El ministro Merentes no vaciló mucho que digamos. Fue directo al grano: “al gobierno le hace falta el éxito económico”. Una pelusa, de antología. Que a esta altura de un partido de quince años, un funcionario del nivel del ministro Merentes reconozca que el “pequeño detalle” de la economía debe marchar, no es poca cosa. Especialmente para un gobierno que ha excluido la economía real de sus consideraciones. Que se ha preocupado por la economía intergaláctica, por lo que suceda con el capitalismo en Londres, o por las ilusiones del Socialismo del Siglo XXI, pero no de las condiciones concretas de los venezolanos.
Por ese rechazo a tomar en cuenta la realidad, es que terminamos en este largo gobierno siendo la economía petrolera de peor desempeño a escala global, y también uno de los grandes desastres en el manejo de la inflación. De manera que superar ese récord es imposible. Y resulta que ahora, el ministro Merentes, conspicuo funcionario de este gobierno, incorpora en la agenda pública que la economía debe crecer de manera estable, y que en eso debemos estar una gran cantidad de años. Extraordinario. No cometamos la indelicadeza de preguntar por qué tardó tanto tiempo el liderazgo de este gobierno en llegar a esa orilla. No haremos eso.
También el ministro Merentes dejó colar su balance sobre la gestión social del gobierno. Habla de “cosecha de éxitos sociales”. Acá si es verdad que el Ministro se dejó llevar por la propaganda. En primer lugar, eso de hablar de éxitos sociales cuando tenemos una gran tasa de inflación, cuando los sectores de menos recursos han experimentado aumentos de alimentos de 50%, sin programas de protección del ingreso, es no reconocer los efectos del desastre económico en la vida cotidiana de las personas.
En segundo lugar, porque ya la propia CEPAL ha advertido que la pobreza ha aumentado en Venezuela. Que para 2011 casi el 12% de la población no puede comprar los alimentos para el consumo diario. Eso significa tres millones de personas. También la CEPAL ha indicado que en 2011, el 46% de la población económicamente activa se encontraba en empleos de baja productividad. Eso es 10% más que la cifra de 1990. Sin hablar de los retrocesos en el desempeño de los sistemas de salud y de educación. De manera que esos mal llamados “éxitos sociales” están muy lejos de lo que le pasa de verdad a los venezolanos.
Pareciera entonces que el ministro Merentes quisiera conseguir su “piedra filosofal”. Para convertir esta economía prácticamente desarticulada, dependiente, que no crea riqueza, empobrecedora, en un “dechado de crecimiento y bienestar”. En alguna parte del camino tendrá que convencerse que con las mismas políticas obtendrá los mismos desastrosos resultados. Ojalá el Ministro abandone pronto la alquimia, los venezolanos lo que esperan son las mejores políticas.
Politemas, Tal Cual, 11 de septiembre de 2013
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