderse con los gobiernos de estados y municipios, así como por las inmensas restricciones presupuestarias que se derivan del incumplimiento de lo pautado en la Constitución y las leyes.
La gestión de la Unidad en los estados Amazonas, Carabobo, Lara, Miranda, Nueva Esparta. Táchira, y Zulia, así como en la Alcaldía Metropolitana de Caracas, se ha caracterizado por colocar su acento especial en los problemas de la educación, salud, protección social, seguridad ciudadana, vivienda y empleo. Los planes de gobierno en esas entidades se han concentrado a su vez en políticas dirigidas a aumentar la cobertura y la calidad de los servicios en esas áreas. Como resultado, en promedio el 70% de toda la inversión se ha realizado en esas áreas, con especial énfasis en salud y educación.
Un aspecto central de las gestiones de la Unidad ha sido combinar los programas de fortalecimiento institucional con la creación de alianzas con universidades, organizaciones de la sociedad civil y sectores productivos. Todo eso se ha reflejado en la diversidad de programas que constituyen referencias para la gestión de la Unidad en el próximo período presidencial. De especial relevancia son las diversas opciones de participación comunitaria que han caracterizado estas gestiones. Todas estas fortalezas son demostraciones notorias de las capacidades de la Unidad Democrática para impulsar los cambios en la gestión pública que requieren los venezolanos.
Politemas, Tal Cual, 1 de agosto de 2012
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