viernes, 24 de julio de 2015

El drama social

El gobierno intenta por todos los medios desviar la atención de la profunda crisis social que afecta a los venezolanos. Del profundo drama que deben padecer las familias en todo el país. Por más que el gobierno anuncie las medidas más escandalosas, fuera de lugar, con el propósito de confundir y ganar tiempo, la realidad termina por imponerse.

De acuerdo con los estimados de la investigación realizada por la UCV, UCAB y USB, la pobreza total en Venezuela en 2014 era mayor que la que se tenía en 1998. Se trata de la pobreza medida por el ingreso de las familias. Se dice pronto, pero no es fácil asimilarlo. Los números son claros. En 1998 la pobreza total afectaba al 45% de los hogares. En 2014 alcanzaba al 48% de los hogares. Más aún, en 1998 la pobreza extrema (hogares con ingresos insuficientes para adquirir la canasta de alimentos) afectaba al 18,7% de los hogares. En 2014 esta cifra se elevó a 23,6%.

Las consecuencias de la interpretación de las cifras son terribles. Significa que en poco más de tres lustros los hogares pobres de Venezuela han aumentado en términos relativos. Eso significa que prácticamente 15 millones de personas viven hoy en condiciones de pobreza. Además, el 33% de la pobreza actual es reciente, explicado por las dificultades que ha experimentado el crecimiento económico en los últimos años.

Ahora bien, eso era en 2014. En este año, ya casi completando el primer trimestre, las circunstancias económicas lucen peores. La economía sigue en el limbo, no hay decisiones, los desequilibrios en todos los frentes son de marca mayor, la pérdida de las capacidades productivas del país son evidentes en todos los terrenos. 

En esas circunstancias solo se puede anticipar un deterioro mayor de las condiciones sociales. Si se tomaran las medidas adecuadas, sería posible enfrentar estos deterioros en el corto plazo. La carencia de un plan integral para introducir cambios en las condiciones económicas y sociales, es la principal restricción que tiene la vida de los venezolanos. Lo más preocupante es que ninguna de estas situaciones motiva la menor reflexión en el gobierno sobre los efectos en la vida de las personas.

Por supuesto nada más alejado de la realidad del gobierno que la identificación de las características concretas de los millones de personas en situación de pobreza. Justamente para poner en práctica medidas urgentes que ayuden a compensar los efectos, especialmente en el ingreso. Tanto por la vía de la reactivación económica como por la implementación de programas de protección a los grupos más afectados. Quizás no haya mayor prueba de que el actual gobierno está agotado, sin ideas, prácticamente inerme ante la gravedad del drama social que conmueve a los venezolanos.

Politemas, Tal Cual, 4 de marzo de 2015

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