martes, 29 de diciembre de 2015

Datos bien guardados

La cobertura y la calidad de los servicios de agua y saneamiento básico (especialmente la disposición de aguas servidas), tienen al menos tres efectos relevantes para elevar el nivel de desarrollo de un país. En primer lugar, estos servicios son sinónimo de bienestar personal, familiar y colectivo. Especialmente si son regulares y de costo accesible. 

En segundo lugar, tienen efectos directos sobre la salud. Solamente por citar un ejemplo: los países con mejores redes de estos servicios tienen una menor frecuencia de diarreas y las complicaciones asociadas. Recordemos que en Venezuela en el año 2003 murieron 1.110 niños menores de un año por diarrea, también llamada gastroenteritis. Es evidente que la dotación de agua potable de calidad y de servicios de cloacas hubiera significado la diferencia entre la vida y la muerte. Sin ninguna exageración.

Finalmente, la inversión en la construcción y ampliación de estos servicios se expresa en empleos directos e indirectos. Tanto en las fases de diseño e instalación, como en la operación y mantenimiento. Podríamos decir, por estas razones, que mejorar los servicios de agua y saneamiento es un verdadero “negocio redondo” para el desarrollo.

Es por ello que la Meta 10 de los Objetivos del Milenio es justamente: reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico. El informe de Naciones Unidas, “Objetivos del Milenio: Una mirada desde América Latina y el Caribe” (www.eclac.org), analiza los avances de los países de la región en el cumplimiento de esta meta en el período 1990-2002.

En el caso del acceso sostenible a mejores fuentes de abastecimiento de agua en zonas urbanas, llama la atención que ya tres países alcanzaron el 100% de la población: Costa Rica (ya tenía este porcentaje en 1990), Chile y Paraguay. Otros países que han mostrado progresos notables son México, Ecuador, Guatemala y Honduras. Los dos últimos países ya han alcanzado coberturas de 99% de la población. El acceso a abastecimiento de agua en zonas rurales ha experimentado significativos aumentos en Guatemala (de 69 a 92%) y Ecuador ( de 54 a 77%) en el período señalado. 

En lo que respecta al acceso a mejores servicios de saneamiento en zonas urbanas, es llamativo el aumento experimentado por Chile (de 91 a 96%), Paraguay (de 71 a 94%), y Honduras (de 77 a 89%). Las zonas rurales de América Latina, por su parte, todavía presentan significativos déficits. Sólo 44% de la población en áreas rurales tenía acceso a servicios de saneamiento en el año 2002. Costa Rica es nuevamente el líder con una cobertura de 97%. También destacan los avances de Ecuador (de 36% a 59%), Honduras (de 31 a 52%) y Nicaragua (de 27 a 51%).

A todas estas, apreciado lector, usted se estará preguntando por los avances de Venezuela. Al igual que nosotros, querrá saber nuestra posición en esta meta del milenio. Lamentablemente, debemos informarle que en la tabla respectiva no existe información sobre Venezuela. Para cada uno de los cuatro indicadores aparecen unos significativos puntos suspensivos. De nuestro país no existe ningún dato comparado sobre la cobertura de agua y saneamiento. Es el único país sin datos en los cuatro indicadores.

Un tanto decepcionados revisamos el sitio web del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales. Tratando de conseguir un dato, una idea, una referencia. Muy destacado se encontraba el anuncio de que Venezuela ya había cumplido las metas del milenio en esta área. Buscamos más detalle y nos encontramos con una página tan blanca como vacía. Sin embargo, queda un discreto consuelo: esos datos no los pudo conseguir ni siquiera toda la capacidad técnica de las Naciones Unidas. En el caso de agua y saneamiento queda claro que la administración del presidente Chávez guarda muy bien los datos. Tanto, que nadie los puede ver.

Politemas, Tal Cual, 16 de noviembre de 2005

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