El gobierno está a punto de llamar aún más la atención del mundo. Más allá de su incompetencia para gerenciar la política alimentaria, este gobierno puede convertirse en una evidencia contundente de que es posible producir desabastecimientos masivos en presencia de una lluvia de petrodólares y con cientos de miles de toneladas de alimentos descompuestos. Todo ello por una falla global de la democracia en el país, de la cual es responsable total el actual gobierno..
En 1998 Amartya Sen obtuvo el Premio Nobel de Economía, entre otras cosas, por analizar con precisión la relación entre democracia y hambrunas. A través del examen de varios ejemplos de hambrunas, Sen concluyó que los gobiernos democráticos tienen capacidades para evitar tales calamidades. Los gobiernos no democráticos tienen más probabilidades de sufrir crisis en sus políticas de alimentación. Las razones son bastante sencillas.
Sen señala que las hambrunas se producen cuando las sociedades presentan estas dos condiciones: (1) no pueden producir alimentos en suficiente cantidad, y (2) no se pueden comprar alimentos por las distorsiones entre los precios y el ingreso de las familias. En otras palabras, es posible que usted tenga los recursos, pero ello no es garantía de que los pueda conseguir. Las distorsiones entre los precios de los productos y el poder real de compra de la población es lo que determinará si efectivamente hay acceso a los alimentos.
Es nuestro caso que el gobierno actual se las ha arreglado para que los venezolanos cumplamos con las dos condiciones anteriores. La caída de la producción de la gran mayoría de los rubros agrícolas está suficientemente documentada. También es evidente que el aumento de la inflación limita el poder de compra de los ciudadanos. Menos ingresos, menos alimentos. Y si a eso le sumamos que no existen adecuados programas nutricionales, las consecuencias son terribles.
Lo que no había visto Sen era un país petrolero que acaba con el agro y luego destroza la economía, y es capaz de comprar cientos de miles de toneladas de alimentos importados. En el camino estatiza los puertos, pone a la empresa petrolera a comprar y vender alimentos, y a generar toda una burocracia dependiente de los petrodólares para repartir alimentos importados. Pero resulta que lo hacen con tal incompetencia que esas cientos de miles de toneladas se terminan pudriendo en el fiasco conocido como “Pudreval”.
Todo eso pasa con 25% de los niños en las escuelas con desnutrición, y entrando en una nueva fase de desabastecimiento. Sin controles de ningún tipo, sin ningún responsable, con la política gatopardiana de cambiar nombres. El gobierno actual demostró que las autocracias petroleras también producen hambre. Seguro el profesor Sen no pensó nunca que se podía llegar tan lejos.
En 1998 Amartya Sen obtuvo el Premio Nobel de Economía, entre otras cosas, por analizar con precisión la relación entre democracia y hambrunas. A través del examen de varios ejemplos de hambrunas, Sen concluyó que los gobiernos democráticos tienen capacidades para evitar tales calamidades. Los gobiernos no democráticos tienen más probabilidades de sufrir crisis en sus políticas de alimentación. Las razones son bastante sencillas.
Sen señala que las hambrunas se producen cuando las sociedades presentan estas dos condiciones: (1) no pueden producir alimentos en suficiente cantidad, y (2) no se pueden comprar alimentos por las distorsiones entre los precios y el ingreso de las familias. En otras palabras, es posible que usted tenga los recursos, pero ello no es garantía de que los pueda conseguir. Las distorsiones entre los precios de los productos y el poder real de compra de la población es lo que determinará si efectivamente hay acceso a los alimentos.
Es nuestro caso que el gobierno actual se las ha arreglado para que los venezolanos cumplamos con las dos condiciones anteriores. La caída de la producción de la gran mayoría de los rubros agrícolas está suficientemente documentada. También es evidente que el aumento de la inflación limita el poder de compra de los ciudadanos. Menos ingresos, menos alimentos. Y si a eso le sumamos que no existen adecuados programas nutricionales, las consecuencias son terribles.
Lo que no había visto Sen era un país petrolero que acaba con el agro y luego destroza la economía, y es capaz de comprar cientos de miles de toneladas de alimentos importados. En el camino estatiza los puertos, pone a la empresa petrolera a comprar y vender alimentos, y a generar toda una burocracia dependiente de los petrodólares para repartir alimentos importados. Pero resulta que lo hacen con tal incompetencia que esas cientos de miles de toneladas se terminan pudriendo en el fiasco conocido como “Pudreval”.
Todo eso pasa con 25% de los niños en las escuelas con desnutrición, y entrando en una nueva fase de desabastecimiento. Sin controles de ningún tipo, sin ningún responsable, con la política gatopardiana de cambiar nombres. El gobierno actual demostró que las autocracias petroleras también producen hambre. Seguro el profesor Sen no pensó nunca que se podía llegar tan lejos.
Politemas, Tal Cual, 7 de julio de 2010
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