El Presidente no se inmutó. Apenas supo que la inflación de abril fue 5,2%, convocó un Consejo de Ministros el día sábado. El gobierno sabe que los efectos de la recesión económica y la inflación son devastadores. Se acabaron los tiempos de bonanza económica. El gobierno no tiene las soluciones para la actual situación. Es un gobierno sin salidas creíbles.
En tales circunstancias, el Presidente apela a los argumentos que lo han llevado a este monumental fracaso. Luego de un millón de millones de dólares. Esto es, que la culpa de la escasez, de la inflación y de la falta de producción, la tiene el sector empresarial. Asume que la culpa la tienen los especuladores, vale decir, todos aquellos que siguen produciendo y vendiendo, lo cual, a esta altura del partido, es francamente una proeza. En un gesto casi de desesperación, el Presidente pide la lista de los “especuladores”. Todo lo demás lo pone el televidente. Uno supone, “si ubicamos los especuladores y los ponemos en cintura, la inflación cederá, viviremos felices, habremos conjurado la conspiración capitalista”. Nada más lejano de la realidad. El gobierno ya tiene un año de crisis económica. Su única política es “pedir una lista”.
Quizás convenga que el Presidente siga pidiendo listas. Una de las primeras listas que debería pedir es la de los 100.000 venezolanos que han perdido la vida por culpa de la violencia que se ha exacerbado en estos once años. Son todos aquellos que han muerto sin que exista un gobierno que enfrente la violencia y defienda la vida.
También debería pedir el Presidente la lista de todas las agresiones que su gobierno ha cometido contra la propiedad privada. De todos los atropellos y expropiaciones que han sido realizadas para “escarmentar” a sus adversarios políticos. Quizás la magnitud de la lista le indique que ha creado más bien un ambiente adverso a la inversión privada. No puede quejarse ahora de que no haya producción.
Otra lista que debería pedir es la de las empresas que han cerrado en estos once años. Y la de todos los empleos que se han perdido y de los nombres de los trabajadores que han debido cambiar de ramo, disminuyendo en gran medida la productividad general del país. Muchos de ellos quizás han engrosado la lista de las personas que se han ido del país en búsqueda de mejores oportunidades, especialmente profesionales jóvenes, formados muchos de ellos en nuestras universidades públicas.
Finalmente, el Presidente debería pedir la lista de las violaciones a la Constitución que ha cometido en todos estos once años. Tiene otras muchas listas que pudiera pedir. Pero estas pocas le podrían servir para percibir con claridad las razones por las cuales el 66% de los venezolanos considera que su gobierno debe concluir en 2012. Son las listas que los venezolanos tienen muy presente.
En tales circunstancias, el Presidente apela a los argumentos que lo han llevado a este monumental fracaso. Luego de un millón de millones de dólares. Esto es, que la culpa de la escasez, de la inflación y de la falta de producción, la tiene el sector empresarial. Asume que la culpa la tienen los especuladores, vale decir, todos aquellos que siguen produciendo y vendiendo, lo cual, a esta altura del partido, es francamente una proeza. En un gesto casi de desesperación, el Presidente pide la lista de los “especuladores”. Todo lo demás lo pone el televidente. Uno supone, “si ubicamos los especuladores y los ponemos en cintura, la inflación cederá, viviremos felices, habremos conjurado la conspiración capitalista”. Nada más lejano de la realidad. El gobierno ya tiene un año de crisis económica. Su única política es “pedir una lista”.
Quizás convenga que el Presidente siga pidiendo listas. Una de las primeras listas que debería pedir es la de los 100.000 venezolanos que han perdido la vida por culpa de la violencia que se ha exacerbado en estos once años. Son todos aquellos que han muerto sin que exista un gobierno que enfrente la violencia y defienda la vida.
También debería pedir el Presidente la lista de todas las agresiones que su gobierno ha cometido contra la propiedad privada. De todos los atropellos y expropiaciones que han sido realizadas para “escarmentar” a sus adversarios políticos. Quizás la magnitud de la lista le indique que ha creado más bien un ambiente adverso a la inversión privada. No puede quejarse ahora de que no haya producción.
Otra lista que debería pedir es la de las empresas que han cerrado en estos once años. Y la de todos los empleos que se han perdido y de los nombres de los trabajadores que han debido cambiar de ramo, disminuyendo en gran medida la productividad general del país. Muchos de ellos quizás han engrosado la lista de las personas que se han ido del país en búsqueda de mejores oportunidades, especialmente profesionales jóvenes, formados muchos de ellos en nuestras universidades públicas.
Finalmente, el Presidente debería pedir la lista de las violaciones a la Constitución que ha cometido en todos estos once años. Tiene otras muchas listas que pudiera pedir. Pero estas pocas le podrían servir para percibir con claridad las razones por las cuales el 66% de los venezolanos considera que su gobierno debe concluir en 2012. Son las listas que los venezolanos tienen muy presente.
Politemas, Tal Cual, 12 de mayo de 2010
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