viernes, 4 de noviembre de 2011

China, el nuevo FMI

Las vueltas que da la vida. El actual gobierno se dedica sistemáticamente a criticar al capitalismo internacional y a sus instituciones, como, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y a cualquiera de ellas que sea parte del mundo multilateral.


El argumento es simplón, pero funciona. Esas instituciones son unas desalmadas, velan por sus intereses y contribuyen a la explotación del mundo desarrollado sobre los países como el nuestro. Han contribuido, sigue el gobierno, a hacer más dependientes a los países menos desarrollados. Y además, están hechas para prestar dinero que luego se convierte en grandes deudas que deberán ser pagadas con la producción de los países, por largos períodos de tiempo.


Esta es la “leyenda anti-neoliberal” que la actual administración ha creado y difundido. Algunos otros países, especialmente los socios de la ALBA, profesan el mismo credo y utilizan todo lo que esté a su alcance para propagarlo. Claro, algunos son más vivos que otros, y se quedan callados, o van a Washington a pedir sus préstamos sin prestarle mucha atención a lo que se dice en Miraflores.


Para tan inmensa muestra de patriotismo y “auto-determinación” queda muy mal las noticias de las últimas semanas. Venezuela ha adquirido con China una deuda que ya alcanza los 30.000 millones de dólares. Tal cifra es unas cuantas veces la deuda que en su momento la República adquirió con el FMI, la cual tenía por objetivo apoyar al país en la renegociación de su deuda externa.


Esto significa que cerca del 25% de la deuda externa de la República está siendo adquirida con China. Las condiciones de pago de tal deuda contemplan la entrega de crudo. Es decir, el gobierno compromete en el presente una fracción significativa del crudo que exportaremos en el futuro. Toda esta operación se realiza sin las mínimas condiciones de transparencia y rendición de cuentas al país. Sin mayor miramiento a las consecuencias de tal endeudamiento.


Tal es la envergadura de esas operaciones, que China ha asumido funciones de ente contralor de los proyectos para los cuales solicita recursos Venezuela. Es por ello que China supervisa directamente los proyectos involucrados y sus cronogramas de ejecución. Al igual que con las misiones del FMI en tiempos pasados, ahora tendremos a las misiones de China revisando las cuentas de la administración y detallando la marcha de sus “inversiones”.


Es evidente que el actual gobierno ha mostrado gran irresponsabilidad en el manejo de un asunto de Estado como la deuda externa del país. Los países que nos prestan en esas condiciones optimizan sus ganancias y minimizan sus riesgos. Venezuela hace todo lo contrario. Independientemente de la prédica oficial, somos más dependientes, menos soberanos. Hemos terminado con una tremenda deuda china.

Politemas, Tal Cual, 30 de marzo de 2011

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