domingo, 9 de agosto de 2015

El peor de la clase

Ya se sabe que el año 2009 será el más adverso para la economía mundial en décadas. Las consecuencias de tales estragos la sufrirán especialmente los sectores más pobres en los países. Los países que menos se prepararon para enfrentar tal caída de la actividad económica, serán también los más afectados. De allí que exista preocupación en la comunidad internacional sobre la manera en que los gobiernos están manejando estas circunstancias.

En América Latina y el Caribe, la Cepal analizó las políticas que implementan los gobiernos de los países de la Región, muchos de ellos desde finales del año pasado. La fecha de elaboración del documento es el 20 de febrero del año en curso. El título es: “La reacción de los gobiernos de América Latina y el Caribe frente a la crisis internacional”. Las políticas analizadas fueron divididas en cinco grupos: monetaria y financiera, fiscal, cambiaria y de comercio exterior, sectoriales, y laborales y sociales. 

El análisis de la Cepal describe con detalles las políticas de muchos de los países incluidos. En algunos casos la descripción de las políticas se extiende por varias páginas. Cuando presenta la reacción de Venezuela, quizás fundamentado en la creencia de que “acá todo está controlado”, la Cepal sólo incluye una cita en el caso de la política fiscal. Dice así la nota: “El gobierno ha manifestado la intención de mantener un activo programa de inversión pública”. Nótese que se refiere a una “intención”. No aparece más nada en las cuatro restantes áreas de políticas. Para cualquier lector desprevenido es claro el mensaje: la Cepal no debe entender la ausencia de políticas en una economía tan volátil como la venezolana. 

En esta primera prueba el gobierno venezolano fue “aplazado”, como se dice en criollo. Nada más ver los vacíos de políticas es muy expresivo, especialmente cuando es un documento oficial de Cepal. El gobierno de Venezuela decidió ir a “reparación”. Preparó las llamadas “medidas anti-crisis”, anunciadas al país el 21 de marzo. Allí los resultados no pudieron haber sido peores. 

Para el gobierno del presidente Chávez la preocupación por el efecto de la crisis en los sectores más pobres de la población es sencillamente inexistente. Fueron dejados literalmente al garete. Nada para ellos. Se aumentó el IVA, se redujo el gasto público. Y se dijo a los cuatro vientos que se preservaría la “inversión social”. Digamos que el gobierno fue aplazado nuevamente. A repetir la materia. Especialmente cuando se compara con lo que están haciendo otros gobiernos.

Algunas muestras: el gobierno de Chile aprobó un bono de 60 dólares por carga familiar para las familias más vulnerables, el gobierno de Colombia acordó aumentar la cobertura del programa Familias en Acción en 1,5 millones de familias beneficiadas, lo cual significa una inversión de 740 millones de dólares, en Costa Rica se implementará un proyecto para ofrecer alimentación a niños y niñas durante los fines de semana en los centros infantiles en los 37 cantones de menor desarrollo, el gobierno de El Salvador aprobó fortalecer el programa Red Solidaria duplicando el monto de ayuda a cada familia, esto es de 150 a 300 dólares para aquellas que tengan niños y niñas estudiando primaria, en México se aumentó el gasto social a través de subsidios para el combustible, transporte, y alimentos.

Pare de contar. El gobierno del presidente Chávez abandonó a los más pobres a su suerte. Es, sin duda, el gobierno más indolente ante los sectores más amenazados por la crisis. Es el peor de la clase.

Politemas, Tal Cual, 15 de abril de 2009

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