Definitivamente no hay ningún límite. Con una economía en recesión, cuando todos los pronósticos indican que este año no tendremos crecimiento, con todas las dificultades que se tienen para adquirir bienes de primera necesidad, justamente en ese contexto, altos funcionarios del gobierno dicen sin el menor empacho “que el 2015 será un excelente año en materia productiva”. Hay que volver a leer la nota para caer en cuenta que es verídica. En las actuales condiciones tiene que haber mucho cinismo en esa afirmación.
Esa posición esconde todo un mensaje. Indica, en primer lugar, que los funcionarios no tienen la menor idea de la posición en que está el país en materia de productividad. No saben, por ejemplo, que en 1998 el país obtenía el 49% de los dólares por la exportación en materias primas. Resulta que en 2011, último año disponible, era 67%. De manera que ahora dependemos más de las materias primas que 16 años atrás. Tampoco saben los funcionarios que en 1998 el 14% de los dólares que recibíamos eran derivados de exportaciones de productos que tenía incorporados tecnologías. En 2011 era apenas 2%.
Los altos funcionarios no se han percatado de que Venezuela está en los últimos lugares de la productividad en el contexto global. Solo la comparación con México sirve para ilustrar. En ese país, también en 2011, el 67% de los dólares obtenidos por exportaciones derivan de productos que tienen incorporadas tecnologías. Más de 30 veces que Venezuela.
De manera que cuando los funcionarios hablan de productividad tienen que estar hablando de otra cosa. Casi podría decirse que usan la palabra porque suena bien. Pero, es obvio, la distancia con respecto a lo que significa un estándar de productividad es inmensa. Cuando no se sabe dónde se está, es poco probable que se pueda tener un rumbo adecuado. Algo así es lo que está pasando.
El cinismo aparece cuando se empieza a justificar que las recientes medidas, expresadas en leyes aprobadas bajo la autorización habilitante, son justamente las que generarán ese excelente año de productividad que supuestamente será 2015. Los funcionarios no toman para nada en cuenta que esas leyes justamente actúan en la dirección contraria. Porque reducen aún más las posibilidades de contar con un sector productivo que tenga las condiciones para invertir, crear nuevos negocios, nuevas empresas. Esas leyes lo que harán es justamente deteriorar el clima de negocios que tiene el país. En esas condiciones es bastante evidente que lo menos que mejorará será el nivel de productividad de la economía venezolana. Será el resultado del cinismo.
Politemas, Tal Cual, 26 de noviembre de 2014
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