Suponga usted que la alianza democrática se toma en serio el reto de conformar una mayoría en todo el país. Asuma usted que la base de partida, es decir, el electorado que pudiera acompañar tal aspiración, son todos los que se expresaron en contra de la enmienda constitucional.
Usted puede asumir que la votación por el “No” quiere un cambio sustancial en el presente orden de cosas. No están conformes con el rumbo que tiene el país. Tampoco están de acuerdo con el deterioro que se observa en muchas áreas de las políticas sociales y económicas. No entienden que el actual gobierno haya hecho tan poco. Entre los que votaron por el “No” están opositores de siempre al actual gobierno. Pero también están los que antes lo apoyaban y ahora ya quieren una renovación. Por eso votaron por el “No”. Para que se favorecieran las posibilidades de cambio.
También usted puede asumir que la construcción de nuevas mayorías en el nivel municipal es un paso sustantivo. No sólo por las repercusiones que traerá en las políticas públicas locales, sino porque permitirá la ampliación de los espacios políticos de la alianza democrática. Y finalmente, contar con nuevos espacios en los municipios es una antesala clave para las elecciones de la Asamblea Nacional del año 2010.
Es obvio, entonces, que las elecciones de Consejos Municipales y Juntas Parroquiales deben considerarse con la mayor seriedad. La participación de la alianza democrática debe comenzar lo más pronto posible. También se debe aspirar que se conquiste el mayor éxito.
Cabe entonces preguntarse, ¿cuál es la meta a la que podría aspirar la alianza democrática? ¿en cuántos municipios podría alcanzarse la mayoría? Un buen punto de partida es conocer el número de municipios en los cuales la opción del “No” tuvo la mayoría. Esto nos da 53 municipios en los cuales se impuso el “No” con toda claridad. Eso incluye 14 municipios en Táchira, 8 en Zulia, 7 en Miranda y 6 en Mérida. En muchos de ellos las alcaldías ya se encuentran en manos de representantes de la alianza democrática. En todos ellos es necesario que los alcaldes cuenten con mayoría para impulsar las políticas de cambios que son necesarias. En todos estos municipios se debería ganar.
Pero eso no es todo. Una votación de al menos 40% es un excelente punto de partida, especialmente cuando sabemos que el desencanto con la gestión oficial, tanto nacional como en los estados y municipios, es creciente. En 92 municipios del país el “No” alcanzó al menos 40% de la votación. En muchos de esos municipios no se obtuvo la mayoría por pocos puntos de diferencia. Dentro de este grupo llaman la atención 14 municipios en Anzoátegui, 12 en Miranda, 11 en Táchira, 8 en Zulia, 7 en Nueva Esparta, 6 en Bolívar, y 5 en Aragua.
De allí viene la meta de 145 municipios. De la suma de ambos grupos. Los que presentan claras mayorías con aquellos que ofrecen buenas posibilidades. En ellos se puede concentrar casi el 80% de la población del país. Sin descuidar todos los demás, por supuesto.
Para tener éxito en cada uno de ellos se requiere un efectivo trabajo político que combine la unidad de objetivos de los sectores que conformar la alianza democrática, así como la transmisión de un mensaje coherente que tenga en el centro la atención a los problemas de la gente, de los ciudadanos. Trazarse una meta de esta envergadura debe promover la conjunción de voluntades y la identificación más detalladas de las posibilidades y restricciones. Lo que está claro es que hay que empezar el trabajo cuanto antes, definir el rumbo y construir los acuerdos. Son los primeros pasos para el éxito.
Politemas, Tal Cual, 25 de febrero de 2009
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