El próximo domingo 26 tendremos elecciones para la Asamblea Nacional. Es una gran oportunidad para avanzar en una transformación profunda de Venezuela. El actual gobierno ha dividido como nunca al país. Tras casi doce años de un gobierno de exclusión, con sobradas demostraciones autoritarias, y enfrascado en consolidar un sistema totalitario, las fuerzas democráticas tienen una coyuntura para expresar las esperanzas de un país mejor.
Las elecciones no se dan como concesión graciosa del gobierno. La estirpe democrática de los últimos cincuenta años se ha expresado nuevamente. Hay una Constitución que respetar. A pesar de la parcialidad evidente del Consejo Nacional Electoral, incapaz de preservar las mínimas formas de neutralidad y equilibrio, los sectores democráticos han dejado muy claras sus observaciones y reclamos. La modificación del sistema electoral, con todas sus pretensiones de exclusión, antes que anular la capacidad de luchas de los sectores democráticos, ha incentivado la participación y el espíritu de Unidad.
Es cierto que las elecciones revisten especial importancia. Pero en modo alguno puede considerarse como punto de llegada. Al contrario, es una estación significativa pero puerta de un proceso mucho mayor. Que debe promover la Unidad de todos los sectores para acometer las elecciones municipales del próximo año, así como las de Alcaldes y Gobernadores en el 2012. Y, finalmente, la gran tarea de seleccionar un abanderado presidencial que sustituya al actual Presidente a finales de 2012.
Para que esas posibilidades se concreten dentro de dos años, necesitamos dar un paso fundamental este domingo. Debemos votar para que la Asamblea Nacional sea un espacio de preocupación permanente, directa, efectiva, por los problemas de los venezolanos. Por las angustias que nos genera la inseguridad, las agresiones a la propiedad, la caída del ingreso de las familias, el aumento de los precios, las pérdidas de empleos, el desastre de los de los servicios públicos, entre otras.
Los venezolanos reclamamos Diputados dedicados a servir. Dedicados a interpretar las preocupaciones y demandas por un país mejor. Capaces de intercambiar, prestos a buscar la experiencia técnica, comprometidos con las soluciones a los problemas, dispuestos a transmitir confianza en la democracia y sus instituciones, animados a promover el encuentro entre los venezolanos.
Los electores irán el domingo con mucha esperanza. Deseosos de que los problemas que confrontamos empiecen a tener soluciones, convencidos de que todos viviremos mejor. Animados porque una época de tranquilidad, paz y bienestar está cerca. Seguros de que el voto por la Unidad Democrática, en cualquiera de sus tarjetas, será definitivamente un voto por el progreso de todos.
Las elecciones no se dan como concesión graciosa del gobierno. La estirpe democrática de los últimos cincuenta años se ha expresado nuevamente. Hay una Constitución que respetar. A pesar de la parcialidad evidente del Consejo Nacional Electoral, incapaz de preservar las mínimas formas de neutralidad y equilibrio, los sectores democráticos han dejado muy claras sus observaciones y reclamos. La modificación del sistema electoral, con todas sus pretensiones de exclusión, antes que anular la capacidad de luchas de los sectores democráticos, ha incentivado la participación y el espíritu de Unidad.
Es cierto que las elecciones revisten especial importancia. Pero en modo alguno puede considerarse como punto de llegada. Al contrario, es una estación significativa pero puerta de un proceso mucho mayor. Que debe promover la Unidad de todos los sectores para acometer las elecciones municipales del próximo año, así como las de Alcaldes y Gobernadores en el 2012. Y, finalmente, la gran tarea de seleccionar un abanderado presidencial que sustituya al actual Presidente a finales de 2012.
Para que esas posibilidades se concreten dentro de dos años, necesitamos dar un paso fundamental este domingo. Debemos votar para que la Asamblea Nacional sea un espacio de preocupación permanente, directa, efectiva, por los problemas de los venezolanos. Por las angustias que nos genera la inseguridad, las agresiones a la propiedad, la caída del ingreso de las familias, el aumento de los precios, las pérdidas de empleos, el desastre de los de los servicios públicos, entre otras.
Los venezolanos reclamamos Diputados dedicados a servir. Dedicados a interpretar las preocupaciones y demandas por un país mejor. Capaces de intercambiar, prestos a buscar la experiencia técnica, comprometidos con las soluciones a los problemas, dispuestos a transmitir confianza en la democracia y sus instituciones, animados a promover el encuentro entre los venezolanos.
Los electores irán el domingo con mucha esperanza. Deseosos de que los problemas que confrontamos empiecen a tener soluciones, convencidos de que todos viviremos mejor. Animados porque una época de tranquilidad, paz y bienestar está cerca. Seguros de que el voto por la Unidad Democrática, en cualquiera de sus tarjetas, será definitivamente un voto por el progreso de todos.
Politemas, Tal Cual, 22 de septiembre de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario