Para un gobierno que vive de la propaganda, la solución es siempre muy sencilla. Dado un problema, se inventa una consigna, se difunde por la inmensa cantidad de medios de que dispone, se utilizan horas de cadena, y se repite hasta más no poder. Y entonces, creen los responsables en el gobierno, el problema se “soluciona”. Y se pasa a otro “problema”. Y listo, es el cuento de nunca acabar.
Es así como se llega a la desdichada consigna de “gobierno de calle”. En la pretensión del gobierno está que los ciudadanos se impresionan cuando ven a los responsables de la gestión pública en la calle, en un acto por acá, dando órdenes por allá. Piensan los propagandistas oficiales, que así los ciudadanos se “convencen” de las bondades del gobierno. La gente preferiría ver menos a los funcionarios del gobierno, pero que su vida fuera mucho mejor por realizar una gestión más efectiva.
La verdad es que el gobierno más bien está “en la calle”. De la misma forma que coloquialmente se usa la expresión para denotar que algo está deteriorado, a la intemperie, descuidado, muy venido a menos. Eso es lo que tenemos, un gobierno en la calle. Un gobierno totalmente incompetente. Al pasar revista a su desempeño no queda otra conclusión.
El gobierno, que va para quince años, presenta un gestión pésima en materia de defensa de los Derechos Humanos y de las garantías del Estado de Derecho. La cantidad de violaciones a los DD.HH. realizadas en el primer semestre de este año podría sobrar para ese balance. Pero se extiende más allá, abarca desde las agresiones a los derechos de propiedad, hasta el intervencionismo más amplio en todas las facetas de la vida social. Con excepción de Colombia, que vive un conflicto armado, ahora muy circunscrito, no existe en América un gobierno con una peor gestión en materia de estabilidad política y preservación del Estado de Derecho.
Si tomamos el desempeño de la economía el panorama es similar. En la Región, con excepción de la economía de México, la nuestra fue la que menos creció en 2013. También está entre las que menos creció en el período 2000-2013. Y en el manejo de la inflación es la peor por donde se le mire. Es la economía con más inflación en América desde 2007, pero también es la que tiene el promedio de inflación más alto entre 2000-2013. Estos “records” son atribuibles exclusivamente a la gestión del actual gobierno. Que una economía no crezca como se requiere, y que tenga inflación, no tiene otro responsable que el gobierno.
Y en materia social, tampoco el gobierno pasa la prueba. Que se tenga a 3 millones de personas en situación de pobreza extrema, con todos los recursos recibidos en estos años, es una muestra muy evidente de la incompetencia del actual gobierno. Sin dudas, el actual gobierno debe ser el más incompetente en el mundo, especialmente si se compara con los recursos administrados. Es un gobierno en la calle. Totalmente.
Politemas, Tal Cual, 16 de julio de 2014
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