lunes, 28 de diciembre de 2015

¡Hambre, mano, hambre!

Aquí lo que hay es hambre, hambre pareja. El drama es total. Hombres, mujeres y niños deambulan en nuestras ciudades y pueblos buscando comida en los desperdicios colocados en calles y avenidas. El espectáculo es tan frecuente que se ha vuelto natural. Sin embargo, es completamente inaceptable. Clama a la conciencia. Clama a la responsabilidad del gobierno. Y de toda la sociedad.

Este drama, así, tan directo y chocante, también se manifiesta al examinar el progreso del país para erradicar el hambre, uno de los componentes del Primer Objetivo del Milenio. El informe reciente de Naciones Unidas, “Objetivos del Milenio: Una mirada desde América Latina y el Caribe” (www.eclac.org), revela que también en esta meta estamos lejos de lo que están haciendo muchos de nuestros vecinos, al menos en lo que se refiere a la población general.

Para el inicio de la década, según los últimos datos disponibles, los venezolanos no alcanzábamos el mínimo requerido de 2.500 calorías diarias por habitante. Para ser exacto, la cifra es cercana a 2.350 calorías por persona. De manera que formamos parte del grupo conformado junto con Bolivia, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, y República Dominicana. En todos estos países no se cubrían los requerimientos diarios de calorías. 

También el informe de Naciones Unidas destaca, esta vez citando a la FAO, que 4,3 millones de venezolanos no tenían acceso suficiente a alimentos en los comienzos de la década. En el período 2000-2002, el 17% de nuestra población es catalogada por la FAO como subnutrida. Ocho por ciento más de lo que teníamos en 1990-1992. Mientras en América Latina, en su conjunto, la subnutrición disminuyó en la década pasada, en nuestro país aumentó.

Al señalar los países que han cumplido su tarea, el informe trae malas noticias para Venezuela. Nuevamente Chile, al igual que en la reducción de pobreza extrema, demuestra que cumplió la meta prevista para el año 2015, esto es, reducir a la mitad el porcentaje de personas subnutridas que se tenía en 1990. Otros países que cumplieron esta meta son: Cuba, Ecuador, Guyana, y Perú. 

Otro grupo de países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Haití, Jamaica, Paraguay, y Uruguay) alcanzó al menos un 60% de cumplimiento de la meta. 

Los únicos tres países que aumentaron el porcentaje de población subnutrida son: Guatemala, Panamá, y Venezuela. Para alcanzar la meta en el 2015 deberíamos aumentar el suministro de energía alimentaria entre 3 y 4% anual, el doble de lo registrado en la década de los noventa.

El pobre desempeño del país en esta materia es mucho más evidente cuando comparamos lo que otros países, con menos recursos, han realizado en estos primeros quince años del período de las Metas del Milenio. 

Es evidente que para solucionar un problema lo primero es considerarlo como tal. Las manifestaciones del hambre y la desnutrición en Venezuela nos suenan extrañas, lejanas, como si ocurrieran en distantes latitudes. Sin embargo, es muy posible que en las zonas más alejadas de nuestras ciudades y pueblos la desnutrición se presente con toda su crudeza, semejante a la que vemos en las grandes hambrunas. 

La actitud del gobierno actual comienza por no reconocer la evidente realidad. Que cada venezolano desnutrido o sin los recursos para una adecuada alimentación, es un problema, es un problema de todos. Que para satisfacer esa necesidad de alimentos es perentorio tener programas con recursos públicos que identifiquen los riesgos individuales y colectivos. Mientras ello no sea así, el hambre seguirá presente, seguirá pareja.

Politemas, Tal Cual, 22 de junio de 2005

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